Miles de activistas contrarios a la liberalización comercial recibieron con protestas hoy en esta ciudad de Estados Unidos a los delegados de 135 gobiernos que participarán desde el martes en la III Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Hasta que concluya la conferencia el viernes, los activistas realizarán manifestaciones, marchas y conciertos de música para denunciar la liberalización del comercio que, según ellos, concentra el poder en las grandes compañías trasnacionales.
Representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) de todo el mundo participaron en un foro durante el fin de semana que cuestionó la globalización económica promovida por la OMC.
"Debemos comenzar otra vez porque la OMC nos obliga a participar en una carrera hasta el fondo que no es aceptable", dijo Patti Goldman, abogada de la ONG Earth Justice Legal Defense Fund, de Seattle.
Ante un público de miles de activistas, Goldman dijo que muchas leyes ambientales y de salud de Estados Unidos, incluso la Ley de Protección de Especies en Peligro, quedaron debilitadas por las decisiones tomadas por la OMC luego de que fueran denunciadas ante la organización por obstaculizar el comercio.
El tipo de globalización económica promovida por la OMC es "intrínsecamente dañina" al ambiente porque se basa en el creciente consumo y la explotación de los recursos naturales, dijo el presidente del Foro Internacional sobre Globalización (IFG), Jerry Mander, grupo organizador del encuentro del fin de semana.
La producción orientada a la exportación que promueve la OMC aumenta el transporte mundial, el uso de combustibles fósiles y fomenta el uso de infraestructuras que dañan el ambiente, como las represas, señaló.
La globalización del comercio también debilitó las políticas ambientales y contribuyó con los "problemas del cambio climático mundial, la reducción del ozono, la pérdida de hábitats, y los niveles de contaminación sin precedentes", agregó.
Los ambientalistas concentraron sus críticas en la propuesta conocida como Liberalización Acelerada de Aranceles, planteada por Estados Unidos, lo cual eliminaría los aranceles del papel y otros productos derivados de la madera para el 2004.
El gobierno estadounidense asegura que el impacto en los bosques será leve, pero los ambientalistas argumentaron que el creciente comercio y consumo fomentará la tala destructiva de selvas en peligro como las de Indonesia.
"La OMC está creando una constitución mundial que devastará los bosques y socavará a las comunidades locales que son la clave para la vida a largo plazo" de los mismos, dijo Faith Oro, coordinadora de la Red Internacional de Bosques y Comunidades, de Canadá.
La semana pasada, 38 legisladores y 25 ONG de Japón, así como el mayor sindicato forestal de ese país, enviaron una carta de protesta por la propuesta al director de la OMC, Michael Moore, a la representante de Comercio del gobierno de Estados Unidos, Charlene Barshefsky, y a la Asociación Estadounidense del Papel.
"Sin medidas adecuadas para prevenir los impactos ambientales y sociales negativos, la eliminación de aranceles y barreras no arancelarias amenazarán la biodiversidad, los bosques y las comunidades que dependen" de ellos, escribieron.
El aumento del comercio en productos forestales será especialmente dañino para las comunidades indígenas, dijo Victoria Tauli Corpuz, de la Red de Pueblos Indígenas para la Investigación y la Educación, de Manila.
La tala comercial desplazó a pueblos indígenas y destruyó las tierras que brindaban sustento a estas comunidades.
"El poder de la OMC para definir nuestro mundo se debe enfrentar", dijo Tauli Corpuz a las ONG.
El organismo comercial también podría amenazar los recursos de agua, agregó Maude Barlow, presidenta de la ONG Consejo de Canadienses.
Teniendo en cuenta los precedentes legales del panel de disputas de la OMC, que falló en contra de leyes ambientales de protección a las tortugas marinas y a los delfines, Barlow dijo que la prohibición de exportar agua con el fin de proteger los ecosistemas podría ser denunciada como forma de proteccionismo.
Hay una diferencia entre las políticas de Estado para compartir el agua con países afectados por sequías y obligar a un país a exportar agua para su venta, sostuvo.
Las trasnacionales pueden usar la OMC, como usan actualmente al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), para obligar a los gobiernos a autorizar la venta de los recursos hídricos, advirtió.
Un ejemplo es la demanda que enfrenta el gobierno de Canadá de la compañía estadounidense Sun Belt porque la provincia occidental de Columbia Británica prohibió la exportación de agua hace siete años.
Sun Belt argumentó que la provincia violó las cláusulas de derechos de los inversores del TLCAN y exige 220 millones de dólares en indemnización.
"Si el comercio mundial del agua se convierte en algo importante en el futuro, y todo parece indicar que así lo será, las trasnacionales tendrán una aliada en la OMC", advirtió Barlow. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/aq/if-en/99