El sector sudoccidental de Colombia está paralizado por la protesta de 27.000 campesinos e indígenas que desde hace cinco días exigen la presencia de altos funcionarios del gobierno en el departamento del Cauca, "para que mejoren las condiciones de vida en la zona".
Los manifestantes, que mantienen su protesta desde el lunes, se agruparon en la denominada Operación Macizo Colombiano para pedir la ejecución de programas de desarrollo por 15 millones de dólares, que aprobó el gobierno de Ernesto Samper (1994-98).
Una misión integrada por funcionarios del Ministerio del Interior viajó este viernes al lugar de la protesta, la carretera Panamericana, que une a los departamentos de Cauca, Valle del Cauca y Nariño con el resto del país.
"Definitivamente, no tenemos nada que negociar" con el gobierno, "simplemente nos quedaremos aquí a esperar que se nos cumpla lo pactado", dijo a IPS Angel Solano, líder de los manifestantes provenientes de 18 municipios de la región sudoccidental.
El ministro del Interior, Néstor Martínez, confirmó el envío de la misión y dijo que los funcionarios actuarán con la mediación de representantes de los organismos empresariales y de asociaciones sociales, pero subrayó "que este problema de orden público debe resolverlo el gobernador del Cauca".
La toma de la carretera motivó, además, un enfrentamiento entre el ministro y el gobernador del Cauca, César Negret, quien acusó a Martínez de "no tener voluntad para sentarse con los manifestantes a negociar".
El bloqueo de la Panamericana provocó el desabastecimiento de alimentos y combustibles, y las pérdidas fueron calculadas en cerca de tres millones de dólares por los transportistas.
Los habitantes de la capital del Cauca, Popayán, la ciudad más afectada por la paralización, salieron a reabastecerse con las pocas mercaderías que quedan en los mercados.
El alcalde de Popayán, Felipe Orozco, dijo a IPS este viernes que "todo se ha terminado" y ni siquiera hay oxígeno para atender emergencias en el hospital, por lo que reclamó al presidente Andrés Pastrana que cumpla los compromisos acordados con los campesinos del Cauca.
Los pequeños comerciantes de la región sudoccidental cerraron sus negocios ante la imposibilidad de recibir mercancías, que en el caso del departamento de Nariño provienen en buena parte de Ecuador.
La situación se agudizó este viernes con el anuncio de que se sumarían a la protesta unos 17.000 maestros, 7.000 transportistas y 20.000 indígenas además de los paeces, la etnia predominante en la región.
En la vía Panamericana también permanecen turistas de países sudamericanos provenientes de Ecuador, que pretendían llegar a Bogotá.
El Defensor del Pueblo, José Castro, calificó este jueves de justas las demandas de los indígenas paeces y los campesinos del Cauca, por lo que el gobierno debe "dialogar con ellos y sentarse a revisar los compromisos adquiridos".
Las aerolíneas comerciales establecieron un puente de emergencia entre Popayán y Cali, la cercana capital del Valle del Cauca, para solucionar parcialmente el tema del transporte de carga y de pasajeros.
Factores como la alta temperatura, de alrededor de 32 grados, y la desesperación por no obtener respuesta del gobierno "lograrán empeorar seriamente la actual situación de tensión", señalaron analistas.
Martínez indicó que los resultados de la misión ministerial se darán a conocer "apenas se logre la desmovilización en toda la carretera". (FIN/IPS/mjll/ag/ip/99
