La más prolongada huelga de una entidad artística terminó en Chile, cuando los trabajadores del Teatro Municipal de Santiago pusieron fin en la noche de este martes a 54 días de paralización en demanda de mejores condiciones laborales.
Los 317 artistas y funcionarios del más tradicional centro de espectáculos de ópera, ballet y música sinfónica del país llegaron a un acuerdo con la corporación privada que administra el teatro y con el Municipio de Santiago, tres horas después de vencido un ultimatum del alcalde Jaime Ravinet.
Ravinet había amenazado con despedir masivamente al personal del Teatro Municipal y cerrarlo para declararlo en reestructuración si los huelguistas insistían en rechazar las ofertas de la corporación.
Más allá de los aspectos laborales, el conflicto iniciado el 1 de octubre abrió cuestionamientos acerca del propio Ravinet y de la gestión, tanto privada como municipal, del más tradicional de los teatros de Chile.
La huelga repercutió también en la campaña para las elecciones presidenciales del 12 de diciembre, ya que los trabajadores en conflicto realizaron una manifestación durante un encuentro del candidato oficialista Ricardo Lagos con artistas e intelectuales.
Un grupo de huelguistas ocupó y se mantuvo una huelga de hambre en la sede de la Concertación por la Democracia, la coalición oficialista, luego de que por orden de Ravinet fueran desalojados por la policía tras una "toma" del Teatro Municipal.
Ravinet, un dinámico alcalde del municipio de Santiago-Centro, el principal entre las 34 comunas de la Región Metropolitana, fue permanente impugnado por los huelguistas del Teatro Municipal, que lo acusaron de "prepotente y apatronado".
Militante del Partido Demócrata Cristiano (PDC) del actual presidente Eduardo Frei, Ravinet ha sido considerado uno de los políticos con más futuro de esa colectividad y como un futuro aspirante a la jefatura del Estado.
La mayoría de los trabajadores en huelga se identifican políticamente con el llamado espectro progresista, que va desde la izquierda extraparlamentaria a corrientes socialistas y a sectores del PDC.
La Democracia Cristiana es uno de los partidos fundamentales de la coalición gobernante, pero no logró hacer triunfar a su precandidato, Andrés Zaldívar, en las elecciones primarias en que se designó a Lagos como abanderado presidencial.
Lagos, un socialista moderado, fue apoyado en esas primarias por los otros tres partidos de la coalición: Socialista, Por la Democracia y Radical Socialdemócrata.
Según analistas políticos, la huelga del Teatro Municipal no afectó mayormente la candidatura de Lagos, pero, en cambio, puso en duda el futuro político de Ravinet, cuestionado durante el conflicto incluso en el PDC.
Pocas horas antes de que se solucionara la huelga, los trabajadores del Teatro Municipal suscribieron una declaración pública contra Ravinet junto al Colegio de Profesores y organizaciones de trabajadores minusválidos, comerciantes callejeros y dueños de locales de diversión.
La huelga del Teatro Municipal comenzó cuando la corporación administradora del teatro rechazó un pliego de peticiones del sindicato, que incluía aumentos salariales y mejores condiciones para trabajos en horas extraordinarias y giras fuera de Santiago.
Los trabajadores aseguraron entonces que los cuadros gerenciales de la corporación recibían millonarios sueldos e insistieron en sus reivindicaciones, al tiempo que impugnaron la administración privada del Teatro Municipal.
Ravinet respaldó a los ejecutivos de la corporación y sostuvo que aceptar las demandas de los trabajadores implicaría la virtual quiebra de la entidad y la desaparición de sus programas de extensión cultural en todo el país.
La gestión de la corporación ha sido exitosa en términos de montar una programación constante atractiva para el público, no sólo con espectáculos clásicos, sino también con artistas no tradicionales, como ocurrió en octubre con el grupo argentino Les Luthiers.
El Teatro Municipal se financia con los ingresos que genera a través de sus espectáculos y con la subvención que le otorga el municipio de Santiago-Centro, lo cual a su vez solventa las presentaciones a precios rebajados tanto en el teatro como en giras fuera de la capital.
Un grupo de diputados de la coalición gobernante propuso durante el conflicto que también contribuyeran con subvenciones otros municipios de la Región Metropolitana, en especial aquellos de altos ingresos cuya población es la que acude a los espectáculos clásicos del Teatro Municipal. (FIN/IPS/ggr/ff/cr lb/99
