BRASIL: Déficit comercial refleja una economía imprevisible

Brasil registró un nuevo déficit comercial en octubre, indicando que concluirá 1999 con más de mil millones de dólares de saldo negativo, en total contraste con un superávit de 10.800 millones esperado al inicio del año.

Las importaciones en el mes pasado sumaron 4.458 millones de dólares, 154 millones más que las exportaciones, divulgó este miércoles el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio. El déficit acumulado este año se elevó así a 927 millones de dólares.

Los resultados de la balanza comercial constituyeron la mayor frustración de la devaluación de enero, cuando se dejó flotar el real. Pero otros indicadores también contraribuyeron a desacreditar las previsiones de los economistas.

Los 10.800 millones de dólares correspondían a una expectativa registrada en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), luego de la devaluación. Las exportaciones, sin embargo, no reaccionaron, obligando a sucesivas correcciones en las cifras previstas para el comercio exterior.

Los saldos positivos obtenidos en mayo y julio alentaron la confianza en una tendencia favorable en el segundo semestre, persistiendo previsiones de cierto superávit este año. Pero los resultados negativos de los tres últimos meses sepultaron las esperanzas.

Con el aumento usual de las importaciones en los meses finales del año, a causa del mayor consumo en las fiestas de Navidad, analistas del mercado ya esperan un déficit anual cercano a 1.500 millones de dólares.

El gobierno confía en un mejor desempeño exportador en este final del año. En octubre ya se registró un aumento alentador, de 7,2 por ciento respecto del mismo mes del año pasado, destacó Ivan Ramalho, jefe del Departamento de Comercio Exterior del Ministerio de Desarrollo.

Los precios de productos agroindustriales, como soja, azúcar y celulosa, empezaron a recuperarse, gracias a la reactivación económica de Asia, arguyó.

Las importaciones se mantuvieron elevadas a causa del aumento de precios del petróleo y sus derivados, que componen el rubro más importante de las compras externas brasileñas. Los combustibles costaron al país 35,7 por ciento más que en octubre de 1998.

Además, las importaciones para Navidad ya se hicieron en gran parte el mes pasado, añadió Ramalho.

Para el próximo año, hay consenso de que la balanza comercial será favorable a Brasil. El gobierno trabaja con una meta de 5.000 millones de dólares, considerada demasiado optimista por expertos del sector privado.

Las significativas equivocaciones en los pronósticos para este año estimulan desconfianza en la posibilidad de prever el rumbo de la economía brasileña.

La devaluación del real motivó previsiones de que el producto interno bruto (PIB) del país caería entre tres y seis por ciento este año. El acuerdo con el FMI comenzó por considerar una fuerte recesión, con una caída de 3,5 por ciento.

Ahora se estima que la economía termina el año estable, como máximo con una caída de 0,5 por ciento del PIB, pese a una devaluación del real mucho más acentuada que la esperada.

Los documentos firmados con el FMI estimaban que el dólar llegaría a 1,75 reales al final de 1999. La cotización actual es de 1,94 reales, pero llegó a sobrepasar los dos reales durante el mes pasado, lo que representa una devaluación de 38 por ciento desde enero.

La inflación tampoco subió como se temía ante la fuerte oscilación del cambio. Los índices de precios al consumidor acumulados hasta septiembre superan por poco el seis por ciento, aunque en el mercado mayorista se elevaron 19,4 por ciento.

El gran peso de la economía informal y un bajo nivel de consumo en relación a otras países de similar nivel de desarrollo distorsionan los indicadores en Brasil, dificultando las proyecciones.

El consumo de energía, por ejemplo, suele crecer siempre, como ocurrió en las peores recesiones ya vividas por el país.

Otro ejemplo es el cemento, cuya venta en el país aumentó 60 por ciento entre 1994 y 1998, mientras las grandes empresas de construcción se quejaban de estancamiento de los negocios.

Los consumidores familiares, que construyen, reforman o amplían sus propias casas, fueron el principal factor de ese crecimiento. (FIN/IPS/mo/ag/if/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe