/BOLETIN-INTEGRACION/ BOLIVIA: Se triplican reservas de gas, pero faltan mercados

Bolivia triplicó sus reservas de gas natural en un año con el descubrimiento del pozo Itaú, el más grande de este país, y se convirtió así en segundo productor de América del Sur detrás de Venezuela.

Las autoridades se dedicarán ahora a buscar mercados para reservas de 23,7 trillones de pies cúbicos de gas, a las que se llegó con el pozo Itaú, a cargo de la compañía francesa Total.

En 1998, Bolivia tenía reservas de 7,6 trillones de pies cúbicos de gas. En septiembre las elevó a 16,4 trillones con el descubrimiento de los pozos San Antonio y San Alberto de propiedad de la brasileña Petrobras.

El descubrimiento de Itaú anunciado el fin de semana pasado, que además de gas tiene 160,85 millones de barriles de petróleo crudo, se logró con 320 días de trabajo y una inversión de 35 millones de dólares, explicó Dominique Laurier, gerente general de Total Exploration Production Bolivie.

"Naturalmente, estamos contentos y ya hemos anunciado que el próximo año invertiremos al menos 50 millones de dólares adicionales en exploración", dijo Laurier el fin de semana al informar el descubrimiento y certificación de Itaú, ubicado en el departamento de Tarija, en el sur de Bolivia.

El total de reservas bolivianas probadas alcanzarían para triplicar la venta de los 30 millones de metros cúbicos diarios de gas comprometida por las petroleras bolivianas y el monopolio estatal brasileño Petrobrás para los próximos 20 años, anunció el ministro de Desarrollo Económico, José Luis Lupo.

"Bolivia se consolida no solamente como un núcleo energético a nivel regional, sino como un centro productor de categoría mundial", aseguró el ministro Lupo.

El desafío, ahora, es buscar mercados para consolidar la ventaja comparativa de Bolivia en el Cono Sur de América como uno de los principales proveedores de energía limpia y barata, como se considera a la procedente del gas natural.

El propio presidente Hugo Banzer es consciente de esa necesidad. "De nada sirve tener riquezas si no hay quien las compre", sentenció cuando fue informado de las reservas del pozo Itaú.

Brasil es el principal consumidor del gas boliviano, pero la crisis económica ha demorado sus planes de expansión del consumo de gas y el cambio de la matriz energética de grandes centros industriales como Sao Paulo.

Ese no es el único problema en el negocio. Otro obstáculo para aprovechar el potencial exportador es el derecho preferente que Bolivia otorgó a Petrobrás para alimentar con su producción el gigante gasoducto de más de 2.000 kilómetros entre Santa Cruz y el polo industrial de Sao Paulo.

En esas condiciones, Petrobras tiene la capacidad suficiente para controlar el mercado paulista sólo con la producción de sus pozos San Alberto y San Antonio, que juntos tienen reservas por 8,8 trillones de pies cúbicos.

Ese volumen es superior a los 7,2 trillones de pies cúbicos que requerirá el cumplimiento del contrato de venta de gas a Brasil por 20 años.

El problema que afronta el gobierno de Banzer es la presión de otras transnacionales petroleras que también operan en Bolivia y que pretenden también vender su producción gasífera.

Lo contrario causaría el incumplimiento de los compromisos de inversión de esas petroleras y sería un desincentivo para la llegada de nuevos capitales extranjeros al sector energético, admiten las autoridades.

En esas condiciones, la primera opción que esta semana manejará el gobierno boliviano es estudiar nuevos contratos de venta de gas a Brasil, a fin de satisfacer las exigencias de las transnacionales petroleras.

Con ese fin, esta semana viajará a Brasil una comisión gubernamental de alto nivel, integrada por el vicepresidente Jorge Quiroga, el ministro de Desarrollo Económico, José Luis Lupo, que expondrá la oferta de ampliación del volumen de venta de gas al presidente Fernando Henrique Cardoso.

Otra dificultad del Estado boliviano es que, como consecuencia de la privatización de los pozos y la actividad petrolera entre 1993 y 1997, el auge gasífero beneficiará casi exclusivamente a las operadoras privadas y no al fisco.

La Ley de Hidrocarburos aprobada en 1996 redujo de 51 a 18 por ciento la obligación tributaria de las empresas petroleras para los pozos considerados nuevos, como San Alberto, San Antonio y ahora Itaú.

Un problema adicional es que Bolivia vende gas natural como materia prima y no logra encontrar fórmulas para transformarlo y darle un valor agregado con la instalación de generadores térmicos de electricidad en territorio boliviano.

Sin embargo, los socios de Brasil prefieren instalar sus termoeléctricas en el lado brasileño.

Y, por último, un potencial conflicto es el desequilibrio regional en la explotación de este recurso natural, que beneficiará únicamente a uno de los nueve departamentos bolivianos.

Los tres más grandes pozos gasíferos bolivianos están ubicados en el departamento de Tarija, cerca de la frontera con Argentina y Paraguay, y, por tanto, las regalías por la explotación del gas serán para esa región, no para las ocho restantes. (FIN/IPS/ac/mj/en if/99

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