LA HAYA – La definición de genocidio es objeto de un debate de impredecibles consecuencias en el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra para Bosnia-Herzegovina en La Haya.
El genocidio es considerado el peor y más controvertido de los crímenes internacionales.
En octubre, la Cámara de Primera Instancia del Tribunal absolvió al serbobosnio Goran Jelisic, 31 años, de los cargos de genocidio, aunque fue hallado culpable de crímenes contra la humanidad y violaciones de las leyes y usos de guerra.
La cámara, presidida por el juez Claude Jorda, no pudo probar más allá de dudas razonables que Jelisic actuó con una intención genocida, de destruir total o parcialmente a los musulmanes de Bosnia-Herzegovina como grupo nacional, étnico o religioso.
Los jueces sí establecieron que Jelisic cometió asesinatos con "propósito discriminatorio" contra musulmanes y croatas en el campamento de detención de Luka en Brcko en mayo de 1992.
Pero, aparentemente, este propósito no es exactamente lo mismo que intención genocida.
Según el fallo oral leído por el juez Jorda, se debe probar que el acusado tenía plena conciencia, deseo o por lo menos un claro conocimiento de que estaba participando en un genocidio.
El equipo de Carla Del Ponte, la nueva fiscal del Tribunal, deberá intentarlo nuevamente en la apelación. Michael Greaves, uno de los abogados de Jelisic, expresó su satisfacción por el fallo.
Mientras, Jim Landale, portavoz de las Cámaras Procesales y el Registro, dijo que la decisión muestra que se necesitan muchas pruebas para confirmar la validez de las condenas por genocidio.
"Esto muestra la diferencia entre la definición legal del genocidio y la percepción pública de este crimen. No es fácil probar genocidio", dijo David Raic, conferencista sobre derecho internacional público de la Universidad de Leiden en Holanda. —-