Las convenciones multilaterales y los planes de acción ambientales se multiplicaron en los últimos años, pero aún hace falta un proyecto integral que permita la evolución de instituciones y leyes relacionadas, señaló el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Las convenciones internacionales sobre ambiente que produjo la Cumbre de la Tierra, organizada por la ONU en Río de Janeiro en 1992, representan un gran éxito, pero también son un desafío, declaró Klaus Toepfer, Director Ejecutivo del PNUMA.
"El desarrollo de convenciones y planes de acción ha sido acumulativo, en lugar de estratégico", señala en una publicación distribuida en la Tercera Sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención de Lucha contra la Desertificación (CLD), que concluyó el viernes en Recife, Brasil.
"No se basó en un proyecto integral que permita la evolución del derecho y las instituciones internacionales en el siglo XXI", se lamentó Toepfer, quien tuvo un papel fundamental en la Cumbre de la Tierra, a la que asistió como ministro de Ambiente de Alemania.
Toepfer desea una "estrategia más coherente" para la política, la evaluación y la programación científica y técnica. Eso es porque los problemas ambientales y sus soluciones son cada vez más "complejos e interrelacionados".
El funcionario visitó Recife esta semana para hablar en la sesión de la CLD, que entró en vigencia hace tres años.
Desde febrero, la secretaría permanente de la CLD tiene su sede en Bonn, ciudad que será transformada en un centro de cooperación internacional luego de que el Parlamento y los ministerios del gobierno se trasladaron a Berlín.
Toepfer se abstuvo de reflotar la propuesta para crear un organismo nuevo que supervise las iniciativas de desarrollo y ambiente en la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
La idea fue presentada inicialmente por un grupo de estudio de la ONU y tiene el apoyo de organizaciones no gubernamentales europeas como la Fundación Alemana para la Paz y el Desarrollo.
La organización fue creada por el fallecido Willy Brandt, ex canciller (jefe de gobierno) de Alemania Occidental y presidente de la Comisión Norte-Sur que impulsó en los años 80 el diálogo constructivo entre los países industrializados y en desarrollo.
"En las actuales circunstancias, uno de los pasos esenciales que podemos tomar para mejorar el régimen internacional del ambiente es fortalecer la colaboración entre los organismos y convenciones relevantes", propone Toepfer en la publicación oficial del PNUMA.
La colaboración es esencial para asegurar que la voz del ambiente no se pierda en las discusiones sobre desarrollo, comercio y problemas sociales.
Esta inquietud fue compartida en Recife por representantes del Grupo de 77, integrado por 132 países en desarrollo, y China durante la discusión de la aplicación de la CLD, y también con vistas a la III Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio, que se celebrará la semana próxima en Seattle, Estados Unidos.
Para aprovechar la colaboración entre las convenciones sobre el ambiente, PNUMA creó la División de Convenciones Ambientales.
Michael Williams, de la unidad de información del PNUMA, dijo a IPS en Recife que la división especial trabaja con varios organismos de tratados y, a la vez, se asegura de que la labor de la propia organización apoye y complemente a esas convenciones.
"De esta manera, las capacidades de la organización contribuirán con los objetivos acordados en las diversas convenciones y planes mundiales y regionales", agregó.
El PNUMA administra en la actualidad nueve acuerdos, siendo el más antiguo el de la Convención de Basilea sobre el Movimiento Transfronterizo de Residuos Peligrosos. (FIN/IPS/tra-en/raj/aq/en/99