La 33 exposición del automóvil de Tokio exhibió una amplia gama de vehículos ecológicos, para satisfacción de grupos ambientalistas que desde hace tiempo exhortan a la industria a asumir una mayor responsabilidad por su papel en el recalentamiento del planeta.
"La industria debe cumplir estrictas normas que exigen la reducción de sus emisiones contaminantes, por lo tanto el desarrollo de vehículos alternativos tiene que ver con su propia supervivencia", explicó Takuya Homma, profesor a cargo de la tecnología de baterías de la Universidad de Tsukuba.
La principal atracción de la muestra, que se inauguró el 23 de octubre y finalizó el miércoles, fue un automóvil eléctrico no contaminante, equipado en su parte trasera con baterías generadoras de energía que almacenan hidrógeno líquido en un cilindro criogénico.
Los avances tecnológicos de los últimos años hicieron posible que este tipo de vehículo alcance una velocidad de hasta 135 kilómetros por hora y pueda viajar cerca de 420 kilómetros sin ser reabastecido de combustible.
El aceleramiento de la investigación y el desarrollo de automóviles ecológicos fue impulsado por la presión de grupos ambientalistas y las normas internacionales que exigen a Japón reducir para el 2010 su producción de gases invernadero, responsables del recalentamiento del planeta.
Estas normas fueron establecidas en la conferencia de Kyoto sobre cambio climático, en 1996. Desde entonces, el uso de automóviles híbridos aumentó de 320 a 31.000 unidades, y se prevé que pronto las ventas llegarán a 51.000.
Sin embargo, el costo de la fabricación de estos automóviles sigue siendo alto, destacó Hiroki Mochida, de Japan Automobile Motor Corporation.
Sólo la batería de hidrógeno cuesta unos 14.420 dólares por vehículo, y el costo de otros tipos de batería es aún mayor. Esto hace que el uso de automóviles alternativos no pueda generalizarse hasta dentro de una década al menos.
Pero a medida que crece la presión sobre Japón y otros países industrializados para que cumplan con sus objetivos específicos en cuanto a emisiones de dióxido de carbono, las empresas automotrices aumentan su presupuesto de investigación y desarrollo para cumplir con los plazos y ser más competitivas.
Las principales industrias japonesas ya están invirtiendo más recursos en el desarrollo de automóviles menos contaminantes.
Toyota anunció un presupuesto de 480 millones de dólares para el desarrollo de motores alternativos y el aumento de la eficiencia de los convencionales.
Los vehículos que utilizan como fuente de energía el gas natural, la electricidad, el hidrógeno o la energía solar en lugar de gasolina emiten un cuarto de los gases tóxicos emitidos por los automóviles convencionales, según Japan Automobile Motor Corporation.
Se trata de una proporción apreciable, dado que la industria del transporte es responsable por la producción de casi 20 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono de Japón, según la Agencia Ambiental Japonesa.
Las emisiones derivadas de la quema de carbón y petróleo pesado por la industria cayó más de cinco por ciento desde 1997, según un informe del Instituto de Estrategias Ambientales Globales correspondiente al año fiscal 1998.
Pero las emisiones derivadas de la combustión de gas natural y gasolina, principalmente para uso particular, aumentaron nueve por ciento y 2,6 por ciento respectivamente, agrega el documento.
La Convención de Kyoto sobre Cambio Climático establece que, en promedio, los países industrializados deben reducir sus emisiones de gases de invernadero en cinco por ciento entre los años 2008 y 2012 respecto de 1990.
A Japón le corresponde una reducción de seis por ciento en la emisión de seis gases, que incluyen el dióxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y los hidrocarbonos.
El mismo acuerdo obliga a los fabricantes japoneses de automóviles a reducir sus gases de escape en 20 por ciento, una proporción que la industria considera inalcanzable.
La industria automotriz japonesa advirtió que para alcanzar estos objetivos, deben desarrollarse nuevas tecnologías de bajo costo y el gobierno debe ofrecer mayores incentivos para la compra de vehículos alternativos.
Mientras, el empuje hacia una tecnología más limpia provocó grandes cambios en la industria automotriz.
La búsqueda de reducción de costos en el desarrollo de tecnologías alternativas llevó a muchas empresas a fusionarse o forjar alianzas, señaló Noriyuki Matsushima, especialista en la industria automotriz mundial de la firma Nikko Salomon Smith Barney Limited.
Matsushima destacó la alianza entre la francesa Renault y Nissan, inspirada, entre otros objetivos, por el deseo de Renault de adquirir tecnología ecológica de la firma japonesa.
Otro ejemplo es la colaboración entre Mitsubishi Motors, líder mundial en motores a inyección, que ahorran combustible, y Peugeot de Francia, que adquirirá esta tecnología.
En la exposición de Tokio, Toyota Motor Company y General Motors anunciaron investigaciones conjuntas para el desarrollo de vehículos híbridos, que combinen motores convencionales y eléctricos.
"De otro modo, las probabilidades de supervivencia de ambas compañías serían bajas", señaló Matshushima en un informe publicado en junio.
Uno de los vehículos híbridos presentados en la muestra fue un auto deportivo eléctrico de dos asientos diseñado por la empresa Suzuki, que utiliza un motor de 400 centímetros cúbicos de General Motors que rinde 35 kilómetros por litro de combustible.
La industria automotriz tiende a tomar dos caminos, observó el experto Roger Sherifler.
"Toyota tiende a promover un cambio general hacia vehículos ecológicos y combustibles limpios, mientras Honda, y en menor grado Mitsubishi Motors, se concentran en el aumento de la eficiencia de los motores convencionales de combustión interna", señaló. (FIN/IPS/tra-en/sk/js/mlm/en/99