TIMOR ORIENTAL: Refugiados en Timor Occidental podrán regresar

Indonesia permitirá el retorno a sus hogares de unos 250.000 timorenses orientales refugiados en Timor Occidental, donde agencias humanitarias denunciaron graves abusos por milicias proindonesias que varían desde violaciones hasta decapitaciones.

"El gobierno aceptó iniciar la repatriación", anunció Fernando del Mundo, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Dili, la capital de Timor Oriental.

El anuncio coincidió con denuncias de agencias humanitarias sobre esclavitud sexual, decapitaciones y secuestro de adolescentes de los campamentos para obligarlos a combatir junto a las milicias en Timor Oriental.

La decisión de Yakarta, alcanzada luego de intensas negociaciones entre el Comité Internacional de la Cruz Roja y el gobierno indonesio, permitirá el regreso de los refugiados un mes después que la violencia los obligara a abandonar su tierra.

Muchos de ellos fueron llevados por la fuerza a Timor Oriental, perteneciente a Indonesia, por milicias proindonesias que lanzaron una campaña de terror en Timor Oriental luego que la población de ese territorio eligió la independencia de Yakarta por abrumadora mayoría.

El 15 de septiembre, el Consejo de Seguridad de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) aprobó el despliegue de una fuerza multinacional de paz en Timor Oriental para detener las matanzas y la destrucción en la antigua colonia portuguesa, ocupada por Indonesia en 1975.

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) estimó que al menos 7.000 personas murieron como resultado de la violencia y entre 300.000 y 400.000 de los 850.000 habitantes del territorio fueron obligados a huir a las montañas o al vecino Timor Occidental.

Funcionarios de la ONU denunciaron una terrible situación en los campamentos, muchos de ellos cerrados a los inspectores del foro mundial por autoridades indonesias.

Así mismo, varias agencias de ayuda humanitaria denunciaron graves violaciones a los derechos humanos de los refugiados por parte de milicias controladas por el ejército indonesio.

David Wimhurst, portavoz de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Timor Oriental (Unamet), declaró el fin de semana que las condiciones en tres campamentos son espantosas y que funcionarios indonesios le impidieron el acceso a otros campamentos.

Funcionarios de ACNUR visitaron seis campamentos en la localidad fronteriza de Atambua, en Timor Occidental, y en tres de ellos los refugiados debían vivir al aire libre porque no había protección alguna, informó Wimhurst a la prensa en Dili.

ACNUR solicitó acceso irrestricto a todos los campamentos de refugiados en Timor Occidental. "Actualmente sólo se les permite visitarlos acompañados de funcionarios indonesios", afirmó Wimhurst.

Agregó que todavía hay milicias situadas en los alrededores de los campamentos en Timor Occidental, y esto hace difícil determinar si los refugiados realmente desean volver a sus hogares.

Miembros de organizaciones humanitarias advirtieron que los casos de malaria y sarampión están en aumento, y autoridades de salud temen que la situación empeore con la llegada de los monzones este mes.

"Las mesas para cocinar y las letrinas abiertas están juntas en los campamentos, y no hay agua potable", sostuvo un enfermero que regresó a Darwin desde Kupang, la capital de Timor Occidental.

Hendra Wajaya, un médico indonesio que trabaja dentro de los campamentos, dijo que hasta la mitad de los niños refugiados en Tuapukan, al este de Kupang, padecen diarrea, que en muchos casos resulta fatal. También preocupa la tuberculosis, agregó.

Según trabajadores humanitarios, sólo pueden ingresar a los campamentos los indonesios y otros asiáticos.

"Los occidentales, en particular las 'caras pálidas', no pueden entrar en general", denunció Khin Sandi Lwin, coordinador de programa de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) en Yakarta.

Pero las denuncias más graves se refieren a violaciones de los derechos humanos en los campamentos, que varían desde decapitaciones hasta ataques sexuales reiterados.

El Centro de Apoyo Internacional a Timor Oriental, con sede en Darwin, publicó un informe de cinco páginas basado en lo que calificó como "fuentes de primera mano" de Kupang.

Una de las fuentes denunció que varios milicianos secuestraron a 12 mujeres embarazadas de los campamentos, las abrieron de la garganta al abdomen, les arrancaron los fetos y aplastaron la cabeza de éstos con grandes piedras.

Luego decapitaron los cuerpos de las mujeres y empalaron las cabezas para dejarlas en exhibición, según el informe.

El Centro también denunció, en base a fuentes eclesiásticas, que los hombres y las mujeres timorenses orientales son separados una vez que llegan a los campamentos.

"Entonces, las mujeres son convertidas en esclavas sexuales por los milicianos indonesios, que también tomaron a miles de varones adolescentes para obligarlos a pelear contra la fuerza multinacional de la ONU en Timor Oriental. Si se niegan, los matan", sostiene el informe.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, declaró que considera muy seriamente las acusaciones sobre abusos y complicidad de militares indonesios con las milicias.

"Escuché acusaciones sumamente alarmantes, aunque destaco que por ahora son sólo acusaciones", declaró a periodistas en la sede de la ONU.

Robinson expresó especial preocupación por informes sobre violaciones de mujeres "constantes, frecuentes", en tres campamentos de refugiados de Timor Occidental e "incluso en botes que las sacaban de Timor Oriental". (FIN/IPS/tra-en/si/ral/mlm/hd-pr/99

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