El incremento de las infecciones resistentes a los antibióticos en Estados Unidos se debe al uso excesivo de esos fármacos, en especial en la agricultura y la cría de animales, afirmaron expertos en salud.
"La resistencia a los antibióticos es un problema de la salud pública mundial", advirtió Fred Angulo, un científico del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCPE).
La amenaza de las infecciones incurables crece en hospitales, comunidades y granjas, afirmó, y agregó que "es necesario usar estas drogas con más prudencia, dondequiera que sea, para detener el avance de la resistencia".
Los antibióticos, descubiertos hace más de 50 años, salvaron incontables vidas en todo el mundo. Antes de su descubrimiento, mucha gente moría aun de infecciones en heridas menores.
Ahora, debido a la resistencia desarrollada, las infecciones curables se están volviendo mortales nuevamente.
Más de 90 por ciento de las cepas de estafilococos aereus son ahora resistentes a la penicilina, según Angulo.
Cuatro niños murieron en Estados Unidos en los últimos años debido a infecciones con estafilococos resistentes a los antibióticos, informó el CCPE.
Más de 30 por ciento de las cepas no sólo son resistentes a la penicilina, sino también a cualquier otro antibiótico usado para combatir este tipo de infecciones, excepto la vancomicina.
Sin embargo, el año pasado aparecieron en este país cepas de estafilococos resistentes aun a la vancomicina, que causaron la muerte de un hombre en Nueva York, al menos.
"El uso de antibióticos crea presiones selectivas que causan la diseminación de bacteria resistentes", explicó Angulo.
El uso de las llamadas drogas "milagrosas" está muy difundido en Estados Unidos. En 1954, este país produjo casi un millón de kilogramos de antibióticos, y la cifra subió a más de 22 millones este año.
El problema de la resistencia se debe en parte a la prescripción excesiva de antibióticos, sostuvo Angulo.
El CCPE estimó que cerca de un tercio de las 150 millones de prescripciones anuales de antibióticos para pacientes externos son innecesarias.
Pero un origen menos conocido del problema está en las granjas. Se calcula que más de la mitad de los antibióticos usados en Estados Unidos se usan en alimentos para pollos, cerdos y ganado.
Unos 30 antibióticos -entre ellos la tetraciclina, la penicilina y la estreptomicina- fueron aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos para diversos usos en la ganadería.
Pero en 80 por ciento de los casos, los medicamentos no son utilizados para tratar animales enfermos, sino para engordarlos más rápidamente, señaló Rebecca Goldberg, una investigadora científica que trabaja en el Fondo de Defensa del Ambiente.
El uso indiscriminado e innecesario de antibióticos en la ganadería y la agricultura "aumenta la posibilidad de que se vuelvan ineficaces en el tratamiento de personas", advirtió.
Entre 18.000 y 22.500 kilogramos de tetraciclina y estreptomicina son rociados cada año para controlar enfermedades bacterianas en árboles frutales, explicó Goldberg.
En comparación, sólo medio kilogramo sería suficiente para tratar a unas 450 personas.
Varios antibióticos de uso medicinal humano también son utilizados para tratar infecciones en salmones, bagres, truchas y otras especies comerciales de peces.
La Organización Mundial de la Salud recomendó en 1997 que se deje de utilizar antibióticos de uso humano y otras drogas relacionadas en la alimentación animal.
Como resultado, cuatro antibióticos fueron prohibidos en la alimentación animal en toda Europa el año pasado.
En marzo pasado, cinco organizaciones no gubernamentales estadounidenses, entre ellas el Fondo de Defensa del Ambiente y la Unión de Científicos Preocupados, pidieron a la Administración de Drogas y Alimentos que prohíba la utilización de antibióticos de uso humano para acelerar el crecimiento de animales de cría.
La lista incluye la penicilina, tetraciclina, eritromicina, lincomicina, tilosina y virginiamicina. El propio organismo propuso además limitar los nuevos usos de antibióticos en la agricultura.
La propuesta provocó la enérgica oposición de empresas farmacéuticas y agroquímicas. Expertos en salud arguyeron que, aunque se trata de "un buen comienzo", la medida es demasiado débil.
"No es suficiente limitar los nuevos usos de antibióticos. También debe restringirse rápidamente el actual uso excesivo de antibióticos, tanto en medicina humana como animal", urgió Goldberg. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/mlm/en-he/99