El Fondo Monetario Internacional (FMI) suspendió hoy los créditos a Pakistán a causa del golpe de Estado del martes, que también determinó el congelamiento de los principales acuerdos ecnómicos y comerciales con Occidente.
El derrocamiento del gobierno de Nawaz Sharif parece conducir al agravamiento de los problemas de financiación de Pakistán, pese a la promesa del jefe del régimen militar, general Pervez Musharraf, de salvar al país de la ruina.
Las instituciones y mercados financieros de Pakistán fueron cerrados este miércoles, y el Banco Central suspendió las operaciones de cambios, entre informes de masiva presencia ante las puertas de los bancos de depositantes que pretendían retirar sus fondos.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) exigieron a los militares golpistas una rápida restauración de la democracia y la articulación de un plan económico fiable.
Mientras, el director gerente del FMI, Michel Camdessus, advirtió este miércoles que Pakistán, de 140 millones de habitantes, no recibirá ayuda financiera hasta la normalización institucional.
El FMI aprobó hace dos años un préstamo de 1.560 millones de dólares para Pakistán, pero el desembolso de los recursos fue interrumpido en 1998, debido a las pruebas nucleares realizadas por el gobierno de Sharif.
La entrega de fondos se reanudó en enero, para evitar la moratoria de pagos, y se suspendió nuevamente en julio, a causa del incumplimiento de la administración de Sharif de las reformas económicas acordadas con el FMI y a sus disputas con empresas privadas del sector eléctrico.
Pakistán había apostado sus expectativas de refinanciación de su deuda externa al aval del FMI.
También negoció con la banca internacional la renovación de créditos por 877 millones de dólares y a principios de este año logró el consentimiento de gobiernos occidentales para la prórroga del pago de préstamos por 3.300 millones.
Esas concesiones formaban parte de un programa de ayuda a tres años por 19.000 millones de dólares que Pakistán obtuvo de varias fuentes, tras el parcial levantamiento de las sanciones que Occidente le impuso por sus ensayos nucleares de mayo de 1998.
Con apoyo en ese programa de asistencia, el gobierno aguardaba un flujo de inversiones de 2.800 millones de dólares en el año fiscal comenzado en julio.
Pero los acuerdos fueron congelados tras el golpe de Estado del martes y los banqueros paquistaníes y extranjeros temen que no sean reactivados hasta que el régimen militar ceda el paso a un gobierno surgido de elecciones.
El Banco Mundial postergará toda decisión en el caso de Pakistán hasta conocer los anuncios políticos de Islamabad aguardados para esta semana, informó el portavoz Paul Mitchell.
El programa de asistencia del Banco Mundial a Pakistán comprende 25 proyectos en curso por 1.300 millones de dólares. "Estos préstamos no están paralizados, pero no hay de momento ningún gobierno que pueda recibirlos", dijo Mitchell a IPS.
El golpe también afectó convenios comerciales. En Londres, el canciller británico Robin Cook declaró que la UE interrumpirá un acuerdo que permite el ingreso a Europa de productos paquistaníes con aranceles reducidos.
Un portavoz de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, agregó que fue cancelada una reunión entre funcionarios europeos y paquistaníes prevista para la semana próxima.
Funcionarios y analistas de mercado creen que llevará tiempo a los militares o a cualquier gobierno sucesor, convencer a la comunidad internacional de que Pakistán tiene la intención y la capacidad de implementar políticas económicas atractivas ante los acreedores extranjeros.
Mientras, la moneda y los mercados financieros de India sufrieron una caída después de que el gobierno puso en estado de alerta máxima a las Fuerzas Armadas tras el golpe de Estado en Pakistán.
Pero la situación se estabilizó cuando el ministro de Defensa George Fernandes informó que la frontera entre los dos países, que disponen de arsenales nucleares, no presentaba más novedades que el refuerzo de efectivos.
De todas maneras, analistas de mercado aconsejaban a sus clientes limitar su posesión de moneda y valores de India en previsión de la creciente volatilidad en la región, dijo Michael Kurtz, de la firma financiera neoyorquina IDEAglobal.
Los militares ocuparon el poder en cuatro ocasiones y durante 25 de los 52 años de la historia de Pakistán. Por eso el golpe del martes "no debe sorprender a nadie", argumentó Kurtz. No obstante, lo "consideramos un riesgo significativo" en materia financiera, agregó.
Para el mercado, las fuerzas armadas paquistaníes "parecen más vinculadas al fundamentalismo islámico, en lugar de ser una fuerza profesional", sostuvo Kurtz.
"Este podría ser un gobierno militar mucho más provocativo del que podríamos haber tenido en los años 80", cuando fuerzas de Estados Unidos y Pakistán se aliaron contra la Unión Soviética en el vecino Afganistán.
Desde entonces, las relaciones con Estados Unidos tocaron fondo cuando Washington se opuso este año a la intervención militar paquistaní en torno a Kargil, en la zona de Cachemira controlada por India.
Cuando Sharif decidió en julio retirar sus fuerzas de Kargil, los comandantes paquistaníes consideraron que había cedido a la presión estadounidense y que había comprometido la actitud de los militares en el futuro, según Kurtz.
"Ese era el principal punto en discordia entre Sharif y el ejército y el temor ahora es que instalen una nueva administración que favorezca a sus ambiciones en Cachemira y que sea antioccidental debido al resentimiento contra la solución estadounidense" en Kargil, dijo.
Así mismo, los analistas financieros desconfían del gobernante Partido Bharata Janata (BJP) que esta semana ganó un segundo mandato con una ampliada mayoría parlamentaria.
La reacción india al golpe del martes fue mesurada, pero si el "nacionalismo hindú del BJP se exacerba, eso podría alimentar al islamismo paquistaní y azuzar la volatilidad a mediano plazo", analizó Kurtz.
Acreedores e inversores cuestionaron la viabilidad de la economía paquistaní, pero algunos socios comerciales tienen intención de seguir trabajando con los militares.
La firma ucraniana de armas Malyshev anunció este miércoles que espera completar la entrega de tanques al ejército paquistaní el próximo mes según un acuerdo bilateral por 650 millones de dólares firmado en 1996.
Malyshev espera seguir trabajando con Pakistán, agregó el director de la compañía, Grigory Malyuk, a la prensa de la ex república soviética.(FIN/IPS/tra-en/aa/mk/ff-aq/if-ip/99