Un intenso frío avanza sobre los estados de México más afectados por inundaciones que este mes agravaron la miseria secular de comunidades rurales.
El frente frío constituye un nuevo golpe para las zonas más afectadas por las lluvias, donde la recuperación económica requeriría 8,5 veces el saldo disponible en el Fondo de Desastres Nacionales (Fonden), según cálculos difundidos este jueves por el diario El Financiero.
La corriente fría procedente del golfo de México, en el oriente del país, interatúa con aire húmedo que transita desde el océano Pacífico, en el occidente, y anticipa lluvias para las próximas 24 horas en el sureste del país, anunció este jueves el Servicio Meteorológica Nacional.
En el centro y el oriente, un sistema de alta presión propicia temperaturas de hasta cuatro grados centígrados y vientos intensos en las zonas serranas de Puebla y Veracruz, los dos estados más devastados.
El gobierno de México asignó para este año un presupuesto de 364 millones de dólares a la atención de emergencias por fenómenos naturales, de modo de prescindir de dinero asignado a otros programas.
El Fonden, creado hace tres años, disponía de un saldo de 234 millones de dólares a principios de mes, cuando comenzó una de las más grandes catástrofes naturales de las últimas décadas en el país.
El mecanismo financiero destinó recursos para atender los daños causados por dos fuertes sismos que sacudieron México, así como sequías, heladas, incendios forestales y otros desastres.
Puebla, Veracruz, Hidalgo, Tabasco y Oaxaca fueron los estados que sufrieron las peores consecuencias de las lluvias, que causaron inundaciones, pérdidas de sembradíos en 261.000 hectáreas y desprendimientos de tierra que sepultaron comunidades enteras.
Esos estados concentran 20,2 por ciento de la población del país, una tercio de la cual reside en el campo, pero representan apenas 12,4 por ciento del producto interno bruto, según el estudio publicado por El Financiero.
Además, reciben 19,9 por ciento de los gastos presupuestales federales, concentran 19,6 por ciento de los empleos permanentes y 15,4 por ciento de los eventuales incoporados a la seguridad social, sostuvo el análisis.
La canalización de crédito hacia esos estados asciende, en conjunto, a 3,9 por ciento, a pesar de que contribuyen con 5,5 por ciento del ahorro interno total del país.
A causa de la "insuficiente infraestructura en sus distintas regiones, captaron durante los últimos años alrededor de 23,4 por ciento de la inversión pública", afirmó la investigación.
Más de 390 municipios de esos cinco estados concentran la mayor parte de los 475.000 damnificados por las inundaciones, de acuerdo con el estudio del diario.
El último balance del gobierno dio cuenta de 375 muertos y de 345.682 damnificados en 180 municipios de los estados del centro y del sur del país.
El gobierno afirmó esta semana que la fase crítica de emergencia quedó superada, pero aseguró que el apoyo oficial se mantendrá en las zonas afectadas hasta que concluyan las tareas de reconstrucción.
La Secretaría (ministerio) de Educación anunció que el lunes próximo reanudarán las clases 466.000 niños que no podían asistir a los cursos, pues 5.623 escuelas resultaron dañadas, 466 con pérdidas totales, según cifras oficiales.
El Financiero señaló que fueron establecidos 526 albergues para atender a 74.800 personas que perdieron sus viviendas. El diario calculó en 130.000 el número de viviendas destruidas de manera total o parcial.
En cuanto a la infraestructura pública, los daños afectaron a carreteras, hospitales, oficinas gubernamentales e instalaciones de alcantarillado, drenaje, electricidad y teléfono, entre otros servicios.
Aunque preliminar, el monto de las pérdidas ascendería a 2.000 millones de dólares, considerando los daños a comercios e industrias de las localidades dañadas, señaló el periódico.
"Superar la contingencia y además reconstruir escuelas, 60 hospitales o clínicas, 900 kilómetros de 26 carreteras y las viviendas destruidas rebasan por mucho la capacidad financiera de las tesorerías federales", acotó el estudio.
El analista Alberto Aziz declaró que la tragedia "develó problemas graves en la forma como se ha conducido el crecimiento en México", donde la estructura interna de comunidades "se encontraba en una situación de vulnerabilidad grave".
"Con la emergencia instalada, el gobierno bloqueó la ayuda internacional", quizá porque en vez de ubicarse en la lógica de atender las necesidades pensó en "los costos electorales si la asistencia externa" llegara a esas regiones, opinó Aziz.
El presidente Ernesto Zedillo decidió que sólo se recibiría dinero en efectivo como ayuda. El papa Juan Pablo II envió 100.000 dólares y el gobierno de Estados Unidos, que ofreció una aporte similar, anunció que considera un donativo adicional.
La Iglesia Católica del país dijo este jueves que aspira a recaudar 1,5 millones de dólares para los damnificados. (FIN/IPS/pf/mj/dv en/99
