Italia y otros seis países de Europa constituyen el patio trasero atómico de Estados Unidos, según científicos estadounidenses cuyo informe causó el inmediato pedido de aclaraciones de fuerzas políticas italianas.
Los Verdes y el Partido de los Comunistas italianos, que integran el gobierno de centroizquierda, y Refundación Comunista, de oposición, pidieron este miércoles al gobierno una "urgente aclaración" sobre las revelaciones sobre los artefactos nucleares en las bases militares de este país.
Los ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa se han abstenido de formular declaraciones oficiales, aunque dejaron entrever su sorpresa por el informe publicado en un boletín de científicos atómicos estadounidenses.
El Ministerio de la Defensa sólo reafirmó el principio compartido por todos los países de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) de "no admisión ni desmentido sobre la presencia de armas nucleares".
La cancillería, por su parte, hizo saber de manera no oficial que las armas nucleares constituyen una cuestión sobre la que corresponde pronunciarse a la OTAN y no a cada país en forma individual.
Son unas 30 las cabezas nucleares que se encuentran en Italia, según los cálculos del Natural Resources Defense Council, un grupo de científicos que se dedica a localizar armas atómicas en el mundo. Veinte se encuentran en la base militar de Aviano y 10 en la de Ghedi Torri, cerca de Brescia, norte de Italia.
En total, las armas nucleares apostadas en Europa son 150, ubicadas en Alemania, Bélgica, Gran Bretaña, Grecia, Holanda, Italia y Turquía.
El jefe del grupo parlamentario de los Verdes, senador Stefano Boco, dijo que la noticia lo dejó "aterrorizado" y anunció "pasos parlamentarios".
"Estamos frente a la publicación de verdaderos documentos sobre el periodo de la guerra fría y sus implicancias en nuestro país", agregó Boco.
El senador verde recordó que Italia aprobó el Tratado Internacional contra la Proliferación de Armas Nucleares y aseguró que el parlamento no ha sido jamás informado sobre su presencia. Por lo tanto, deben ser retiradas de inmediato y el parlamento debe recibir explicaciones, advirtió.
Los documentos procedentes de Estados Unidos confirman lo que "sospechábamos desde hace años y obligan al Parlamento a poner en la mesa de discusión la cuestión de las bases militares", dijo Tullio Grimaldi, presidente del grupo de diputados de los Comunistas Italianos.
El gobierno debe explicar al país cómo se maneja el asunto y cómo se manejó en el pasado, agregó Grimaldi.
Mientras, el senador Giovanni Russo Spena, de Refundación Comunista, sostuvo que "finalmente se descubre una verdad que ha permanecido oculta durante 50 años porque ningún gobierno ha hablado jamás de estas armas, ni el parlamento jamás lo ha sabido".
"Solo el parlamento puede autorizar la presencia de armas nucleares en Italia", afirmó.
Las armas nucleares ubicadas en Italia son "peligrosas para la población" y "se las debe considerar ilegales, ilegítimas, inconstitucionales y en flagrante contradicción con el Tratado de No Proliferación, al cual hemos adherido formalmente", expresó.
Pero "es necesario, antes de nada, verificar si son verdaderas las informaciones publicadas en Estados Unidos", dijo Luigi Colajanni, responsable de Política Exterior de los Democráticos de Izquierda (DS), fuerza a la que pertenece el jefe de gobierno, Massimo D'Alema.
Para Colajanni, el problema es, en realidad, "la existencia de cláusulas secretas en los tratados sobre las bases, que permiten la presencia de estas armas y sobre las cuales los gobiernos han mantenido silencio".
"Ha llegado el momento de informar al parlamento" sobre el contenido de esas cláusulas, anunció.
"Se trata de artefactos tácticos de las fuerzas armadas estadounidenses", señaló al diario italiano La Stampa Robert Norris, autor de una investigación sobre las armas atómicas en Europa.
Se trata, en su mayoría, de bombas B61, cuya potencia varía en potencia de uno a 170 kilotones, diez veces peores que la que fue lanzada sobre Hiroshima. (FIN/IPS/jp/mj/ip en/99
