/Ciudades de América Latina/ COSTA RICA: Al rescate del río más contaminado de América Central

El alto nivel de contaminación del río Grande de Tárcoles en Costa Rica es el más acabado ejemplo del deterioro de los cursos de agua en zonas pobladas de América Central, para lo cual comienzan a buscar soluciones los gobiernos y sectores privados.

Este río atraviesa el valle central de Costa Rica para desembocar en el océano Pacífico y, a pesar de que tiene una cuenca de apenas 2.121 kilómetros cuadrados y ocupa solo cuatro por ciento del territorio nacional, su influencia llega a 1,9 millones de habitantes, 60 por ciento de la población del país.

En 1993 se creó la Comisión Coordinadora de la Cuenca del Río Grande de Tárcoles para intentar revertir el deterioro ambiental y propender a una conservación integral.

La Comisión está conformada por delegados del gobierno nacional y de los municipios, organizaciones no gubernamentales, usuarios y empresas privadas.

En febrero concluyó un estudio de factibilidad para disminuir la degradación en la cuenca, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo, explicó a IPS el ingeniero Edwin Arguedas, representante del Ministerio de Ambiente y Energía de Costa Rica en la Comisión.

Ese estudio determinó la realización de proyectos, cuyo costo estimado en 319 millones dólares se pretende sea financiado por empresas privadas y donaciones de otros países.

Expertos señalan que la cuenca del río Grande de Tárcoles es el fiel reflejo en el istmo del impacto en los cursos de agua del caótico crecimiento poblacional y urbanístico.

La población de América Central ronda ya las 35 millones de personas, con una tasa de crecimiento de 3,5 por ciento anual, una de las más altas del continente. En cuanto al crecimiento poblacional en la cuenca del río Grande de Tárcoles, los expertos lo estiman en 500.000 personas para el 2005.

"El problema de la contaminación es grave, pero no es irreversible", explicó a IPS Eduardo Lezama, del gubernamental Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y tambien miembro de la Comisión.

Lezama señaló que en el área metropolitana de San José hay una gran dificultad pues no existe un sistema para el tratamiento de las aguas servidas, las cuales en su totalidad son vertidas en el río.

Otra agravante es que en los barrios capitalinas donde no existe tratamiento de la debasura, los habitantes y hasta las autoridades municipales vierten los desechos en el río, dijo.

En el marco de la estrategia planificada por la Comisión está la limpieza paulatina de los afluentes del río Grande de Tárcoles, para lo cual AyA prevé construir una planta de tratamiento de aguas en el oeste de la capital costarricense.

Los problemas ambientales se agravan por la concentración industrial en el valle central de este país y la falta de supervisión y control de afluentes y desechos, lo cual ha contribuido a aumentar la contaminación del agua.

En la zona se encuentra casi 85 por ciento de las industrias, el comercio y los servicios de Costa Rica y se procesa entre 60 y el 70 por ciento del café, uno de los principales productos tradicionales de exportación del país.

Las plantas de tratamiento del café, conocidas con el nombre de "beneficios", representan la principal fuente de contaminación orgánica (45 por ciento), seguida de las industrias (31 por ciento) y las aguas servidas domésticas (24 por ciento).

"Aunque en los últimos seis años han habido mejoras en los beneficios de café, sigue existiendo una gran preocupación por su efecto contaminante", explicó a IPS Svetlana Kompaniets, hidróloga del municipio de San José.

El Informe del Estado de la Región, un estudio sobre el desarrollo humano en América Central elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, señala que el sistema socioeconómico del istmo no ha tomado en cuenta la reducción del agua potable y su incapacidad de renovarse como recurso natural.

De esta forma, la degradación y pérdida del recurso hídrico comienza a limitar la calidad de vida de la población y hasta las opciones de desarrollo futuro de América Central, dice el estudio.

Pero, el rescate de la cuenca del Río Grande de Tárcoles ya comienza a llamar la atención de los gobiernos locales, las empresas privadas y la sociedad civil, según entienden los expertos consultados.

La necesidad de controlar la calidad de las aguas, proteger las zonas de acuíferos subterráneos y eliminar los basureros clandestinos en el río son parte de las medidas a adoptar, coinciden especialistas, conservacionistas y autoridades locales.

"Pero mientras no podamos llevar a la práctica las recomendaciones del estudio de factibilidad realizado no se va a avanzar significativamente", comentó a IPS el delegado de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz en la Comisión, Carlos Rosas.

Rosas explicó que, además de generar conciencia sobre el problema, se debe crear una institución rectora que organice y canalice las actividades del rescate de la cuenca del Grande de Tárcoles.

Sin embargo, mientras no se reúnan los recursos, a pesar de la voluntad, "todo podría quedar solo en buenas intenciones", advirtió Rosas.

Arguedas confirmó que los proyectos surgidos del estudio de factibilidad no han podido concretarse por falta de fondos, por lo cual cada entidad miembro de la Comisión está haciendo un trabajo conservacionista individual. (FIN/IPS/nms/dm/en/99)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe