/BOLETIN-DD HH/ JAPON: Mujeres contra acoso sexual y discriminación laboral

Muchas mujeres de Japón decidieron que ya no tolerarán la discriminación laboral o el acoso sexual, como lo demuestra el aumento de casos de demanda judicial por esas causas.

"Hay muchas mujeres jóvenes decididas a decir 'no' a que se les pague por servir el té y atender el teléfono para sus jefes", comentó la profesora Yoshiko Takahashi, presidenta del Comité de Prevención del Acoso Sexual, el primero que se crea en una universidad de Japón, la de Keio.

Las últimas estadísticas muestran que se produjeron cambios importantes en el mundo del trabajo femenino. En julio había 60.000 mujeres presidentas de compañías, 3,3 por ciento más que el año pasado, según una investigación del Banco Teikoku.

Pero el cambio más drástico es el aumento del número de mujeres que presentan casos de discriminación sexual laboral ante los tribunales y que salen victoriosas.

Un juez falló a favor de Hisami Naka, de 56 años, que ganó en julio 30 millones de yenes (280.370 dólares) porque la compañía en la cual trabajaba no la trataba igual que a sus colegas hombres.

El argumento presentado por Naka fue que la firma farmacéutica para la cual trabajó durante 30 años violó su derecho a recibir el mismo salario que los hombres por hacer el mismo trabajo, tal como lo estipula la legislación laboral del país.

La Ley de Igualdad de Oportunidades Laborales fue revisada en abril y se le agregó un artículo sobre acoso sexual y discriminación.

El juez rechazó la defensa de la compañía, según la cual el salario de Naka era menor debido a "faltas" en su conducta laboral, y ordenó que se le brinde una indemnización por discriminación sexual.

Los abogados de Naka señalaron que su victoria sin precedentes sirve para definir la responsabilidad de los empleadores en cuanto al trato igualitario para las mujeres, y debería influir positivamente sobre otros 12 casos que se juzgan por discriminación salarial.

También se otorgó en julio la mayor indemnización por acoso sexual de la historia del país. Un profesor de piano de 48 años fue declarado culpable de abusar sexualmente de una de sus estudiantes durante más de una década, y deberá pagar nueve millones de yenes (84.100 dólares) por los daños causados.

Otro de los casos que los medios de comunicación siguen de cerca estos días es el de una demanda presentada por una estudiante universitaria contra el gobernador de Osaka, Knock Yokoyama, por abuso sexual.

La demandante afirma que el gobernador la tocó y sugirió que le compraría un bolso muy costoso si ella mantenía el incidente en secreto. La joven exige ahora una indemnización de 12 millones de yenes (112.150 dólares), pero Yokoyama prometió que arreglará el asunto fuera de los tribunales.

El mayor número de juicios por acoso sexual, hasta ahora 30 en todo el país según el diario Mainichi Shimbun, y el de los fallos favorables a las víctimas, marca un cambio significativo en una sociedad cuya tradición indica que la mujer está subordinada a los hombres, sobre todo en el lugar de trabajo.

El hecho de que "las mujeres con formación sufran para apoyar a los hombres es parte de tradiciones muy enraizadas. Los logros (que se obtengan) contra esa costumbre pueden considerarse muy significativos", explicó Takahashi.

El objetivo del Comité de Prevención del Acoso Sexual es avanzar un poco más e intentar detener la discriminación, en lugar de actuar cuando ya ocurrió, explicó Takahashi.

El Comité estableció, después de realizar varias investigaciones, unos cuantos lineamientos que intentan definir con claridad cuál es el tipo de actos que podrían clasificarse como acoso, y que deben evitarse.

El acoso verbal, como las referencias a la apariencia o la personalidad utilizadas para herir los sentimientos de la víctima, y la discriminación de género de ciertos trámites, como las entrevistas laborales diferentes para hombres y para mujeres, son algunos de los ejemplos que figuran en la lista del Comité.

"Recibimos quejas de algunas estudiantes que informan que sus empleadores les dijeron gorda, o estúpida, lo cual es claramente contrario a las reglas", explicó Takahashi.

El problema más difícil de la lucha contra el acoso sexual es la propia sociedad japonesa, que aún desaprueba a las mujeres que desafían la tradición del dominio masculino, sostienen los analistas.

"Es muy difícil que las mujeres les digan claramente a los hombres que no actúan correctamente. Las que intentan hablar con claridad son tachadas de groseras o insensibles, lo cual es una situación penosa para ellas en una sociedad como la de Japón", detalló Takahashi.

Esas barreras sociales fueron tomadas en cuenta por el Comité para establecer la definición de discriminación y acoso sexual.

"Decidimos que lo primero era establecer reglas utilizando las relaciones familiares. Pensamos que cualquier cosa que pudiera herir a una esposa o a una hija se considera acoso sexual", relató la profesora.

La Universidad de Keio también recalca que el comité no pretende iniciar una caza de brujas contra otros empleados o superiores. Por lo tanto, las quejas presentadas son examinadas con cuidado y se respeta especialmente la privacidad de los implicados.

Por último, el Comité no es sólo para mujeres. También se alienta a los hombres a pedir asistencia, y hasta ahora, varios han acudido a pedir consejo, según la universidad. (FIN/IPS/tra-en/sk/js/ceb/aq/hd/99

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