/BOLETIN-DD HH/ COSTA RICA: Crece desigualdad social entre hombres y mujeres

Los avances en materia de género fueron moderados en Costa Rica en 1998, a pesar del esfuerzo colectivo para revertir la situación de desigualdad que enfrentan las mujeres, señala un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El desempleo, el aumento de las denuncias de violencia doméstica y el poco espacio de participación política son parte de los problemas que sufren las mujeres en este país, detallados en el quinto informe anual del Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible.

El estudio divulgado esta semana agrega que, aunque se han logrado avances en cuanto a medidas políticas, la realidad es que el año pasado se ensanchó la brecha en materia de ingresos a favor de los hombres.

"El informe nos plantea un desafío elemental" al comprobar que "hemos alcanzado logros apenas moderados", dijo Miguel Gutiérrez, coordinador de la investigación.

Entre los pasos positivos dados por Costa Rica en materia de género se destaca la resolución de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia que obliga al Poder Ejecutivo a nombrar un número significativo de mujeres en los cargos de decisión pública.

El informe también subraya la importancia de que el Centro Nacional para el Desarrollo de la Mujer y la Familia haya sido convertido en una entidad descentralizada del gobierno, con el nombre de Instituto Nacional de la Mujer (Inamu).

Sin embargo, se señalan varios problemas sociales que deben ser atendidos con prioridad. Uno de ellos es que en 1998 las mujeres representaron cerca de 53 por ciento del aumento total de la fuerza laboral del país, pero solo lograron 47 por ciento de los puestos de trabajo creados en ese lapso.

Además, el desempleo abierto femenino creció 16,6 por ciento, lo cual se tradujo en una tasa de ocho por ciento frente a 4,4 por ciento de los hombres.

"La población femenina ocupada creció el doble, pero el problema es que el mercado de trabajo no está logrando absorber esa gran oferta laboral", comentó a IPS Silvia Lara, socióloga del Inamu.

Lara explicó que el aumento de la fuerza laboral femenina se debe, seguramente, a que más mujeres incorporan a su proyecto de vida el deseo de insertarse en el mercado laboral y al agravamiento de la situación económica familiar que genera la necesidad de nuevos ingresos.

En este sentido, el informe revela que entre 1987 y 1998 el porcentaje de hogares encabezados por mujeres aumentó de 19,6 por ciento a 27,1 por ciento.

En los últimos años en Costa Rica la fuerza laboral femenina se ha polarizado mucho, pues hay una minoría con alta capacitación frente a la mayoría que tiene mínima o nula instrucción, dijo Lara.

El informe da cuenta que el sector de mujeres que no posee ningún grado de instrucción, tiene educación primaria incompleta o secundaria incompleta representa 71 por ciento de las mujeres desempleadas.

Paradójicamente, 21,8 por ciento de la fuerza de trabajo femenina tiene un nivel de instrucción universitaria, frente a solo 13 por ciento de los hombres.

En cuanto a participación política, el PNUD apunta que en el parlamento la representación femenina creció en 1998 de 9 a 11 diputadas, de 57 escaños posibles.

Por su parte, el gabinete del presidente Miguel Angel Rodríguez cuenta con cuatro ministras y 12 ministros, mientras en el Poder Judicial hay en la actualidad 174 mujeres y 193 hombres desempeñándose como jueces.

También es evidente el desequilibrio en otros sectores, como en las direcciones de las empresas públicas, con excepción del sistema financiero, en las que se desempeñan cuatro mujeres y 62 hombres.

"De aquí concluimos que la participación de la mujer en cargos públicos todavía es muy deficiente", dijo a IPS la investigadora Isabel Román, integrante del equipo que elaboró el estudio.

Román insistió en que, si bien hay esfuerzos por revertir esta situación, la discriminación y la desigualdad de las mujeres son todavía evidentes.

El estudio señala que los hechos de violencia doméstica contra las mujeres sumaron 20.996 el año pasado, 36,9 por ciento más que en 1997, lo cual indica un aumento de la agresividad hogareña o bien una mayor disposición a denunciar ante las autoridades. (FIN/IPS/nms/dm/pr hd/99)

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