"Manuel", una obra de teatro sobre el mítico guerrillero chileno Manuel Rodríguez, se estrenó en la misma zona en que aquél protagonista de la independencia organizó montoneras contra las tropas de España.
Santa Cruz, una comuna de la provincia de Colchagua, 177 kilómetros al sur de Santiago, fue el lugar escogido por el Teatro Círculo y la fundación del empresario Carlos Cardoen para presentar la obra de Isidora Aguirre el 1 de este mes.
En los campos de Colchagua fue donde se gestó la leyenda sobre las hazañas de Rodríguez durante la Reconquista, como se denomina al período entre 1814 y 1817 en que España recuperó transitoriamente el dominio sobre el territorio de Chile.
El general José de San Martín, quien preparaba en Mendoza el Ejército Libertador junto a Bernardo O'Higgins, encomendó a Rodríguez la misión de sabotear y dispersar a las fuerzas españolas para facilitar la expedición armada.
El Ejército Libertador derrotó a los españoles en la batalla de Chacabuco, en febrero de 1817. San Martín reconoció los servicios de Rodríguez y de su regimiento de Húsares de la Muerte, dándole el grado de coronel.
Pero el guerrillero se transformaría pronto en un líder incómodo para los nuevos gobernantes y no alcanzaría a ser testigo ni protagonista de la batalla de Maipú, del 5 de abril de 1818, donde se produjo la derrota definitiva de los realistas.
Sometido a prisión por orden de O'Higgins, el guerrillero es asesinado a comienzos de 1818 en las cercanías del pueblo de Til- til, al norte de Santiago, por un teniente a cargo de su traslado que le dispara por la espalda.
La obra recoge la versión histórica de que la orden de matarlo provino de la Logia Lautarina, un grupo secreto vinculado a la francmasonería al cual pertenecían San Martín, O'Higgins y otros generales independentistas latinoamericanos.
La historiografía conservadora chilena pone en duda la existencia de Manuel Rodríguez, reconocido como el más popular de los héroes de la independencia e inspirador de proyectos insurgentes durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90).
Aguirre escribió "Manuel" entre 1974 y 1976, en pleno régimen dictatorial, y la pieza permaneció sin ser estrenada hasta ahora, cuando la Fundación Cardoen y la Municipalidad de Santiago patrocinaron el montaje.
El texto contiene, sobre todo en los parlamentos de Manuel Rodrígez, referencias que a la distancia histórica aparecen como una denuncia válida tanto para Casimiro Marcó del Pont, el gobernador de la Reconquista, como para Pinochet.
Vicente San Bruno, retratado en la historia como el cruel general de las tropas realistas que reprimían al pueblo y torturaban a los patriotas, bien podría ser el antecedente de Manuel Contreras, el primer jefe de la represión pinochetista.
"¿Por qué escribir sobre Manuel Rodríguez?", se pregunta Aguirre. Y se responde: "para recordarme y recordar a los que viven en este fin de siglo que hay personas que lucharon y vivieron por un ideal, que creyeron que es posible aquello de 'cambiar el mundo', lo que tiene, sí, serios peligros".
A sus 80 años, Aguirre es la más exitosa dramaturga en Chile. Entre sus obras se destacan la comedia musical "La Pérgola de las Flores" y "Lautaro", un drama histórico sobre la resistencia indígena a la conquista española.
Luego de su estreno en Santa Cruz y presentaciones en San Fernando, la capital de Colchagua, y Rancagua, "Manuel" inicia una larga temporada de presentaciones en la sala Carlos Cariola, uno de los principales teatros de Santiago.
Manuel Rodríguez es "nuestro único héroe romántico, aquel que los historiadores tuvieron que rehacer, recogiendo lo que la tradición popular guardó por muchos años", comentó Ana María Vallejo, directora de la obra.
Rodríguez, representado por el actor Claudio Lillo, es enamorado, valiente y astuto, gran estratega guerrillero y sobre todo organizador de la resistencia a través de montoneras, para las cuales recluta incluso a famosos bandoleros de la época.
Las hazañas y la leyenda del héroe asesinado a los 31 años están presentes a través de toda la obra, sustentada no sólo en la acción, sino también en la reivindicación permanente de un discurso libertario y de justicia social.
"Ni Manuel ni el teniente que recibe la orden de dispararle saben 'por qué muere', pero Manuel sí sabe 'para qué vive'. Su ideal contrasta, en esta obra, con aquellos que teniendo mayor poder anteponen sus intereses a los ideales de justicia en este mundo plagado de injusticias", escribió Aguirre. (FIN/IPS/ggr/ag/cr/99