AMBIENTE: PNUMA prefiere persuasión a denuncia de infraccciones

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) prefiere la persuasión a la confrontación en sus relaciones con quienes causan riesgo ambiental, según Shaqfat Kakakhel, secretario ejecutivo adjunto del PNUMA.

Kakakhel, un diplomático pakistaní, descartó la posibilidad de promover la formación de un Tribunal Internacional Ecológico cuyos fallos sean sanciones morales contra empresas que infrinjan las normas ambientales y gobiernos que no hagan cumplir esas normas.

"Es un tema muy delicado, que debe ser tratado en forma delicada. El PNUMA ha adoptado una línea diferente. No denunciamos a los infractores, ni siquiera emitimos condenas en general. Nos limitamos a estudiar las situaciones de riesgo y recomendar las medidas adecuadas", dijo Kakakhel en Lima a IPS.

"Preferimos invitar a las empresas supuestamente infractoras a elaborar informes sobre el impacto ambiental de sus actividades, y ese procedimiento nos está dando resultados, lentos pero crecientes", afirmó.

"El PNUMA ha creado en París un departamento de Tecnología y Desarrollo, el cual realizará investigaciones y promoverá iniciativas voluntarias de las empresas para modificar sus procedimientos productivos que puedan dañar el ambiente", señaló.

Kakakhel informó, por ejemplo, que la transnacional petrolera Shell comunicó al PNUMA su decisión de gastar la mitad de su presupuesto de investigaciones en la búsqueda de fuentes no contaminantes de energía renovable como alternativa a la combustión de petróleo.

Algunos gobiernos, en especial de países en desarrollo, ceden a fuertes presiones de los grupos económicos internos que demandan una "flexibilización" de las normas ambientales, con el argumento de que es necesario reducir los costos de producción.

La competencia entre países en desarrollo para atraer inversiones extranjeras o estimular las inversiones locales ha determinado que algunas autoridades nacionales adoptaran legislaciones o conductas complacientes con las exigencias empresariales.

"A la larga esos gobiernos se dan cuenta de que tal conducta origina problemas económicos futuros, no sólo por los gastos necesarios para resolver los problemas ambientales que se crean, sino también por la previsible presión de los consumidores internacionales", indicó Kakakhel.

Las organizaciones no gubernamentales ambientalistas denuncian a las empresas transnacionales que infringen las normas ambientales y, si sus denuncias no son atendidas por los gobiernos, promueven boicots de compra contra las firmas transgresoras

Las campañas de boicot, cada vez más frecuentes en los países industrializados, han hecho retroceder a varias empresas transnacionales denunciadas, que prefirieron no desafiar al decisivo mecanismo de presión del mercado.

El secretario ejecutivo adjunto del PNUMA mencionó el caso de China, que durante décadas impulsó el crecimiento de su producto interno bruto en más de 10 por ciento anual, mediante una legislación que no tomaba en cuenta los problemas ambientales.

Luego Beijing decidió cerrar "miles de empresas" que causaban daños al ambiente, porque "la reparación de esos daños tendría que ser asumida por la sociedad y el Estado chinos", añadió.

Kakakhel señaló que el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional se comprometieron a no respaldar financieramente los proyectos de inversión que pongan en peligro el ambiente.

Cuando se le preguntó si las agencias cumplían su promesa, respondió que "para el PNUMA es suficiente haber obtenido ese compromiso de los organismos financieros internacionales. En todo caso, le corresponde a ustedes, los periodistas, averiguar si lo cumplen o no".

El PNUMA fue creado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, realizada en 1972 en Estocolmo, con el objetivo de brindar orientación para la protección del medio ambiente y alentar las asociaciones con esa finalidad.

En 1997 presentó su primer informe sobre Perspectivas del Medio Ambiente Mundial, conocido como GEO 1, que fue el resultado del trabajo de dos años de investigación y aportó, además de una evaluación global, una línea metodológica homogénea para el estudio de los problemas ambientales.

Kakakhel presentó el viernes en Perú el segundo informe mundial del PNUMA, llamado GEO 2000, una documentada evaluación de la crisis ambiental que enfrenta el mundo a las puertas del nuevo milenio, realizada por un Comité Científico integrado por 200 especialistas de 50 países.

La presentación se llevó a cabo en Ecodiálogo 99, una reunión internacional organizada por el Consejo Nacional del Ambiente de Perú a 42 kilómetros de Lima, en la cual participaron representantes gubernamentales, empresarios y expertos.

"La situación mundial es grave, de emergencia total, en aspectos fundamentales para el futuro casi inmediato de la Humanidad: el creciente desabastecimiento de agua y el recalentamiento del planeta, por ejemplo", expresó el secretario ejecutivo adunto del PNUMA.

"Estamos tocando la campana de alarma. Le corresponde a las demás organizaciones acudir al llamado", concluyó. (FIN/IPS/al/mp/en/99

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