AFRICA: Urge regenerar suelos para producir más alimentos

La producción de alimentos en Africa no aumentará sustancialmente a menos que se preserven y regeneren los suelos del continente, advirtió la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La región, cuya población crece más rápidamente que ninguna otra en el mundo, es también la más pobre.

Los suelos africanos están severamente degradados en comparación con los de otras regiones en desarrollo, donde la revolución verde impulsó la producción de cultivos de primera necesidad al desarrollar y difundir el uso de variedades más productivas de arroz, trigo, maíz y otros alimentos.

"La revolución verde que tuvo lugar en Asia y América Latina será imposible en Africa a menos que podamos mejorar la calidad de los suelos en los que estas nuevas variedades crecen mejor", dijo Uzo Mokwunye, director del Instituto de Recursos Naturales de Africa (INRA) de la Universidad de la ONU, con sede en Ghana.

Es mucho lo que está en juego. A menos que Africa subsahariana pueda mejorar la producción de alimentos en los próximos años, el hambre y la pobreza podrían llegar a niveles sin precedentes, según el análisis de la ONU divulgado el sábado, Día Mundial de la Alimentación.

Se calcula que 30 por ciento de los niños africanos sufren de desnutrición.

Si continúa la tendencia actual, la región, netamente exportadora de alimentos en 1950, sólo producirá alimentos suficientes para 40 por ciento de la población de 1.000 millones de habitantes que se calcula tendrá el continente en el 2025.

Esa cifra representa casi el doble de los 550 millones de habitantes de Africa hoy.

Aunque los centros de investigación del mundo en desarrollo continúan dedicando mucho tiempo y estudio al desarrollo de nuevas variedades de cultivos esenciales que puedan utilizarse en Africa, encuentran dificultades especiales debido a la pobreza de los suelos.

"Estos programas (para el cultivo de plantas y mejoras de las cosechas) serán mucho más fructíferos si logramos mejorar la calidad de los suelos", dijo Moctar Toure, director del Programa Especial para la Investigación Agrícola en Africa del Banco Mundial.

La mayoría de los suelos africanos tienen bajos niveles de nutrientes esenciales en comparación con los suelos de otras partes del mundo.

"Los agricultores africanos fueron muy ingeniosos a lo largo de los siglos para obtener cosechas en condiciones tan pobres", dijo Mokwunye.

A esto se suman cuatro acciones humanas que causan la degradación de los suelos: el pastoreo excesivo, las prácticas agrícolas ineficientes, como el uso inadecuado de fertilizantes, irrigación y maquinaria pesada, la sobreexplotación de la tierra agrícola existente y la deforestación mediante la tala y la quema de bosques en busca de nuevas tierras para la agricultura.

Los suelos se reponían tradicionalmente con los residuos de las cosechas y el abono de origen animal, pero estas potenciales fuentes de nutrientes se utilizan cada vez más en Africa como forraje para el ganado y combustible doméstico.

A su vez, algunas prácticas de preservación de la fertilidad de los suelos, como dejar las tierras en barbecho o la rotación de los cultivos, se dejaron de lado debido a la creciente demanda de tierras cultivables de una población que crece con rapidez.

Se cultivan cada vez más tierras marginales, incluso los bosques, porque con frecuencia es más barato poner a producir nuevas tierras que mantener o mejorar la tierra que perdió nutrientes por haber sido trabajada durante décadas.

La región entró en un círculo vicioso. La mayor demanda de tierras cultivables resulta en un deterioro más rápido de los suelos, que dificulta aun más el aumento de la productividad.

Como consecuencia, Africa quedó muy atrás con respecto al resto del mundo en cuanto a la productividad de las cosechas. Las cosechas africanas promedio de importantes cereales como el maíz, el arroz, el sorgo y el trigo son mucho menores que en otras regiones.

El continente tiene una producción de 1,3 toneladas por hectárea, en comparación con 4,8 toneladas por hectárea en China, 2,2 toneladas en India, 4,7 toneladas en Estados Unidos y tres toneladas por hectárea en todo el mundo, de acuerdo con el análisis.

Sin embargo, la situación todavía no es irreversible, según Mokwunye y otros expertos del Banco Mundial y del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR), un consorcio integrado por más de una docena de centros de investigación internacionales y sus principales donantes.

La ONU estima que los agricultores africanos podrían cuadruplicar la producción de maíz, triplicar la de sorgo y aumentar más del doble la de arroz y trigo si recibieran el apoyo necesario para mejorar los suelos y adquirir variedades de cultivos más productivas.

Los gobiernos africanos elaboraron Planes de Acción Nacionales que lograrían estos objetivos a un costo de entre 100 millones y 500 millones de dólares anuales por país durante 10 años, según cálculos de la ONU.

"Si Africa desarrolla su potencial para la producción de alimentos, podría convertirse nuevamente en un exportador neto", dijo Mokwunye. Para eso se necesitarán el apoyo y la cooperación internacionales.

Durante la Cumbre de la Alimentación de 1996, realizada en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Roma, se lanzó la Iniciativa de Fertilidad de los Suelos de Africa, creada para coordinar los esfuerzos de todas las partes clave, entre ellas el INRA, el Banco Mundial, el CGIAR y los gobiernos africanos.

El CGIAR tiene tres centros de investigación de cultivos alimentarios en Africa, que trabajan en el área de la agricultura tropical, agroforestal y el arroz.

El grupo desarrolló un programa de administración de los recursos naturales pensado para tratar los problemas de fertilidad de los suelos, según Manuel Lantin, asesor científico del CGIAR.

"Cuarenta por ciento de los recursos del CGIAR se destinan a Africa", dijo Lantin. El presupuesto anual del grupo es de 350 millones de dólares.

El Banco Mundial también dedica más recursos a la agricultura en Africa. Durante esta década sus préstamos agrícolas a la región promediaron 180 millones de dólares por año. El próximo año esa inversión aumentará a 250 millones de dólares.

Los ministros africanos pidieron al Banco Mundial, la mayor fuente individual de capital para el desarrollo de Africa, que aumente sus préstamos para los proyectos agrícolas en la región a más de 2.000 millones de dólares durante los próximos 15 años para tratar el problema de la infertilidad de los suelos.

Inicialmente, esa institución financiera debería brindar hasta 360 millones de dólares entre el 2000 y el 2004 para implementar nuevos Planes de Acción Nacionales para la fertilidad de los suelos en 12 países, según los africanos.

El INRA, que se especializa en la capacitación de científicos e investigadores africanos, también espera conseguir 15 millones de dólares para realizar su trabajo, según Mokwunye. (FIN/IPS/tra- en/jl/mk/at/aq/dv/99

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