Cientos de cascos azules llegarán a Timor Oriental este sábado, pero eso no amedrentó a las milicias proindonesias que continúan la violencia para impedir la independencia del territorio ocupado por Indonesia desde 1975.
Funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aseguraron que se adelantará la llegada de la fuerza multinacional de mantenimiento de paz que se esperaba inicialmente para el domingo o el lunes.
Aunque los detalles del despliegue son secretos, se sabe que Australia, que lidera la fuerza de la ONU con derecho a abrir fuego, enviará unos 2.000 soldados el fin de semana. Filipinas, Gran Bretaña, Tailandia y varios países más aportarán más tropas en los próximos días.
Estados Unidos anunció el jueves que enviará 200 soldados para brindar apoyo logístico, de comunicaciones y de transporte.
Las bandas armadas proindonesias siguen causando destrucción en Timor Oriental. Un funcionario de la ONU informó que en Dili, la capital, seguían ardiendo edificios mientras 15 camiones cargados con bienes saqueados partieron de la ciudad hacia la provincia indonesia de Timor Occidental, en el oeste de la isla de Timor.
En la ciudad de Baucau, observadores de la ONU presenciaron la partida de milicianos en un avión de transporte Hércules C-130 de la fuerza aérea indonesia. Los hombres armados se habrían retirado en formación militar, lo cual indica un alto nivel de organización bélica.
El líder independentista Xanana Gusmao advirtió en una carta dirigida al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que no se puede confiar en las fuerzas indonesias y que es poco realista esperar que cooperen con los cascos azules.
"Las fuerzas indonesias en Timor Oriental están bajo pleno control de la unidad militar especial Kopassus. Estos soldados están infiltrados en sectores civiles de nuestra sociedad y seguirán asesinando a nuestra gente y minando todo proceso de paz o posibilidad para pacificar a nuestra patria", aseguró.
Gusmao pretende que la ONU acceda a campamentos en Timor Occidental donde fueron llevados a la fuerza decenas de miles de timorenses del este. El líder comparó a estos centros de refugiados, que son patrullados por militares indonesios y por milicianos, con "campos de concentración".
Los refugiados detenidos en esos campos podrían ser utilizados como rehenes para obligar a Gusmao, a quien se considera el más probable candidato a la presidencia de Timor Oriental, a ceder a los objetivos de Indonesia, incluso a repetir el plebiscito del 30 de agosto en que 78,5 por ciento de los electores timorenses optaron por la independencia, afirmó.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) distribuirá 12,5 toneladas de alimentos a los niños y niñas detenidos en los campamentos en Timor Occidental. Así mismo, el organismo entregará 10.000 mantas para que fuerzas de la ONU las arrojen desde el aire sobre Timor Oriental.
Según Unicef, hasta 500.000 de los 800.000 timorenses del este tuvieron que abandonar sus hogares para huir de la violencia y corren serios riesgos de salud.
"Se denunciaron varias masacres, incluso casos de violencia extrema conta mujeres y niños. Miles ocultos en las montañas de Timor Oriental están desesperados por recibir alimentos y refugio", declaró la directora ejecutiva de Unicef, Carol Bellamy.
Constancio Pinto, representante ante la ONU de la independentista Coalición Nacional de la Resistencia Timorense, exhortó el jueves a Estados Unidos y a otros países que arrojen de inmediato alimentos desde el aire a cientos de miles de los timorenses refugiados en las montañas.
Fuentes diplomáticas, incluso algunos de los cinco embajadores del Consejo de Seguridad de la ONU que visitaron Timor Oriental el sábado 11, creen que varios botes llenos de timorenses del este partieron de Dili y volvieron vacíos pocas horas después.
Un diplomático dijo que son "creíbles" las versiones que aseguran que los pasajeros de los botes fueron asesinados.
Las travesías no tardaron lo suficiente para que los botes depositaran a los pasajeros en otras islas antes de volver a Dili, aseguró Charles Scheiner, de la organización estadounidense Red de Acción para Timor Oriental.
"Es un poco como (la guerra del Golfo entre) Iraq y Kuwait, (los indonesios) destruyen todo antes de partir. Arrojan a la gente al mar desde helicópteros", denunció el independentista y ganador del premio Nobel de la Paz en 1996 José Ramos Horta.
Diplomáticos de la ONU discuten la posibilidad de investigar acusaciones de crímenes de guerra cometidos en el territorio.
Mary Robinson, la Alta Comisionada de las Naciones Unidos para los Derechos Humanos, dijo esta semana que se debe formar una comisión de investigación independiente que examine esas acusaciones.
Paradójicamente, uno de los pocos arrestos que hicieron las fuerzas indonesias encargadas de la seguridad en Timor Oriental fue el del periodista estadounidense Allan Nairn, acusado de realizar "actividades no autorizadas" y de permanecer en el territorio con la visa vencida.
Nairn será procesado por los dos cargos y podría ser condenado a una pena de 10 años de prisión. El periodista fue testigo en 1991 de la masacre perpetrada por soldados indonesios contra 270 timorenses del este. (FIN/IPS/tra-en/fah/aq/ip/99