SALUD-URUGUAY: Más psicofármacos por soledad y recesión

La soledad, la disminución de los mecanismos de comunicación social y la recesión económica son algunos de los factores que determinan que en los últimos cuatro años en Uruguay haya aumentado casi dos veces y media el consumo de psicofármacos.

Así lo constató una encuesta realizada por la estatal Junta Nacional de Drogas (JND), que también mostró una disminución en el consumo de anfetaminas, marihuana, tabaco y alcohol.

En 1994, el 4,7 por ciento de los encuestados habían consumido tranquilizantes (ansiolíticos, hipnóticos, neurolépticos e inductores del sueño) y en 1998, treparon a 11,4 por ciento.

El riesgo del abuso de tranquilizantes no resuelve la causa que motiva su consumo y genera dependencia, dijo a IPS Pedro Bustelo, catedrático de psiquiatría de la Facultad de Medicina.

El psiquiatra señaló que un estudio financiado por la Organización Mundial de la Salud reveló que el 21,1 por ciento de la población había tomado tranquilizantes en los 30 días previos a la consulta. El 69 por ciento de los consultados admitieron que habían estado tomando los medicamentos desde hacía más de un año.

Estos medicamentos se usan en gran medida por adultos mayores (más de 65 años), lo que causa una baja de sus defensas físicas y puede provocarles caídas con las consiguientes lesiones, como las habituales fracturas, especialmente en la caderas, afirmó.

Bustelo comentó que el uso de tranquilizantes tiene razones múltiples que son generadoras de depresión, entre las que mencionó la recesión económica, la disminución de los mecanismos de comunicación social y la soledad.

Según el último censo, de 1996, casi el cinco por ciento de los 3,1 millones de habitantes de Uruguay viven solos, subrayó.

El trabajo realizado por la JND se realizó tomando una muestra representativa de 3.658 personas de 12 a 64 años, residentes en ciudades de más de 5.000 habitantes.

Una preocupación de las autoridades de la JND consiste en que la mayoría de los tranquilizantes consumidos por los uruguayos se obtienen sin haber consultado previamente a un médico.

Además, un porcentaje no determinado surge de la obtención clandestina de esos medicamentos, pese a los severos controles sobre la venta que realiza el Ministerio de Salud Pública.

El acceso lícito se produce muchas veces por el "bajo o nulo control" de los médicos, ya que una vez que recetan un medicamento, basta en muchos casos con que el paciente concurra nuevamente para repetirlo, sin un control adecuado.

A través de ese mecanismo, "el paciente termina en su poder con un volumen superior al que necesita y que es muchas veces utilizado con un fin diferente para el cual fue recetado", dijo a IPS el presidente de la JND, Alberto Scavarelli.

En el período estudiado por la JND, aumentó también el consumo de opiáceos automedicados (morfina, codeina, dioxadol, demerol) aunque en menor proporción que los psicofármacos, de 0,3 a dos por ciento. Asimismo, se registró un leve aumento en el consumo de cocaína, de 0,9 a uno por ciento.

Descenso de consumo se registró en el caso de las anfetaminas (de 1,1 a 0,8 por ciento), la marihuana (4,2 a 3,9 por ciento) y los alucinógenos (0,6 a 0,5 por ciento).

En el caso del tabaco, la reducción en el consumo fue notoria en los últimos cuatro años. Entre 1994 y 1998 bajó de 57,6 a 49,5 por ciento.

Las mujeres a partir de los 27 años, con énfasis en las que superan los 40 años, resultaron ser las mayores consumidoras de psicofármacos. Los hombres, en tanto, son los mayores consumidores bebidas alcohólicas.

En 1994, un estudio de la JND había establecido que el 89,7 por ciento de los consultados consumía alcohol, cifra que en 1998 bajó a 78,5 por ciento.

En la primera medición, 19,5 por ciento de los consumidores de alcohol admitieron que lo consumían en forma abusiva, en tanto el año pasado ese reconocimiento lo expresó el 17 por ciento.

En el caso del alcohol, el consumo entre 1994 y 1998 cayó 11 puntos porcentuales, pero ocupa aún el primer lugar entre las sustancias psicoactivas de consumo habitual, seguido del tabaco (49,5 por ciento) y la marihuana (3,9 por ciento), indicó la JND. (FIN/IPS/rr/ag/he-ip/99

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