Los habitantes de la mayoría de las regiones del mundo tienen una vida más larga y saludable que nunca, reveló hoy el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP).
En su informe anual "Estado de la Población Mundial", el FNUAP sostuvo que la medicina moderna y las mejores condiciones de vida disminuyeron drásticamente la mortalidad, en especial en la infancia, en un mundo asolado por la pobreza, las deudas y una ola de conflictos étnicos.
La esperanza de vida promedio aumentó de 46 en 1950 a 66 años en la actualidad, y cada vez más mujeres y hombres tienen la información y los medios para decidir la cantidad y el momento en que desean tener a sus hijos, según el informe de 76 páginas.
Sin embargo, el FNUAP advirtió que todavía hay 1.000 millones de personas (una de cada seis) que viven en la pobreza en todo el mundo.
El crecimiento de la población mundial, que se sitúa ahora en 78 millones de personas al año, es más lento debido a la disminución de la natalidad, según el informe.
El FNUAP prevé que la población mundial llegará a 6.000 millones de habitantes en octubre, tras un aumento de 1.000 millones en solo 12 años.
La rapidez con que se sumen 1.000 millones más y las consecuencias del crecimiento demográfico sobre los recursos naturales y el ambiente dependerán de las decisiones políticas y financieras que se tomen en los próximos cinco a 10 años, de acuerdo con el estudio.
La asistencia internacional al desarrollo cayó de un punto máximo de unos 61.000 millones de dólares en 1992 a apenas un poco más de 48.000 millones en 1997.
Aunque se destina una parte más grande de los fondos de los donantes a la asistencia a la población (3,1 por ciento en comparación con 1,3 por ciento), "se trata de una porción más grande de un pastel más pequeño, y todavía está lejos de las metas acordadas", señaló el FNUAP en su estudio.
Las regiones que experimentaron un crecimiento demográfico más rápido son Africa subsahariana y áreas del sur y el oeste de Asia. Actualmente, más de 95 por ciento del crecimiento de la población actual ocurre en países en desarrollo.
La fertilidad en las naciones en desarrollo cayó a la mitad desde 1969, y pasó de casi seis hijos por mujer a menos de tres. Como resultado, el crecimiento de la población es más lento.
El crecimiento de la población se redujo hasta casi detenerse en Europa, América del Norte y Japón. Estados Unidos es el único país industrializado cuya población, según las previsiones, continuará aumentando, en especial debido a la inmigración.
El número de emigrantes internacionales aumentó de 75 millones a 120 millones entre 1965 y 1990. Al acompañar el crecimiento de la población, la proporción de emigrantes en todo el mundo continúa siendo de alrededor de dos por ciento del total de habitantes.
Desde el establecimiento del FNUAP en 1969, la población mundial pasó de 3.700 millones a 6.000 millones de habitantes. Sin embargo, la tasa anual de crecimiento de la población pasó de 2,4 por ciento a 1,8 por ciento, y debería continuar disminuyendo, según el estudio.
La mortalidad general se redujo a la mitad desde 1950, pasando de 20 a menos de 10 muertes cada 1.000 personas.
La "caída sin precedentes de la mortalidad" comenzó a fines del siglo XIX y principios del XX, pero se intensificó después de la segunda guerra mundial a medida que aumentó la disponibilidad de servicios sanitarios básicos, agua potable y servicios de salud modernos en casi todo el mundo.
"La población mundial es más saludable que nunca desde la infancia hasta la vejez", afirmó el FNUAP en su estudio.
La mortalidad infantil mundial cayó dos tercios desde 1950, de 155 a 57 muertes cada 1.000 nacimientos. Se prevé que esta tasa se habrá reducido dos tercios más en el 2050.
La mortalidad materna también cayó, pero de manera más lenta y menos general. Otras tendencias de salud prometedoras incluyen la mejora de los niveles de inmunización y de la educación para la salud.
El estudio advirtió que todos los avances registrados en las últimas décadas están cada vez más amenazados por los efectos acumulativos de la pobreza, la desnutrición y las epidemias, la discriminación de género y las desigualdades en la educación y la salud, incluso la salud reproductiva.
También hay nuevas amenazas a la vista, entre las que se cuentan el virus de inmunodeficiencia humana y el sida, los cambios ambientales y la reducción de los recursos internacionales para el desarrollo.
Todos estos factores tienen "el potencial para anular los beneficios de una menor fertilidad respecto de la generación pasada, con consecuencias globales". (FIN/IPS/tra-en/td/mk/at/dv pr he/99