KOSOVO: Albaneses toman por la fuerza propiedades serbias

El tejido económico de Kosovo se tranforma rápidamente, como consecuencia de la acción de grupos organizados albano-kosovares que toman por la fuerza las tierras, los medios de comunicación, las compañías y los pequeños comercios de los serbios.

Pocos creen que se pueda establecer una sociedad democrática y multiétnica en la sureña provincia de Serbia, casi tres meses después de que refugiados y guerrilleros del separatista Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) comenzaron a volver al territorio kosovar.

El autoproclamado primer ministro de Kosovo y líder político del UCK Hasim Thaci prometió que habrá una sociedad multiétnica en la provincia, pero eso no disminuyó la persecución contra los serbios y gitanos.

El éxodo de los albano-kosovares fue rápidamente sustituido por el de la población serbia, frente a los ojos de las fuerzas militares KFOR, dirigidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Existe amplia documentación de que bandas armadas saquearon propiedades de serbios y asesinaron, expulsaron y acosaron a miembros de esa comunidad.

"La intervención militar de la OTAN contra Serbia comenzó con el pretexto de impedir una catástrofe humanitaria y la limpieza étnica" de los albano-kosovares, dijo Konstantin Obradovic, experto en derecho internacional de Belgrado.

"Ahora la limpieza étnica se revirtió a los serbios, y la responsabilidad le corresponde a los estados que enviaron a sus fuerzas a Kosovo y a los comandantes en el terreno", agregó.

Unos 200.000 serbios huyeron de la provincia desde que cesaron los bombardeos de la OTAN el 12 de junio, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y la Iglesia Ortodoxa Serbia.

Ahora en Kosovo los serbios no superan los 30.000, sostienen ambas organizaciones. La Iglesia también publicó una lista con los nombres de 257 serbios asesinados y de 275 secuestrados entre el 2 de junio y el 20 de agosto. Se teme que la mayoría de los desaparecidos estén muertos.

"Los serbios en Kosovo fueron concentrados en reservas, como los indígenas de América del Norte", comentó Vladan Batic, coordinador de la opositora Alianza por el Cambio. La población serbia que queda vive principalmente en el norte de Kosovo, en pequeños enclaves fronterizos con el resto de Serbia.

El líder serbio Momcilo Trajkovic y el obispo de Kosovo Artemije propusieron que la provincia se divida en cantones étnicos, pero el director de la administración de la ONU (Unmik), Bernard Kouchner, lo rechazó porque la "cantonización no es una buena palabra". "Nos recuerda muchas cosas malas", argumentó.

A cambio sugirió "reagrupar" a los serbios con protección internacional. No explicó cuál es la diferencia entre la "cantonización" y la "reagrupación".

"A pesar de la intervención de KFOR y Unmik, podemos decir que el concepto de un Kosovo multiétnico fue derrotado, así como (fueron derrotados) los serbios… y el concepto de democracia", dijo Trajkovic a IPS.

Activistas de derechos humanos y expertos en derecho internacional de Belgrado criticaron la incapacidad o falta de voluntad de los funcionarios internacionales en Kosovo para imponer el orden e impedir el conflicto.

"No hay nadie (en la comunidad internacional) dispuesto a decir de qué manera se restablecerá la sociedad multiétnica en Kosovo", aseguró Zoran Lutovac, del Instituto de Ciencias Sociales de Belgrado.

"Las soluciones impuestas desde el exterior en Croacia y Bosnia Herzegovina muestran que hay dos maneras: la expulsión de los serbios o la creación de dos entidades", agregó.

Unos 200.000 serbios fueron expulsados de Krajina en 1995, cuando el ejército croata tomó el control de la región rebelde. Ahora quedan muy pocos serbios en Croacia.

Los acuerdos de Dayton de 1996 dividieron a Bosnia Herzegovina en dos entidades étnicas, la Federación Croata-Musulmana y la República Serbia.

Numerosos observadores señalan que sólo habrá una solución definitiva para los serbios de Kosovo, y que esta "yace en las manos del (separatista Ejército de Liberación de Kosovo) UCK y de su jefe militar Agim Ceku", dijo la analista Radosa Milutinovic.

Ceku, considerado "general" por la OTAN y la ONU, es el ideólogo de la limpieza étnica perpetrada en 1995 por el ejército croata en Krajina, cuyo nombre en clave fue Operación Tormenta.

"Ahora espera alcanzar un éxito similar en Kosovo", dijo Drago Hedl, analista de Rijeka, Croacia.

El presidente croata Franjo Tudjman condecoró a Ceku con nueve medallas por su papel en la operación de Krajina, lanzada gracias a los ataques de la OTAN contra las fuerzas serbias de Bosnia, los cuales cambiaron el rumbo de la guerra.

Durante la Operación Tormenta, el ejército croata fue acusado de crímenes de guerra y de violar sistemáticamente los derechos humanos, lo cual es investigado por el Tribunal de Crímenes de Guerra para la ex Yugoslavia, en La Haya.

Ceju abandonó el ejército croata en febrero para unirse al UCK con el rango de teniente general, luego de haber estudiado en la Academia Militar de Belgrado y de haber sido oficial del ejército yugoslavo.

En 1991, cuando estalló la guerra en Croacia, se sumó a las fuerzas que luego se convirtieran en el ejército croata. Informes sin verificar señalan que al menos 16 oficiales de ascendencia albanesa, veteranos de guerra contra los serbios en Croacia, habrían abandonado el ejército croata para unirse al UCK este año.

Varias fuentes advirtieron del pasado de Thaci y de los vínculos entre el UCK y la mafia albanesa, acusada de proxenetismo, tráfico de narcóticos y de armas.

El albanokosovar Veton Surroi, uno de los fundadores del partido Parlamentario kosovar y editor del diario independiente Koha Ditore, criticó la violencia contra los serbios.

En un editorial, Surroi comparó la situación de los albano- kosovares durante las 11 semanas de bombardeos de la OTAN, cuando fueron sometidos a los abusos generalizados de fuerzas paramilitares serbias, a la situación que padecen los serbios en Kosovo ahora.

"Conozco la excusa evidente de que hemos sufrido una guerra bárbara en que los serbios fueron responsables de los crímenes más horrendos y en que la intensidad de la violencia generó el deseo de venganza entre muchos albaneses", escribió.

"La violencia actual es la intimidación organizada y sistemática de todos los serbios sencillamente porque son serbios", agregó.

"Es probable que la comunidad internacional no nos castigue por no defender la multietnicidad de Kosovo. Pero luego de haber sido víctimas de la peor persecución de fin de siglo en Europa, ahora nosotros nos estamos convirtiendo en perseguidores y hemos permitido que reaparezca el espectro del fascismo", destacó. (FIN/IPS/tra-en/vpz/ak/aq/ip/99

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