IPS: ¿El fracaso de la consulta popular tendrá incidencia en el proceso de paz?
MACK: Gente que tiene determinados intereses utiliza el fracaso de la consulta popular para decir que el proceso de paz ya no sirve, pero muchos lo han interpretado como un rechazo a los políticos.
Además de referirse a los capítulos relativos a la paz, la consulta incluyó otros asuntos, que entorpecieron y dilataron la reforma constitucional. La consulta fue complicada y confusa, y los 12 capítulos a modificar sugeridos en los acuerdos de paz se convirtieron en más de 50.
También hubo una campaña de manipulación y de desinformación que confundió a la gente. En fin, el mensaje a los votantes, a quienes se dijo "si no conoces las reformas vota no", también influyó, debido a la apatía del electorado y a la escasa credibilidad de los partidos políticos.
Pero si hay realmente voluntad de desarrollar la agenda de la paz, el proceso debe continuar, pese al resultado de la consulta, ya que lo que se pretendió con los acuerdos de paz fue avanzar un primer paso, sentar las bases de lo que se debe hacer.
La paz concebida es fundacional, porque se debe refundar el Estado a través de los acuerdos logrados, y eso no se puede lograr en tres años.
Esa paz fundacional abrió grandes expectativas, a las que no ha colmado el lento proceso posterior. Creo que los guatemaltecos no quieren regresar al pasado, pero la falta de confianza en el sistema, en los políticos y en la justicia determina una gran apatía, y la crisis económica tampoco ayuda.
IPS: ¿Por qué cree usted que los indígenas tuvieron una baja participación en la consulta popular, si ésta los beneficiaba?
MACK: Yo no diría eso, porque a la hora de hacer el análisis de los departamentos donde ganó el voto por sí prácticamente fueron los departamentos de mayoría indígena.
IPS: Pero únicamente votaron 17 por ciento de los inscriptos en el censo electoral y la población indígena es más de 50 por ciento del total. ¿Cómo se puede integrar a los indígenas a la lucha por sus propios derechos?
MACK: No hubo facilidades para el transporte y muchas personas tenían que caminar todo un día para votar. Yo creo que había interés por la cuestión indígena, como lo demuestra el resultado en los departamentos en que triunfó el voto por sí.
Creo que hay una dinámica en los pueblos indígenas que se detendrá tan sólo porque se haya perdido la consulta. Yo creo que esa dinámica continúa. Ellos tienen sus propios tiempos y, más temprano que tarde, los cambios se irán dando, como se están verificando en la justicia, con limitaciones, pero se están dando.
Ha habido un avance en la participación de los indígenas. Se han abierto más espacios para ellos a partir de la firma de la paz, y ellos son los que más han ganado, porque se organizaron mejor, han tomado más conciencia, aunque fuera con sus tiempos, con sus dificultades.
IPS: ¿Que opinión le merece el hecho de que personas vinculadas a la peor época de las violaciones a los derechos humanos se postulen a importantes cargos de elección popular? Me refiero concretamente al Frente Republicano Guatemalteco, que va adelante en las encuestas para las elecciones del 7 de noviembre y cuyo líder, el general Efraín Ríos Montt, es acusado de genocidio.
MACK: La impunidad se ha ido apoderando también del proceso electoral, y ellos fomentan la cultura de terror. También entorpecen iniciativas que podrían favorecer, por ejemplo recomendaciones de la Comisión de Esclarecimiento Histórico, y buscan la ampliación de la Ley de Reconciliación Nacional, para lograr más impunidad.
El caso que usted menciona también demuestra que los partidos políticos siguen a quien los puede apoyar con dinero, más que identificarse con las necesidades de sus electores.
Parte de la herencia que nos dejador los 36 años de conflicto armado es la alteración de nuestros valores, porque la vida no tenía ningún valor. Entonces, que Alfonso Portillo (candidato a la presidencia por el FRG) matara a dos personas cuando vivía en México no es nada para mucha gente.
Es terrible, porque en cualquier otro país, esos antecedentes habrían significado la sepultura política de cualquier candidato. Pero nosotros nos acostumbramos a la violencia y a las muertes diarias.
Sin embargo, creo que ha preocupado mucho que el candidato Portillo dijera que de llegar al gobierno suprimirá la Comisión Presidencial de Derechos Humanos y que denunciará el Pacto de San José (Convención Americana sobre Derechos Humanos), y que defendiera la aplicación de la pena de muerte.
También debemos tener en cuenta que Guatemala necesita fondos de la comunidad internacional y que si ellos (el FRG) van a generar desconfianza, los problemas económicos se profundizarán. Muchos analistas han dicho que, en esas circunstancias, Guatemala caería en una situación de ingobernabilidad.
Pero, lamentablemente, puede haber un voto de castigo para el (gobernante) Partido de Avanzada Nacional, por la situación económica que se vive, por las privatizaciones, especialmente de la compañía telefónica, que no ha sido aceptada por grandes sectores de opinión, y por el aumento de tarifas públicas.
Esta gente (el FRG) podría ganar, ya que, por otro lado, la izquierda no logra consolidarse y se fragmenta cada vez más. Así que el futuro, por lo menos por ahora, no parece muy promisorio. (FIN/IPS/cz/ff-mj/hd/99