El gobierno de Colombia ajusta un cronograma para concretar en seis meses 25 contratos con empresas petroleras extranjeras, tras la adopción de medidas que buscan mejorar la competitividad del sector.
La estatal Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol) modificó el esquema de contratación con las compañías asociadas y se adoptaron medidas tributarias con mayores incentivos a las inversiones, para poder competir en el mercado internacional.
La decisión se basa en la necesidad de aumentar las prospecciones petroleras luego que en 1998 sólo se realizaran 13, contra el promedio de 70 exploraciones anuales registradas en la década de los años 80.
Colombia registró un consumo de 845 millones de barriles entre 1994 y 1998, pero sólo aumentó las reservas en 14,7 millones de barriles, cuando en el subsuelo tiene un potencial estimado de 37.000 millones de barriles.
Un estudio de Ecopetrol sobre la situación petrolera en 15 países señala que 66 por ciento presenta mejores perspectivas que Colombia y 60 por ciento tiene condiciones más favorables en cuanto a reservas y potencial petrolero.
Entre los países de América Latina estudiados, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia presentan condiciones menos atractivas de prospección petrolera, mientras Argentina y Brasil están en condiciones similares a Colombia y Venezuela está por encima.
En tamaño de áreas petroleras en América del Sur, Colombia es superada por Venezuela, y en potencial de reservas (que por los estudios en la zona se sabe que existen) Venezuela y Brasil van adelante.
Expertos indican que el sector petrolero colombiano perdió competitividad por falta de políticas estables, poca rentabilidad y el hostigamiento y ataques de la guerrilla a la infraestructura y personal.
Otros factores que restaron el interés de los inversionistas externos fueron las dificultades burocráticas para la entrega de licencias ambientales requeridas para el sector, y el conflicto entre la comunidad indígena uwa y la Occidental Petroleum Company.
Los uwa se oponen a que la Occidental explote un campo petrolífero en su reserva, en la región de Samoré (centroeste), por considerar que esta actividad va en contra de sus creencias y cultura.
En el nuevo esquema de contratación, Ecopetrol reduce su participación inicial de 50 a 30 por ciento, mejorando así la oferta a los inversionistas privados, que originalmente era de 50 por ciento para cada parte.
Ecopetrol también ofrecerá a privados 10 áreas con potenciales recursos de hidrocarburos, que estaban reservados para su uso exclusivo y en la que ha invertido en investigaciones desde hace dos años, informó el presidente de compañía estatal, Carlos Rodado.
Los campos petroleros, que abarcan 1,5 millones de hectáreas del centro y este colombiano, tienen reservas potenciales de 1.500 millones de barriles.
El gobierno de Andrés Pastrana resolvió abrir nuevas áreas petroleras a particulares ante la imposibilidad de Ecopetrol de asumir las cuantiosas inversiones necesarias para evitar que el país se transforme en cinco años en importador de hidrocarburos.
Colombia dejó su condición de comprador de crudo en 1983, cuando entraron en operación los campos de Caño Limón, en el nordeste, que produce un promedio de 300.000 barriles diarios, y habilitó otros 85 proyectos de perforación a inversionistas extranjeros.
No obstante, la experiencia de Caño Limón no se repitió en los descubrimientos de yacimientos en Cusiana, también en el nordeste, en 1989, que elevaron la producción a cerca de 800.000 barriles diarios, debido a los cambios en las condiciones contractuales, según expertos.
A su vez, la decisión de la guerrilla de declarar "objetivo militar" a la infraestructura petrolera, que se concretó en más de 500 atentados entre 1985 y 1998, también alejó a los inversionistas.
Portavoces de Ecopetrol explicaron que la importación de hidrocarburos incrementaría 20 por ciento el déficit de la balanza comercial y afectaría de manera importante los ingresos del Estado.
El ministro de Minas, Luis Valenzuela, dijo que el gobierno no piensa "comprometer los fondos públicos en actividades de alto riesgo".
El funcionario agregó que las medidas adoptadas buscan limitar el riesgo financiero en las cuantiosas inversiones que demanda la tarea exploratoria de hidrocarburos, y pretenden ofrecer al socio externo una rentabilidad acorde con el riesgo político y geológico que representa Colombia.
Los estudios de Ecopetrol indican que la tasa interna de retorno (la rentabilidad esperada) antes de la reforma era de 7,6 por ciento, mientras que con las nuevas medidas pasa a ser de 17 por ciento.
Según Valenzuela, aunque Colombia presenta buenas condiciones para el desarrollo de proyectos en hidrocarburos, por sus problemas de orden público no puede tener las mismas exigencias que Venezuela o Arabia Saudita.
El cambio en la política petrolera coincide con un ambiente favorable, debido a la mejora de los precios internacionales del crudo que representará para Colombia ingresos adicionales de 1.600 millones de dólares por concepto de exportaciones.
La suma representa el doble de lo que recibirá el país por la reforma tributaria a estudio del Congreso y será un alivio para las finanzas del Estado, afectadas por una caída en la producción de seis por ciento en el primer semestre de 1999.
Los ingresos por exportaciones de petróleo totalizaron 1.298 millones de dólares en los seis primeros meses de este año, 28 por ciento más que en el mismo lapso de 1998, y representaron cerca de un cuarto del total de las ventas externas colombianas. (FIN/IPS/yf/dm/if/99