El pacto de neutralidad del Canal de Panamá, invocado por un alto militar de Estados Unidos para una eventual intervención armada en Colombia, no otorga derecho a Washington par estacionar tropas en la vía interoceánica, advirtieron expertos.
Este tratado, uno de los firmados en 1977 por los entonces presidentes Omar Torrijos, de Panamá, y Jimmy Carter, de Estados Unidos, tampoco le otorga a Washington la facultad de proteger el canal ni de actuar desde ese enclave sobre otros países.
El debate se originó a finales de junio, cuando el general Charles Wilhelm, jefe del Comando Sur del ejército de Estados Unidos, invocó el pacto para justificar una posible intervención militar en Colombia, donde han recrudecido los enfrentamientos armados entre el ejército, la guerrilla y grupos paramilitares.
Wilhelm informó a una comisión del Congreso que el Comando Sur tiene preparado un plan de contingencia en caso de que el conflicto interno de Colombia haga peligrar el canal.
"Ni siquiera tenemos que consultar para intervenir militarmente porque así está estipulado en los tratados 'Torrijos- Carter"', firmados en 1977, agregó.
Entre estos acuerdos figura el Tratado del Canal de Panamá, que establece la entrega de la vía interoceánica y las bases militares de Estados Unidos a este país latinoamericano el 31 de diciembre de 1999.
Los tratados también incluyen un pacto multilateral concerniente a la Neutralidad Permanente del Canal de Panamá al que aludía Wilhelm, el cual ha sido ratificado por más de 45 estados del mundo.
El general subrayó que la "Enmienda De Concini", introducida unilateralmente por el Congreso estadounidense cuando ratificó los tratados en marzo de 1978, avala el derecho de Washington a intervenir militarmente en este país para proteger la integridad del canal.
La enmienda interpreta el artículo IV del pacto de neutralidad y fue presentada por el senador republicano Dennis de Concini con el manifiesto propósito de "proteger los intereses vitales de Estados Unidos".
"Conforme al tratado concerniente a la Neutralidad Permanente y al Funcionamiento del Canal de Panamá, Panamá y Estados Unidos tienen la responsabilidad de asegurar que el canal de Panamá permanezca abierto y seguro a naves de todas las naciones", indica la enmienda.
La norma estadounidense subraya que la interpretación correcta de este principio es que cualquiera de los dos países, de acuerdo con sus principios legales, "tendrá el derecho a actuar contra cualquier agresión o amenaza dirigida contra el canal o contra el tráfico pacífico de naves por el Canal".
El actículo IV del pacto de neutralidad firmado entre Panamá y Estados Unidos en 1977, establece que ambos "convienen en mantener el régimen de neutralidad establecido en el presente tratado, el cual será mantenido a efecto de que el canal permanezca permanentemente neutral".
Eso queda dispuesto "no obstante la terminación de cualesquiera otros tratados celebrados por las dos partes contratantes".
Pero el artículo V de ese mismo tratado establece que "después de la terminación del Tratado del Canal de Panamá, sólo la República de Panamá manejará el canal y mantendrá fuerzas militares, sitios de defensa e instalaciones militares dentro del territorio nacional".
Además de ese precepto, diversos tratadistas y expertos panameños aducen que esa enmienda carece de valor porque fue protestada por Panamá y por ser contraria al derecho internacional.
El abogado Juan Cristobal Zúñiga, profesor de derecho internacional en la estatal Universidad de Panamá, estimó que la Enmienda De Concini convirtió el pacto de neutralidad "en nulo de nulidad absoluta porque es contrario a las normas del derecho internacional".
El jurista explicó que si ese tratado "tiene objetos ilícitos como la agresión (intervención militar), Panamá no tiene porque cumplirlo de buena fe", y adujo que incluso el gobierno panameño debería dar por terminada la vigencia del acuerdo.
Además, advirtió que la enmienda del Congreso de Estados Unidos convirtió al pacto de neutralidad en un instrumento "contrario a la Carta de la Organización de las Naciones Unidas porque todas las normas que aparecen" en la norma constitutiva del foro mundial "prevalecen ante cualquier tratado bilateral".
El sociólogo y profesor universitario Olmedo Beluche dijo, por su parte, que "el Instrumento de Ratificación" del pacto de neutralidad presentado por este país a Estados Unidos luego de la Enmienda De Concini "anuló el contenido intervencionista de esa disposición"
El Instrumento de Ratificación señala que "la independencia política, la integridad territorial y la libre determinación están garantizadas por la voluntad inquebrantable del pueblo panameño", expresada en el plebiscito de ratificación de los tratados realizado el 23 de octubre de 1977.
Altos funcionarios del gobierno de Colombia, como su presidente Andrés Pastrana y su canciller Guillermo Fernandez de Soto, también han cuestionado, aunque sin señalar directamente a Estados Unidos, el planteamiento intervencionista de Wilhelm.
Tras cuestionar supuestas "intromisiones" de Perú y Venezuela en la política interna de su país, Fernández de Soto dijo a finales de agosto en Bogotá que su gobierno "no admitirá ningun tipo de acto que ponga en entredicho la dignidad de Colombia en el escenario internacional".
"Jamás aceptaré como presidente presiones, ni intervenciones foráneas", dijo, mientras, Pastrana en una alocución televisiva.
Pero, al parecer, existen algunas contradicciones entre los militares del Departamento (ministerio) de Defensa (Pentágono) de Estados Unidos y los civiles del Departamento de Estado en torno a la crisis en Colombia y la posible "solución militar".
Luego de las revelaciones de Wilhelm, el subsecretario adjunto de Estado para Asuntos Hemisféricos, Pete Romero, comunicó al embajador de Panamá en Washington, Eloy Alfaro, que su gobierno no tiene planes para intervenir en la frontera de este país con Colombia.
"El análisis del gobierno de Estados Unidos es que no considera que la presencia de guerrilleros colombianos en el Darién (frontera de Panamá con Colombia) amenace la seguridad del canal", declaró el funcionario.
A mediados de agosto, el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, Thomas Pickering, ratificó lo dicho por Romero cuando señaló, tras una visita a Venezuela y Colombia, que su gobierno "jamás ha pensado en invadir militarmente a Colombia", lo cual cafificó de rumores y "una locura".
Pero el diario Jornal de Brasil dijo esta semana que la Policía Federal de ese país iniciará una operación para cerrar las rutas amazónicas que sirven para abastecer a la guerrilla de Colombia y que ello responde a una operación estratégica de Estados Unidos para cercar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. (FIN/IPS/sh/mj/ip/99