El Ejército de Colombia iniciará este viernes una ofensiva contra grupos que protegen a narcotraficantes en las selvas del sudeste, y algunos analistas interpretaron que esto será un avance hacia la participación de Estados Unidos en el combate con la guerrilla.
El presidente Andrés Pastrana presentó el martes al nuevo batallón que tendrá a su cargo esa ofensiva, cuyo objetivo fundamental será "combatir los grupos armados que protegen la estructura del narcotráfico", según el general Fernando Tapias, comandante de las Fuerzas Armadas.
La unidad militar, que tendrá su sede en la localidad de Tres Esquinas, del departamento sudoriental de Caquetá, cuenta con 2.000 hombres que fueron entrenados durante dos meses por 67 oficiales de Estados Unidos.
El batallón empleará avanzados equipos de telecomunicaciones vía satélite y 18 aviones y helicópteros donados por el gobierno estadounidense, con los cuales el Ejército afirmó que será posible repeler cualquier acción de las bandas dedicadas al narcotráfico o de la guerrilla que las protege.
También dispondrá del apoyo de radares instalados en sitios estratégicos para detectar vuelos ilícitos, y de censores de masas humanas que se desplacen por tierra.
Alfredo Rangel, investigador de la privada Fundación Social, dijo a IPS que la puesta en marcha de esta nueva unidad del Ejército "oficializa una nueva etapa en la modalidad de la ayuda antinarcóticos que venía prestando Estados Unidos a Colombia".
Según Rangel, la asistencia estadounidense venía siendo dirigida en forma prioritaria a la policía, pero esta política comenzó a cambiar cuando cobró fuerza la posición de Barry McCaffrey, jefe de la Oficina de Política Nacional contra las Drogas de la Casa Blanca, sobre la llamada "narcoguerrilla".
Para el analista, este cambio de enfoque ha abierto lentamente las puertas para una participación directa de Estados Unidos en la guerra contrainsurgente, pese a la resistencia de algunos sectores estadounidenses a esa participación.
Las fuerzas policiales erradican cada año entre 50.000 y 60.000 hectáreas de cultivos de drogas, pero la superficie total de esos cultivos ha ido en aumento con protección de la guerrilla y los paramilitares, lo cual ha llevado a que la policía reciba apoyo del Ejército y la Fuerza Aérea, añadió Rangel.
Colombia recibió este año asistencia militar y policial estadounidense por cerca de 500 millones de dólares, sólo superada por la que envió Washington a Israel y Egipto.
El valor de esa asistencia de Estados Unidos a Colombia podría duplicarse el año próximo, si la secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albrigth, accede al pedido de McCaffrey.
McCaffrey dijo al Congreso y otras autoridades estadounidenses, en su informe sobre la visita a Colombia que realizó en agosto, que este país enfrenta "una enorme crisis" porque la guerrilla y los paramilitares "están atacando la democracia, en gran parte financiados por el narcotráfico".
En opinión de McCaffrey, es responsabilidad de Estados Unidos "darle al Ejército y la policía de Colombia los recursos que necesitan" para hacer frente a esas amenazas.
Eduardo Pizarro, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la estatal Universidad Nacional, opinó que Estados Unidos ha dado un giro de 180 grados en su política de asistencia a Colombia, que lo ubica "al borde de un apoyo directo a la guerra contrainsurgente".
El investigador señaló que Washington practica una política de "doble carril" en Colombia, ya que el Departamento de Estado apoya el proceso de paz con los insurgentes lanzado por Pastrana mientras se fortalece al ejército y la policía para la guerra.
Otros analistas estimaron que el apoyo estadounidense a una lucha que no se dirige contra el narcotráfico sino contra la insurgencia significa "intervenir en los asuntos internos de Colombia", y podría ser el comienzo de una "vietnamización" de este país.
El número de militares estadounidenses que cooperan con las Fuerzas Armadas colombianas no fue dado a conocer en forma oficial, pero informes de prensa indicaron que había entre 150 y 250 en tareas de asistencia directa del Departamento de Defensa, 80 de ellos en estaciones de radar y el resto brindando instrucción.
El Centro para Política Internacional de Washington afirmó en un informe divulgado en julio por el diario colombiano El Espectador (el segundo más influyente del país) que hubo un programa específico de los llamados "boinas verdes" (tropas de elite estadounidenses) para realizar 24 operaciones en Colombia.
El informe aseguró que unos 250 "boinas verdes" habrían participado en operaciones de entrenamiento para la lucha antidrogas y 32 en instrucción para "combate antiterrorista" y "rescate de rehenes", sin indicar en qué fechas se habrían realizado esas acciones. (FIN/IPS/yf/mp/ip/99