BRASIL: Plan multimillonario para mejorar la imagen de Cardoso

El Plan Plurianual de inversiones de Brasil con que el presidente Fernando Henrique Cardoso procura recuperar su popularidad tuvo una fuerte repercusión positiva, pero el efecto puede agotarse o volverse en su contra dentro de pocos días.

Las dificultades comienzan en el parlamento, donde su aprobación exigirá enmiendas que dividen incluso al oficialismo.

"Es una injusticia a ser corregida" que el nordeste, la región más pobre del país, reciba 40 por ciento menos recursos para infraestructura que el sudeste, la más rica, se quejó el diputado Inocencio de Oliveira, líder del principal sostén del gobierno, el Partido del Frente Liberal (PFL).

Las cifras anunciadas por el presidente el martes son impresionantes: inversiones por 575 millones de dólares en los próximos cuatro años, generación de 8,5 millones de empleos, crecimiento económico previsto de cuatro por ciento para el 2000 y cinco por ciento a partir del 2002.

Del total de inversiones, 59,4 por ciento se destinan al desarrollo social, 21,6 por ciento a infraestructura económica y 13,7 por ciento al sector productivo. Las relacionadas con el ambiente serán apenas 0,3 por ciento y las destinadas a información y conocimiento, 1,6 por ciento.

Los números favorecen las críticas tras el impacto inicial. Cardoso destacó el carácter social del plan, pero dos tercios de los recursos destinados a esa área son gastos corrientes del sistema de previsión social, es decir jubilaciones y previsiones, no inversiones.

El mismo presidente del Senado, Antonio Carlos Magalhaes, también del PFL, consideró insuficiente el aporte a los programas contra la pobreza y anunció que intentará modificar el Plan Plurianual.

La oposición menospreció el anuncio de Cardoso, efectuado en su momento de mayor impopularidad, con su gobierno rechazado por casi dos tercios de la población, según las encuestas.

Es "un plan virtual", según el diputado José Dirceu, presidente del Partido de los Trabajadores (PT), mayor fuerza opositora.

Un jefe de gobierno desacreditado "no tiene ninguna posibilidad de ejecutarlo, por falta de autoridad", según Leonel Brizola, ex gobernador de Rio de Janeiro que preside el Partido Democrático Laborista.

Los gobernadores del Nordeste reclaman más inversiones para sus estados, criticando el descarte de proyectos esenciales para el desarrollo regional, como la desviación del río Sao Francisco y los de irrigación para la fruticultura.

El descrédito del Plan Plurianual se debe también al incumplimiento del anterior (1996-1999), tanto en el área social como en la de infraestructura. Aquel plan preveía un crecimiento acumulado del producto interno bruto de 14,1 por ciento, y solo se logró 6,2 por ciento.

La mortalidad infantil se situó en 1998 en 36,7 por cada 1.000 nacidos vivos, muy lejos de la meta de 23 por cada 1.000 nacidos vivos prevista para este año, mientras el analfabetismo, que se prometió bajar a 10 por ciento, y se mantenía en 14,7 por ciento.

La generación de electricidad, de 64.000 megavatios en la actualidad, tendría que crecer 25 por ciento en este semestre para alcanzar la meta anunciada.

Los efectos de las crisis internacionales desde 1997 justifican, en parte, la frustracción del plan anterior. La ejecución del próximo depende de la pronta superación de los problemas actuales y de la no repetición de turbulencias internas y externas.

Por eso muchos economistas dudan de su factibilidad. Prever una reducción de los intereses básicos a 13,4 por ciento en el 2000, condición para el crecimiento de cuatro por ciento, es demasiado optimista, según Eduardo Gianetti da Fonseca, de la Universidad de Sao Paulo.

Empresarios también manifestaron escepticismo. Sin las reformas tributaria y previsional, de difícil aprobación parlamentaria, y sin una fuerte reducción de intereses, será imposible cumplir el plan, sostuvo Roberto Faldini, director de Economía de la Federación de las Industrias de Sao Paulo.

Un cuarto de las inversiones previstas dependen de la participación del sector privado.

Las dificultades para poner en marcha la etapa "desarrollista" del gobierno de Cardoso empiezan por el presupuesto del 2000 (anunciado al mismo tiempo que el Plan Plurianual), que exige un incremento de 12,7 por ciento en la recaudación fiscal, es decir en impuestos cobrados.

Líderes parlamentarios ya anunciaron fuerte resistencia no solo a cualquier aumento de los tributos, sino también al mantenimiento de algunos provisionales, como un adicional de 2,5 por ciento del impuesto de renta sobre remuneraciones más elevadas, que debería caducar este fin de año. (FIN/IPS/mo/mj/ip if/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe