BOLIVIA: Gobierno bate su marca en erradicación de coca

Bolivia superó esta semana, en apenas ocho meses y medio, su marca histórica de erradicación de cultivos de coca de 1998 al llegar a las 11.670 hectáreas destruidas, 50 más que en todo el año pasado.

Esta nueva marca se alcanzó el viernes sin un solo enfrentamiento con los campesinos productores de la región del Chapare, principal zona de producción de coca y cocaína de Bolivia ubicada en el centro del país.

Con esa cifra, Bolivia hizo méritos sobrados para asegurarse una evaluación positiva en el proceso de certificación al que somete el gobierno de Estados Unidos cada año a los países sobre la base de su colaboración en la lucha contra las drogas.

"Bolivia está a punto de convertirse en el primer país del hemisferio en quedar libre de las drogas y de la coca excedentaria e ilegal", dijo el viernes en Chimoré, en el Chapare, el vicepresidente Jorge Quiroga, tras presenciar la destrucción de cultivos.

Varios factores explican el éxito del gobierno boliviano en la lucha contra las drogas, que antes acarreó experiencias traumáticas, violencia y muerte.

La agresiva política antidroga del gobierno de Hugo Banzer, que prometió eliminar toda la producción de coca y de sacar a Bolivia del circuito de la cocaína antes del fin de su mandado, en agosto del 2002, logró la adhesión de la comunidad internacional de cooperantes.

Ese respaldo se manifestó en el mantenimiento, y en algunos casos el aumento, de la cooperación de Estados Unidos, varios países de Europa y organismos internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas (PNUFID).

Al comenzar su gestión, en agosto de 1997, Banzer calculó que necesitaba 952 millones de dólares para financiar su ambicioso proyecto.

De ese monto, la mayor parte, unos 800 millones, debía proceder de gobiernos amigos y organismos internacionales, y el resto sería la contraparte nacional.

En noviembre, todos los países y organismos cooperantes para la lucha contra las drogas en Bolivia se reunirán en una sede aún no definida para aprobar un aporte económico extraordinario al gobierno, cuyo monto aún se desconoce.

Pero el éxito boliviano no se explica sólo por el contundente respaldo de la comunidad internacional, sino también por el radical giro que impuso este gobierno en la tradicional estrategia de erradicación.

Antes se compensaba en forma constante al campesino con 2.000 dólares por hectárea destruida. Ahora la compensación disminuye gradualmente, de manera que el campesino que se acoja más tarde al plan de erradicación voluntaria de cultivos de coca recibirá menos dinero.

En el 2002, la compensación económica habrá llegado a cero.

Al ritmo actual, superior incluso a las expectativas del gobierno, se estima que Bolivia podría salir del circuito de producción de coca y cocaína en diciembre del 2001.

El ministro de Gobierno (Interior), Walter Guiteras, expresó esa esperanza el viernes en el Chapare, apoyado en las cifras globales de erradicación.

Desde agosto de 1997, cuando Banzer asumió la Presidencia, el gobierno redujo 27.018 hectáreas de coca, y aún restan por eliminar 23.251 hectáreas, según las mediciones satelitales que se realizan con apoyo de Estados Unidos.

Con las 11.670 hectáreas erradicadas desde enero, se evitó la fabricación de más de 100 toneladas de droga, aseguró el ministro de Agricultura, Oswaldo Antezana.

En los últimos ocho meses y medio, la policía antidroga destruyó también 48.000 metros cuadrados de almácigos de coca que habrían servido para la plantación de 4.000 hectáreas del arbusto.

Los efectivos antinarcóticos se incautaron en este tiempo de más de nueve toneladas y media de droga, 235.000 litros de precursores químicos líquidos y unos 117.018 kilogramos de precursores sólidos destinados a la fabricación de cocaína, según el Ministerio de Gobierno.

Las 20.000 familias que se dedican al cultivo de coca en el Chapare parecen resignadas a la idea de sustituir esta a producción ilegal por otra alternativa basada en el cultivo de frutas.

A diferencia de otros años, esta vez las organizaciones sindicales que agrupan a los campesinos del Chapare no opusieron resistencia ni hicieron marchas hacia las ciudades.

Bolivia es considerado el tercer productor mundial de coca, después de Perú y Colombia, y el segundo de clorhidrato de cocaína, después de Colombia. (FIN/IPS/ac/mj/ip/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe