AMERICA CENTRAL: Resistencia en EEUU a acuerdo comercial

América Central y República Dominicana tienen una discreta esperanza de que el Congreso de Estados Unidos les otorgue en octubre beneficios comerciales similares a los que goza México.

Los presidentes de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana regresaron la semana pasada de Washington sin haber recibido señales firmes de que el Congreso vaya a aprobar la iniciativa, que lleva ya cinco años de espera.

"En este tiempo no ha habido cambios sustantivos. Un sector del Partido Republicano es favorable al plan, pero parlamentarios demócratas se oponen de manera firme", dijo a IPS Luis Guillermo Solís, ex director de Política Exterior de la cancillería de Costa Rica.

El clima político en Estados Unidos "no es propicio para ningún proyecto de libre comercio", debido a la campaña para las elecciones presidenciales que se avecina, agregó.

El diplomático precisó que los demócratas tienen una militancia importante entre los sindicatos y organizaciones ambientalistas que se oponen a nuevos tratados de libre comercio, porque consideran que afectan a los trabajadores de América Latina y el ambiente.

Esos sectores entienden que darle a América Central y el Caribe los mismos privilegios que a México desviaría inversiones a hacia esta región, donde existe mano de obra más barata, lo cual reduciría el empleo en aquellos estados de Estados Unidos donde los trabajadores están menos calificados.

Solís precisó que esas tesis es rebatida por economistas que sostienen que, si bien los estados del sur del país norteamericano están perdiendo empleos, está generando mano de obra nueva y bien pagada para producir las exportaciones que demanda el libre comercio.

Pero esto último puede ser interesante para los trabajadores jóvenes, pero no para miles de trabajadores mayores con habilidades limitadas que tienen peso en el Congreso, explicó el experto.

El presidente de Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez, intentó en la gira contrarrestar los argumentos contrarios al acuerdo en estudio, al indicar que la relación comercial con América Central y el Caribe ha sido muy positiva para Estados Unidos.

"Somos la sexta zona del mundo donde ellos más exportan, una región con la que Estados Unidos tiene un superávit comercial desde que se creó la Iniciativa de la Cuenca del Caribe.

Desde entonces han crecido las importaciones desde América Central, pero más han aumentado aquellas en sentido contrario. Se han creado 400.000 puestos de trabajo en Estados Unidos, gracias al aumento de exportaciones hacia nuestra región", afirmó.

En su visita a Washington, los mandatarios recibieron el espaldarazo del gobierno de Bill Clinton, pero este apoyo lo tienen desde hace varios años.

El secretario del Tesoro estadounidense, Larry Summers, dijo a los visitantes que hay "posibilidades reales" para que el proyecto se apruebe en octubre, mientras otros funcionarios aseguraron que el asunto es de alta prioridad para Washington.

Pero esa misma promesa se ha escuchado en otras oportunidades, recordaron los gobernantes centroamericanos y caribeños.

El vicepresidente Al Gore apoyó la iniciativa en tres ocasiones y el propio presidente Clinton lo hizo otras dos veces, pero eso no ha cambiado nada", opinó Solís.

El presidente de El Salvador, Francisco Flores, quien fue a Estados Unidos a pesar de las inundaciones en su país, se quejó el domingo de que los esfuerzos por crecer y desarrollarse de los salvadoreños no son correspondidos con una apertura comercial.

De regreso en San Salvador, Flores volvió a criticar la actitud proteccionista del Norte industrializado hacia los países pobres, como los centroamericanos.

Similares críticas hizo Flores en su discurso de la semana pasada ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas.

"El compromiso que expresan las naciones con las libertades políticas no tiene el correspondiente estímulo y desarrollo en las libertades económicas. Cuando nuestro país lleva sus productos al mundo industrializado se encuentra muchas veces con barreras proteccionistas", afirmó Flores.

Si bien la mayoría de productos centroamericanos ingresan con arancel cero a Estados Unidos, a través de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (ICC), ese país impone cuotas a la producción y exportación de textiles, una de las industrias más fuertes de la región y que genera cerca de 250.000 empleos, explicó.

A su vez, los países de América Central y el Caribe se quejan de que las inversiones comenzaron a desviarse hacia México, tras la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCN) entre ese país, Canadá y Estados Unidos.

Con ese argumento y las cifras de daños ocasionados por el huracán Mitch en 1998, los presidentes de El Salvador y Costa Rica, junto a sus pares Alvaro Arzú, de Guatemala, Carlos Flores, de Honduras, Arnoldo Alemán, de Nicaragua, y Leonel Fernández, de República Dominicana, viajaron la semana pasada a Estados Unidos.

La búsqueda de una igualdad de beneficios con México complementaría un paquete de ayuda a América Central que el Banco Interamericano de Desarrollo promueve entre países donantes tras las pérdidas ocasionadas por el Mitch, con miras a que el istmo logre salir de la miseria.

Empresarios y gobiernos centroamericanos coinciden en que eso será prácticamente imposible si no hay apertura comercial y se vuelcan fuertes inversiones en la región.

Solís explicó que, si Estados Unidos no ofrece facilidades de libre acceso, a América Central y el Caribe le será muy difícil competir con México, lo cual limita de manera fundamental el desarrollo regional.

El experto advirtió, sin embargo, que el futuro no estará definido por tratados de libre comercio sino por una mayor democracia participativa, por una mejor distribución de la riqueza y mayor gobernabilidad de los países del istmo. (FIN/IPS/mso/dm/if ip/99)

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