AMBIENTE-PERU: Primer productor de plantas nativas domesticadas

Perú es el primer productor de plantas nativas domesticadas y uno de los 12 países de mayor diversidad biológica del planeta, con unas 25.000 plantas útiles.

Su variedad de plantas silvestres es tan rica que sólo en papa posee el 50 por ciento de las especies que existen en el continente americano.

Así lo confirman dos libros que han comenzado a circular casi simultáneamente, el "Diccionario Enciclopédico de Plantas Utiles de Perú" y "Las papas de Sudamérica".

El primero, sintetiza 20 años de investigaciones del ingeniero Antonio Brack Egg, consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

"Las papas de Sudamérica" es el fruto de más de 30 años de búsqueda de plantas de papa por todo Perú del ingeniero Carlos Ochoa, ganador del premio Interamericano de Ciencias de la Organización de Estados Americanos, el único peruano miembro de la Academia Nacional de Ciencias y Tecnología de Nueva York.

El "Diccionario Enciclopédico", de 650 páginas, ubica a Perú como el primer país productor de plantas nativas domesticadas, con 128 especies, y uno de los dos, junto con India, con plantas de usos conocidos y aplicados, con 5.000, el 20 por ciento de su flora, de las cuales 4.400 son nativas.

La obra brinda información sobre cada una de ellas, que son utilizadas en campos tan diversos como alimentación, medicina, condimentos, abonos, cosméticos, plaguicidas, madera, ornamentación y forrajes.

También informa sobre su distribución geográfica, valor nutritivo, aplicaciones, propiedades y sus nombres en las siete lenguas de las principales etnias que habitan el territorio peruano -castellano, quechua, aymara, ashaninka, huambisa, aguaruna y machiguenga-, además de su nombre científico en latín.

Brack dijo a IPS que su interés por el mundo vegetal tuvo su origen en dos vertientes: una autóctona, proporcionada una nativa yanesha (etnia minoritaria de la Amazonia) que lo curaba con hierbas naturales en su infancia, y otra científica, por un sacerdote salesiano de origen checo.

"También descubrí que en Perú reunir material para un libro durante más de 20 años es más fácil que publicarlo", señaló Brack en alusión a las dificultades que tuvo que afrontar hasta conseguir financiamiento, que finalmente provino del PNUD y del Centro de Estudios Andinos Bartolomé de las Casas.

Ochoa también debió esperar varios años para ver publicado su libro de más de mil páginas sobre las especies silvestres de papa peruana, que continúa el trabajo iniciado con la publicación en 1990 de "Las papas en Sudamérica: Bolivia".

El libro sobre las papas peruanas fue posible gracias al apoyo del Centro Internacional de la Papa (CIP), del cual Ochoa es Científico Emérito, del Calbee Potato Inc. de Japón y del Istituto Agronómico per L'Ultramare (IAO) de Italia.

La publicación contiene 430 dibujos elaborados por el autor, mapas de la distribución geográfica de las especies y 36 acuarelas a color del artista y fitopatólogo Franz Frey.

Las papas silvestres no son aptas para consumo, pero sirven para el desarrollo de nuevas variedades que puedan cultivarse bajo condiciones ambientales difíciles, producir altos rendimientos o resistir enfermedades y plagas.

"Debido a la gran diversidad y potencial de las especies silvestres peruanas, las oportunidades para futuras investigaciones en el mejoramiento genético parecen ser infinitas", dijo Ochoa, quien dedicó gran parte de su vida a la exploración de zonas de los Andes en busca de antiguas especies.

Una vez, en las afueras del departamento de Cajamarca, a 856 kilometros de Lima, unos ladrones lo confundieron con un buscador de tesoros. No podían entender que su "tesoro" consistía en unas humildes plantas de papa y lo empujaron barranco abajo.

En otra ocasión, en Colombia, mientras examinaba una colección de papa silvestre erupcionó un volcán que había estado dormido durante varios años. Ochoa apenas tuvo tiempo de escapar con sus especies, las únicas que sobrevivieron, porque las que quedaron en el campo fueron destruidas por la lava.

Uno de los últimos viajes de exploración de Ochoa fue al desierto del norte de Perú, de donde retornó después de dos semanas con una muestra de mini tubérculos de papa tolerantes a la sequía, que se cree tienen resistencia al tizón tardío, una de las peores enfermedades que diezman su cultivo en el mundo. (FIN/IPS/zp/ag/en/99

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