El escritor chileno Roberto Bolaño recibió en Venezuela el premio de novela Rómulo Gallegos y manifestó su distancia con el "boom" latinoamericano, fenómeno editorial que este galardón contribuyó a consolidar en los años 60.
"La literatura es un oficio peligroso", advirtió Bolaño ante un teatro repleto de personas que asistieron la noche del lunes a la entrega del premio por la novela "Los detectives salvajes", calificada por un jurado internacional de "obra que abre caminos hacia el próximo siglo".
El galardón otorgado por el Estado venezolano, dotado de 60.000 dólares, llegó de esta manera a su XI edición, tras irrumpir en el mundo literario a fines de los años 60 para celebrar al escritor Rómulo Gallegos y a su novela emblemática, "Doña Bárbara".
El primer escritor en pisar el estrado de los premiados en Caracas fue el peruano Mario Vargas Llosa, en 1967, quien logró conquistar el premio con una novela recién estrenada, titulada "La casa verde".
Era una época en la cual los escritores latinoamericanos despegaban con sus obras hacia el mundo entero impulsados por el denominado "boom" literario. El premio venezolano estaba sintonizado con esta tendencia y lo demostró plenamente.
En 1972, el colombiano Gabriel García Márquez ganó el Rómulo Gallegos por la novela "Cien años de Soledad" y en 1977 le tocó el turno al mexicano Carlos Fuentes, por "Terra Nostra".
Sin embargo, Bolaño se preocupó por dejar en claro que los tiempos cambian y que, si bien se nutrió del "boom" como lector, "me alejaría de ellos la voluntad de ser diferente, de no repetir historias contadas hasta la saciedad".
El director del Consejo Nacional de la Cultura venezolano, Alejandro Armas, recordó durante la entrega del galardón de este año que escritores como el uruguayo Juan Carlos Onetti, el paraguayo Augusto Roa Bastos, o el cubano Alejo Carpentier fueron en algún momento sólidos aspirantes al premio.
La lista de ganadores se completa con el argentino Abel Posse, el colombiano Manuel Mejía Vallejo, el español Javier Marías y la mexicana Angeles Mastretta. El único venezolano que lo ha obtenido fue Arturo Uslar Pietri en 1991.
En más de dos décadas, el galardón se consolidó como uno de los más importantes para las novelas de Hispanoamérica. En 1967, Vargas Llosa compitió con otras 17 obras, mientras que este año a Bolaño le tocó lidiar con 220 concursantes de 19 países.
"Los detectives salvajes" narra la saga de jóvenes poetas mexicanos involucrados en un movimiento al que denominan realismo visceral, punto de partida para una historia que recorre varias épocas y numerosos escenarios del mundo.
Los dos fundadores del movimiento poético, Ulises Lima y Arturo Belano, recorren un desierto mexicano en busca de Cesaria Tinajero, misteriosa poetisa de comienzos de siglo en cuya desconocida obra se inspiraron para fundar el militante realismo visceral en los 70.
Pese al título, no es una novela policial. Pero hay una pesquisa, y en la mitad de sus tres partes se transforma en una gran indagación en el destino de Lima y Belano, que llega hasta el mismo fin de siglo.
La posición del narrador cambia con frecuencia, las conexiones entre los personajes a veces son tan tenues que parecen sacados de otra novela, y las 600 páginas albergan varias historias en paralelo.
"El punto de vista de esta novela es particularmente notable y permite que los personajes sean siempre aprehendidos a través de una mirada oblicua", dijo el jurado del Rómulo Gallegos.
La obra, agregaron, exhibe "libertad respecto de modelos narrativos, revisa la tradición de la escritura de estas últimas décadas".
Bolaño, quien pasó una semana en Caracas participando en foros y homenajes, dijo que el secreto de una escritura de calidad es "saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío".
El escritor nació en Chile en 1953, vivió en México y retornó a su país, de donde salió para siempre tras estar brevemente detenido tras el golpe de Estado de 1973. Hace más de 20 años que vive en España, y desde 1993 se dedica exclusivamente a escribir.
Acumula una decena de obras, de las cuales las más conocidas son las últimas, como "La literatura nazi en América", "Estrella distante" y los relatos de "Llamadas telefónicas".
A "mis poemas no los conoce nadie, lo que probablemente esté bien. Mis libros de prosa tienen algunos lectores fieles, lo que probablemente sea inmerecido", comentó en una ficha autobiográfica escrita para la entrega del premio.
Aunque no se atrevió a calificar la nueva narrativa hispanoamericana, comentó a un diario venezolano que serían autores que "no están repitiendo mecánicamente ni a García Márquez ni a Vargas Llosa".
Por su parte, el presidente del Centro Rómulo Gallegos, Domingo Miliani, advirtió que la lectura de "Los detectives salvajes" implica adentrarse en "un relato cuestionador", en el cual la escritura se asume "despojada de pelucas y casaca". (Fin/IPS/lc/mj/cr/99