Médicos enviados a Sudán por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para asistir a cientos de civiles afectados al parecer por armas químicas, llegaron a las localidades de Lanya y Kaya, ubicadas en el sur, escenario de la guerra civil.
Sharad Sapra, portavoz de la oficina humanitaria de la ONU en Nairobi, señaló que los médicos determinarán la causa de las afecciones, manifestadas tras una serie de ataques de la Fuerza Aérea a zonas controladas por los rebeldes que combaten al régimen fundamentalista islámico de Jartum.
Sapra aclaró que el grupo de la ONU no fue enviado a Sudán para determinar si se usaron armas químicas de destrucción masiva. "Somos el brazo humanitario de la ONU y sólo podemos brindar asistencia a la gente afectada", sin ampliar la investigación a cuestiones militares, afirmó.
Los enfermos presentan irritación ocular, excesiva mucosidad nasal, problemas respiratorios, inflamación de la garganta y desorientación.
El principal grupo rebelde del sur, el Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA), acusó la semana pasada al gobierno de bombardear con armas químicas algunos centros de ayuda a civiles.
El SPLA, en una declaración obtenida por IPS, aseguró que aviones Antonov de fabricación rusa arrojaron 16 bombas en Lanya y seis en Kaya, el 23 de julio.
"Muchos niños, así como hombres y mujeres, comenzaron a vomitar sangre, momentos después del bombardeo", según la versión de los insurgentes. El SPLA agregó que varias mujeres embarazadas abortaron en la zona atacada y que murieron numerosas reses y aves.
Dos operadores del Programa Mundial de Alimentos de la ONU fueron llevados en estado de inconciencia a Uganda, cercana a Lanya y Kaya.
Desde el estallido de la guerra civil en 1983, la Fuerza Aérea bombardea de modo rutinario áreas controladas por los rebeldes en el sur. El SPLA combate por la autodeterminación de la mayoría no musulmana de la región meridional, en una guerra que ya costó dos millones de muertos.
Según el movimiento rebelde, no se encontraron fragmentos de bombas ni tampoco se produjeron cráteres sobre el terreno, como es usual cuando se trata de ataques con bombas convencionales.
Por el contrario, sobre el suelo quedaron grandes manchas verdosas pestilentes. "Esos informes respaldan a quienes creen que se utilizaron agentes químicos o biológicos en el bombardeo", advirtió el portavoz del SPLA en Kenia, Samson Kwaje.
La agencia humanitaria Ayuda Popular Noruega (NPA), que actúa en la región, tambien confirmó el ataque. "Un equipo científico encontro evidencias, en muestras del suelo, del empleo de sustancias químicas tóxicas en el bombardeo", afirmó la NPA esta semana en Oslo .
El SPLA instó al Consejo de Seguridad de la ONU a condenar al régimen de Jartum por violar leyes internacionales que prohiben el uso de armas químicas y biológicas.
"Tambien pedimos a los gobiernos extranjeros y a toda la gente de buena voluntad que intervengan con todos los medios disponibles para proteger a la población (del sur), que ha quedado expuesta a venenos y gérmenes desconocidos", demandó.
Las denuncias fueron rechazadas por el gobierno de Sudán, que es signatario de todos los instrumentos internacionales contra el uso de armas de químicas y bacteriológicas.
Según Jartum, sólo se trata de un "plan bien orquestado de Occidente" para crear más presión internacional en su contra.
"El gobierno de Sudán no quiere ni puede usar esas armas de destruccion masiva, primeramente porque no persigue el asesinato en masa de sus ciudadanos y, segundo, debido a que no las posee", aseguró la embajada sudanesa en Nairobi.
Jartum tambien negó la versión de que compró armas químicas su aliado Iraq. "Iraq está ahora bajo sanciones y estricto monitoreo por parte de la comunidad internacional. ¿Cómo podemos adquirir esas armas allí?", se preguntó el embajador sudanés en Kenia, Faroug Alí.
Alí también dijo que la denuncia de limpieza étnica lanzada por tres miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que visitaron el sur de Sudán es parte de una conspiración para lograr la intervención de Washington a favor de los rebeldes.
El gobierno de Estados Unidos ha acusado a Sudán de conceder refugio a terroristas y de usar armas de destrucción masiva en la guerra en el sur.
Estados Unidos bombardeó hace un año una fábrica de productos farmacéuticos en Jartum, alegando que producía armas químicas y biológicas. El ataque se produjo en respuesta a atentados contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania, perpetrados supuestamente por fundamentalistas islámicos. (FIN/IPS/tra- en/ja/mn/ego/ff/hd ip/99