La tuberculosis es curable, pero América Latina está ingresando al siglo XXI con formas más peligrosas de esta enfermedad infecciosa, lo que obliga a los países de la región a tomar acciones inmediatas.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que en toda América y el Caribe 400.000 personas enferman cada año de tuberculosis.
"Esta amenaza de la salud pública no ha disminuido en los años 90", explicó en un informe distribuido en San José George Alleyne, médico director de la OPS.
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por el bacilo Mycobacterium tuberculosis, que se transmite a través del aire cuando una persona infectada lanza gérmenes al toser, estornudar, conversar o escupir.
Si no se la somete a tratamiento, cada persona con tuberculosis activa infectará entre 10 y 15 personas cada año.
Pero las personas infectadas no necesariamente se enfermarán, pues el sistema inmunitario acorrala los bacilos de tuberculosis que, protegidos por una chaqueta cérea gruesa, pueden quedarse latentes durante años.
De cada diez personas que se infectan de tuberculosis, una contrae la enfermedad y, si no reciben tratamiento, más del 50 por ciento pueden morir.
De acuerdo con las últimas estadísticas, más de 50.000 personas por año o 137 por día mueren en América a causa de la tuberculosis.
"La situación podría deteriorarse en algunos países a menos que se aceleren los esfuerzos para controlarla", sostuvo Alleyne.
En países como Canadá, Chile, Cuba, Estados Unidos y Uruguay se registra una tendencia a la disminución, pero la OPS expresa su preocupación por la debilidad de algunos sistemas de notificación de países con menos recursos como República Dominicana, Ecuador, Haití y Honduras.
Solo en 1997 se registraron en el continente unos 253.000 casos de tuberculosis.
Cuando el sistema inmunitario de las personas se debilita, las posibilidades de enfermarse son mayores. Se estima que la tuberculosis mata en la actualidad a más jóvenes y adultos que cualquier otra enfermedad infecciosa en el mundo.
"En las América hemos erradicado la poliomelitis y estamos en camino a la eliminación del sarampión, de manera que nos preocupa que los países todavía no están asignando el mismo compromiso al control de la tuberculosis", destaca Alleyne.
Según datos de 1997, en países como en México el número de casos detectados cada 100.000 habitantes se elevó a 23,6, en Argentina a 12,4, en Estados Unidos a 19,8 y en Perú a 42,1.
Por eso, la OPS ha recomendado a los gobiernos de la región que adopten una estrategia de salud pública conocida como Tratamiento Directamente Observado de Corta Duración (DOTS, por sus siglas en inglés).
El DOTS es un sistema que incluye a trabajadores de salud y a voluntarios capacitados para asegurar que los pacientes con tuberculosis terminen de percibir su medicación.
Esta estrategia tiene cinco puntos básicos: el compromiso político, la detección de casos, el tratamiento de corta duración, el suministro de medicamentos y el sistema regular de control.
La OPS planea controlar la tuberculosis, y se impuso como meta para fines de este año identificar 70 por ciento de todos los nuevos casos infecciosos y tratar con éxito al menos 85 por ciento de esos casos.
"Más de 80 por ciento de los casos tratados con el enfoque DOTS en la región fueron exitosos. Esto contrasta con la tasa de tratamiento exitosa de 33 por ciento para los casos" que no fueron sometidos al DOTS, expresó Rodolfo Rodríguez, asesor regional en tuberculosis de la OPS.
Veintidós países de América han adoptado esta estrategia, y ya se lanzaron planes piloto en Brasil, Ecuador, El Salvador, Haití y Honduras.
Este trabajo forma parte de la "Iniciativa para frenar la tuberculosis", un plan que la OPS lleva a la práctica en la región junto con los gobiernos nacionales, el Banco Mundial, organizaciones no gubernamentales y los Centros de Control de Enfermedades de los Estados Unidos. (FIN/IPS/nms/mj/he/99