PERU: La tasa de tuberculosis más alta en América

Perú tiene la más alta tasa de incidencia de tuberculosis en América, pero las autoridades de salud sostienen que la enfermedad está en retroceso y que el modelo de detección y seguimiento de casos tratados que se aplica es elogiado por la Organización Panamericana de Salud (OPS).

La tuberculosis, producida por el bacilo de Koch, parecía encaminarse a la extinción cuando al manejo de las vacunas desde principios de siglo se agregó hace algunas décadas el descubrimiento de poderosos fármacos que parecían capaces de aislar, neutralizar y eliminar la enfermedad.

Los gobiernos y los especialistas consideraron que las nuevas drogas eran suficientes para erradicarla, descuidaron el control y limitaron los recursos. Esto motivó que gran parte de los pacientes que recibieron atención insuficiente, aunque no murieron, se convirtieron en fuentes crónicas de infección.

La endemia se agravó porque muchos pacientes crónicos adquirieron resistencia a las drogas antes disponibles, obligando a buscar nuevas, más potentes.

El sida, una enfermedad que reduce los niveles de inmunidad, añadió un riesgo moderno y se calcula que actualmente hay alrededor de seis millones de personas infectadas con ambos gérmenes.

En abril de 1993, la Organización Mundial de la Salud dio la voz de alarma, declaró a la tuberculosis como una emergencia y demandó a la comunidad internacional la adopción de medidas de control.

En Perú, "la incidencia ha retrocedido en 30 por ciento en los últimos 10 años, el Estado proporciona gratuitamente las medicinas necesarias a todos los enfermos" y la OPS ha reconocido al país como modelo en el plan DOTS, según el ministro de Salud, Alejandro Aguinaga.

DOTS (sigla en inglés de Esquema de Tratamiento Supervisado Directamente) significa que el personal de Salud no sólo proporciona a los enfermos las drogas para su curación, que suele demorar alrededor de seis meses, sino que también vigila su consumo oportuno y adecuado.

Sin embargo, la tasa de nuevos casos de tuberculosis en Perú es todavía la más alta en América.

"Esos datos no son necesariamente contradictorios, pues aunque el número de nuevos casos disminuya, y el programa de detección, tratamiento y seguimiento sea eficiente, se puede ser al mismo tiempo el país con mayor tasa per cápita de tuberculosos en América", dijo la médica Marta Rondón.

La especialista, docente de la Universidad Médica Cayetano Heredia de Lima, manifestó que la reaparición y expansión de la tuberculosis no es responsabilidad del sistema médico asistencial.

"La elevada incidencia revela que existe gran vulnerabilidad en nuestra población, como consecuencia, entre otros factores, del agravamiento de la desnutrición y de la pobreza extrema", afirmó.

Por su parte, la socióloga Imelda Vega, de la Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina, indicó que "el incremento de la tuberculosis descalifica los resultados sociales del programa económico del gobierno del presidente (Alberto) Fujimori".

La desnutrición es consecuencia del alto desempleo y de los bajos salarios y "los niños de los sectores sociales deprimidos de Perú tienen cada vez menor talla y peso, según lo admiten las cifras del Ministerio de Educación", subrayó Vega,

El tema de la tuberculosis en Perú afloró al conocerse el informe de la OPS emitido en San José de Costa Rica por su director, George Alleyne.

El documento revela que la tuberculosis está en aumento en el continente. En 1997 se presentaron 253.000 nuevos casos, y el país con mayor número de nuevos enfermos fue Brasil, con 83.309, seguido por Perú, con 42.062.

En ese año se produjeron 23.358 nuevos casos de tuberculosis en México, 19.851 en Estados Unidos, 12.385 en Argentina, 10.116 en Haití y 9.853 en Bolivia.

Pero en la lista de países con mayor número de casos por cada 100.000 habitantes, Perú está en primer lugar, con 172,6 nuevos enfermos, seguido por Haití, con 136,8.

Los expertos señalan que, además de la extendida desnutrición, en Perú se presentan otros factores que favorecieron la expansión de la tubercolusis, como la migración las zonas más altas de la sierra andina a las ciudades costeras, donde la población marginal vive en condiciones de hacinamiento e insalubridad.

A más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, el bacilo de Koch es menos agresivo porque no encuentra la densidad de oxigeno que necesita para su reproducción, de modo que la población andina carece de anticuerpos y cuando se asienta en las zonas bajas es muy vulnerable.

Lima y Tacna, en la costa, y Madre de Dios, en la selva sur, son las ciudades con mayores índices de tuberculosis, según el médico Antonio Sucasaca, jefe del servicio de neumología del hospital Hipólito Unanue, quien precisa que la mayoría de los nuevos casos se produce entre migrantes serranos.

"En el distrito de Nueva Tacna, cuya población proviene en su mayoría del departamento altoandino de Puno, se registraron el año pasado más de 100 casos, y hay familias enteras aquejadas con el mal", dijo Sucasaca.

Esas personas viven hacinadas, no se alimentan en forma adecuada y la desnutrición debilita sus sistemas inmunológicos. "Los médicos podemos atender a los enfermos y promover campañas de vacunación para los sanos, pero no podemos hacer nada en el aspecto alimentario", añadió.

Un dato similar es aportado por el médico Jorge Camayo, jefe del Programa de Tuberculosis del hospital San José de Chincha, una ciudad costera a 2.250 kilómetros al sur de Lima, en donde se registraron 112 casos nuevos entre enero y julio del este año.

"La mayor parte de los nuevos tuberculosos que atendimos fueron personas de entre 14 y 40 años, migrantes estacionales, procedentes de la sierra andina y que vinieron a trabajar en la cosecha de algodón, viven hacinados en barracones y en condiciones mínimas de salubridad y alimentación", afirmó.

La Asociación de Enfermos de Tuberculosis (ASET) fue creada recientemente para colaborar con las autoridades en la detección de los nuevos casos por los propios familiares y combatir la estigmatización de la enfermedad, actitud social que induce a ocultarla.

La ASET también colabora en un inesperado aspecto del tratamiento: la resistencia de algunos tuberculosos a ser tratados, que a pesar de que las medicinas les son distribuidas gratuitamente, abandonan el control médico o simulan haber consumido oportunamente las drogas. (FIN/IPS/al/ag/he/99

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