PAKISTAN: Gobierno arriesga popularidad si cede ante el FMI

El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, arriesga perder aun más popularidad al intentar asegurar la tercera parte de un préstamo del FMI por 1.600 millones de dólares, indicaron analistas políticos.

La entrega de 280 millones de dólares, luego de la evaluación semestral de la gestión económica que realizó este mes el FMI (Fondo Monetario Internacional), depende de que el gobierno de Sharif adopte 22 condiciones, incluso un impuesto a la agricultura.

Otra exigencia más difícil de cumplir es la de extender el impuesto general a las ventas (IGV) a los servicios y las empresas públicas, lo cual aumentaría 30 por ciento los precios del petróleo y la electricidad y a 35 por ciento el del gas.

El miércoles, el Consejo de Ministros federal aprobó provisoriamente algunas de las medidas, incluso el IGV de 15 por ciento sobre los productos derivados del petróleo y del gas natural, pero aplazó el anuncio por temor a la reacción pública.

El Consejo aplazó la decisión en dos ocasiones en los últimos 10 días, algo que favorecería a la oposición, según el periodista Mir Jameel ur Rehman, un ex consejero gubernamental.

"El marcado aumento de los precios sin duda servirá a la oposición", dijo. Reforzará sus protestas, que actualmente no constituyen una amenaza para el gobierno porque no lograron que las manifestaciones antigubernamentales fueran masivas, explicó.

Luego de que Pakistán se retiró de la zona fronteriza de Kargil, en el estado de Cachemira y Jamú disputado con India, los partidos opositores, en especial los islámicos de línea dura, tomaron las calles para protestar contra la retirada del gobierno bajo presión estadounidense.

También protestaban por el acuerdo secreto que, según se especula, Islamabad hizo con Washington para capturar al financista saudita Osama bin Laden, acusado de terrorismo por Estados Unidos.

"Actualmente no hay otra salida para el gobierno más que aceptar todas las condiciones del FMI", dijo Sarfraz Khan Quershi, director del Instituto de Economía para el Desarrollo de Pakistán. "Esta parte del préstamo es fundamental y ayudaría a mejorar la economía".

Una misión de alto nivel del FMI llegará a Pakistán el 15 de este mes para evaluar la forma de aplicar sus condiciones.

"La misión preparará un informe que se presentará en la reunión del Directorio Ejecutivo del FMI, a celebrarse antes de la reunión anual del organismo en la última semana de septiembre", dijo un funcionario del Ministerio de Finanzas.

"De aplazarse la primera reunión, la parte del préstamo no sería liberada antes de octubre", precisó.

El ministro de finanzas Ishaq Dar dijo que el gobierno no permitirá que la imposición del IGV provoque inflación.

Los impuestos al consumo o la venta sobre los servicios y empresas públicas afectadas se reducirán proporcionalmente, según el gobierno.

Qureshi opina que esto es irracionalmente optimista. "Eso no podrá evitar el impacto inflacionario general sobre la familia y tampoco disminuirá la ansiedad pública", comentó.

Incluso el periódico en idioma inglés Dawn advirtió al gobierno que no debe utilizar el IGV para cubrir el aumento que se espera de la brecha presupuestal de 2.000 millones de dólares en el primer mes del año fiscal 1999-2000.

"Esta carga adicional fue impuesta por el gasto adicional de unos 700 millones de dólares en Kargil y por el aumento en las importaciones de petróleo a seis dólares el barril, porque los precios mundiales del crudo pasaron de 14 a 21 dólares el barril", señaló el órgano de prensa.

El FMI duda que la Oficina de Recaudación de Impuestos de Pakistán pueda reunir el ingreso presupuestado de 7.000 millones de dólares. El año pasado el gobierno calculó una cantidad similar, pero a fin de año no había recabado más de 6.160 millones de dólares, agregó el periódico.

Intentos anteriores de fijar un impuesto general a las ventas no tuvieron éxito. En 1994, cuando el gobierno intentó hacerlo, la comunidad empresarial paralizó con huelgas las principales ciudades durante cinco días. El partido de Sharif, que entonces estaba en la oposición, apoyó la medida de fuerza.

Ahora en el poder, Sharif intentó en vano convencer a los empresarios de aceptar el impuesto con la firma del nuevo acuerdo con el FMI en 1997.

En un principio, el grupo de evaluación del FMI visitaría Pakistán inmediatamente después de que el presupuesto anual fuera presentado en junio, y presentaría su informe al Directorio en su reunión de fines de julio.

Pero funcionarios admitieron que la visita se suspendió debido a la crisis de Kargil.

Ante la posibilidad de que se aplazara hasta después de septiembre, lo cual implicaría una demora de seis meses en la entrega del dinero, el ministro de finanzas y el director del Banco Central viajaron a Washington para manifestar la urgencia de su caso.

Mientras el gobierno se prepara para la visita de la próxima semana, el periodista Rehman piensa que el momento no podría haber sido peor para Sharif.

"Tradicionalmente estos tres meses (septiembre a noviembre) de clima agradable son la época de manifestaciones contra el gobierno. La gente ya está comenzando a movilizarse para salir a las calles. El aumento de los precios podría acelerar ese movimiento", comentó. (FIN/IPS/tra-en/ni/an/at/aq/ip-if/99

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