MEXICO: Grupos de presión piden "mano dura" en conflictos

Empresarios, políticos y eclesiásticos de México pidieron que se use la fuerza para terminar con los conflictos en el sureño estado de Chiapas y en la estatal Universidad Nacional Autónoma (UNAM), afectada por una huelga.

La tradición mediadora de los gobiernos mexicanos, que en el pasado impulsaron negociaciones de paz en conflictos armados como los de América Central, parece romperse a nivel interno.

En Chiapas no hay diálogo desde 1996 y las autoridades rechazan cualquier mediación foránea, mientras aseguran que no intervendrán en el conflicto de la UNAM. Mientras tanto, los ánimos se exacerban.

Incluso una figura de la Iglesia Católica pidió que se aplique "mano dura" con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que actúa abiertamente en Chiapas desde el 1 de enero de 1994 , y con los estudiantes huelguistas de la UNAM, la mayor universidad estatal de América Latina.

"Las autoridades deben actuar con mano dura ante esta gente terca", opinó el obispo católico José Meolgoza, refiriéndose a los conflictos de Chiapas y la UNAM.

El presidente de la Confederación Patronal, Alberto Fernández, expresó por su parte que "habría que usar incluso la fuerza, si es necesario", para "desbaratar la UNAM".

"Luego la volvemos a reconstruir cuando ya no tengan ellos (los huelguistas) ninguna fuerza", añadió.

"Ningún grupo de presión, ningún conflicto volverán a este gobierno un gobierno de represión", afirmó el lunes, sin embargo, el presidente Ernesto Zedillo, tras señalar que pasaron los tiempos en que los problemas se resolvían con la "fuerza bruta".

Mientras el mandatario hablaba de su vocación pacifista, el gobierno local de Chiapas amenazaba con "aplicar todo el peso de la ley" a quienes "azuzan" al EZLN, mientras los seguidores de la guerrilla realizaban una multitudinaria marcha para rechazar la creciente militarización de sus comunidades.

Al mismo tiempo, en la capital, los estudiantes huelguistas de la UNAM se enfrentaban a golpes con otros estudiantes que desean que se reabra esa casa de estudios, cerrada para protestar contra la decisión de las autoridades de elevar las cuotas de las matrículas.

Más allá de la forma en que finalmente se solucionen los conflictos, lo cierto es que tanto en la UNAM como en Chiapas los tejidos sociales ya quedaron rotos, y tardarán mucho en reconstruirse, advirtió Raymundo Riva Palacio, un analista de la revista quincenal Milenio.

El gobierno asegura que en Chiapas no hay una guerra y que la masiva presencia militar es sólo para "resguardar el orden", pero desde la irrupción del EZLN más de 1.000 personas han muerto por conflictos entre comunidades indígenas y acciones de grupos armados irregulares.

No se han producido enfrentamientos entre la guerrilla y los soldados desde mediados de enero de 1994, gracias a una ley de pacificación, pero el gobierno acusa al EZLN de prepararse para la guerra y los insurgentes dicen lo propio de las autoridades.

Desde la semana pasada, seguidores del EZLN y tropas del gobierno se mantienen frente a frente en una zona selvática de Chiapas donde los primeros, apoyados por artistas y estudiantes universitarios, impiden que continúe la construcción de una cerretera, alegando que sólo servirá para facilitar un ataque militar.

En un informe de la Policía Judicial de Chiapas fechado a comienzos de agosto se afirmó que la guerrilla se estaba preparando para reiniciar la guerra, y que en las últimas semanas la dirección militar del EZLN había ordenado a sus bases realizar ejercicios especiales.

El grupo humanitario Fray Bartolomé sostuvo, en cambio, que las fuerzas militares del gobierno aumentaron su presencia en Chiapas, y que tienen un plan de ataque rápido que podría incluir el intento de asesinar al subcomandante Marcos, dirigente y portavoz del EZLN.

En la UNAM, donde unos 300.000 estudiantes no pueden continuar sus estudios en forma regular, los huelguistas reciben apoyo del Frente Zapatista de Liberación Nacional, grupo civil que apoya al EZLN.

Los estudiantes en huelga denunciaron detenciones arbitrarias y amenazas por parte de agentes del gobierno.

"El fantasma de la alternancia presidencial del año 2000 es una de las claves para comprender los giros de la política oficial en los últimos meses. El envío de más tropas a Chiapas ha sido el más reciente", escribió Ilán Semo, un columnista del diario La Jornada.

En julio del 2000 se realizarán elecciones presidenciales, y en diciembre de ese año asumirá un nuevo mandatario.

Semo afirmó que los conflictos en la UNAM y Chiapas muestran "la fragilidad de los equilibrios políticos en los que se asienta el itinerario más frágil del país: el del año de sucesión presidencial". (FIN/IPS/dc/mp/ip/99)

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