La dividida oposición de Malasia está a punto de anunciar una plataforma política común mientras se acercan las elecciones generales, que serán el mayor desafío en los 18 años de gobierno de Mahathir Mohamad.
El manifiesto común sellará la unificación del frente opositor, que se disputará con la coalición gobernante Barisan Nasional cada uno de los 192 escaños parlamentarios de este país del sudeste asiático.
Wan Azizah Wan Ismail, presidenta del Partido de la Justicia Nacional (KeADILan) y esposa del encarcelado ex viceprimer ministro Anwar Ismail, anunció el pasado sábado la plataforma de su agrupación, "Agenda para el cambio", y solicitó al público que exprese su opinión al respecto.
Gran parte de esa plataforma será incluida en el manifiesto del frente opositor, que está casi terminado.
La "Agenda para el cambio" rechaza la Ley de Seguridad Interna, que permite la detención sin juicio, y otras normas represivas.
KeADILan prometió que, si resulta elegido, "garantizará la libertad de expresión, asociación y reunión, así como los demás derechos humanos básicos".
El nuevo partido opositor también pretende limitar la permanencia en el poder del primer ministro y los otros miembros del gabinete a dos mandatos consecutivos.
La medida "reduciría la posibilidad de abuso de poder y la tendencia de los líderes a valerse de la maquinaria estatal para aumentar su poder personal", dice el documento, en clara alusión al gobierno de Mahathir, en el poder desde julio de 1981.
Así mismo, la agenda promete reintroducir las elecciones de gobiernos locales para "fortalecer el principio de responsabilidad de los gobernantes a nivel popular".
KeADILan tiene un objetivo muy ambicioso: erradicar la pobreza absoluta para el año 2005. También se propone revisar algunas de las políticas más controversiales del actual gobierno, incluso las privatizaciones, de modo de poner fin a la concesión "innecesaria" a privados de carreteras, por ejemplo.
La agenda de KeADILan se atiene a los preceptos originales de la Constitución nacional, para no alterar un sistema que ha logrado mantener la paz en una sociedad multiétnica.
Así, un posible gobierno de KeADILan mantendría la monarquía constitucional con el Islam como religión del Estado y el malayo como lengua oficial, garantizando la libertad de culto para todas las religiones y el derecho a usar y aprender otros idiomas.
El trabajo conjunto sobre el manifiesto, a puertas cerradas, no fue nada fácil. Para muchos se trata de un gran logro, dadas las grandes diferencias políticas que por muchos años impidieron una alianza entre los partidos opositores.
Analistas advirtieron que un manifiesto con una redacción vaga para pasar por alto las diferencias no será bien recibido por los votantes.
"Tras cuatro décadas de gobierno de Barisan, y tomando en cuenta la inseguridad que sienten muchos malasios, la plataforma común de la oposición debe ser clara y específica", señaló Jubal Lourdes, un reformador social.
Los partidos opositores o "alternativos", como ellos prefieren llamarse, no podrían estar más apartados entre sí ideológicamente.
El Partido Islámico Malasio (PAS) tiene numerosos adeptos en la comunidad musulmana de los estados del norte y la costa oriental, mientras el Partido de la Acción Democrática, de mayoría china, obtiene su apoyo de las áreas urbanas, donde predominan los malasios de origen chino.
Luego está el pequeño y multiétnico Partido Malasio del Pueblo, con raíces socialistas.
El PAS siempre quiso establecer un estado islámico, lo que le impedía la cooperación del Partido de la Acción Democrática, pero todo eso cambió con la entrada en escena de KeADILan.
Encabezado por Azizah, el nuevo partido juega un papel unificador y líder del movimiento de reforma surgido a partir de la expulsión de Anwar del gobierno, en septiembre de 1998.
En cuanto al objetivo del PAS de establecer un estado islámico, los partidos de oposición acordaron no impulsar sus respectivas ideologías por ahora y concentrarse en cambio en las reformas que todos ellos pretenden, explicó un líder opositor.
Mientras las discusiones sobre el manifiesto entran en la recta final, la atención comienza a desviarse hacia la próxima etapa de la batalla política: quién ocupará la jefatura de gobierno en caso de que la oposición obtenga la mayoría en las elecciones.
Los partidos opositores "deberían definir cómo van a compartir el poder y cuáles son sus planes económicos", exhortó Lourdes.
En todo caso, el primer ministro no será una figura tan dominante como en la actualidad, señaló Chandra Muzaffar, vicepresidente de KeADILan.
Se prevé que, junto con el manifiesto, los partidos anunciarán cómo se dividirán los 192 escaños parlamentarios al elaborar las listas de candidatos.
Pese a esta minuciosa preparación, los políticos opositores son conscientes de que, aun con una plataforma común, enfrentarán una dura lucha en una campaña electoral que tiene todo en su contra.
La coalición gobernante Barisan Nasional obtuvo cinco sextos de los escaños parlamentarios en 1995 y controla la mayor parte de los medios de comunicación. Para conservar el poder, pregona la estabilidad política lograda y una recuperación menor de la economía. (FIN/IPS/tra-en/an/js/mlm/ip/99