Pese a las declaraciones fuertes de parte del gobierno turco, analistas europeos estimaron que Ankara tiene hoy pocas opciones diferentes al inicio de un diálogo para el reconocimiento de los derechos de su numerosa minoría kurda.
El llamamiento efectuado esta semana por el líder kurdo Abdullah Ocalan , para que su Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) suspenda a la lucha armada y sus tropas abandonen el territorio turco, fue respaldado inmediatamente por la dirección del PKK.
En Alemania, el diario kurdo Ozgur Bakis publicó una entrevista con uno de los comandantes del PKK, Duran Kalkan, quien también respaldó una negociación política con Ankara para resolver el tema de la autonomía de los 12 millones de kurdos en Turquía.
A juicio de los diputados verdes al Parlamento europeo Daniel Cohn-Bendit y Paolo Bergamaschi, la sucesión de acontecimientos de los últimos meses, incluída la visita reciente a Ankara de Joshcka Fischer – ministro alemán de Relaciones Exteriores -, otorgan a Turquía una oportunidad única de materializar su anhelo de ingresa a la Unión Europe a (EU).
En un artículo publicado en la prensa italiana, Cohn-Bendit y Bergamaschi insistieron en que la UE debe dar a Turquía la condición de candidato al ingreso, lo que obligaría al régimen de Ankara a adoptar medidas políticas y humanitarias acordes con las normas de la UE.
Ocalan, desde su celda de condenado a muerte, y el PKK, han puesto a Turquía contra la pared. Si – como quiere un amplio sector nacionalista y militar – Ocalan es ejecutado, entonces el país puede olvidarse de su postulación a la UE por otra década (la original fue presentada en 1987) .
Si, en cambio, abre un diálogo con los dirigentes kurdos, modifica sus leyes represivas y abre un proceso de reconocimiento mínimo a la existenci a de una cultura kurda en el país, entonces los dirigentes europeos, temerosos de no perder los mercados turcos, seguramente le abrirán paso.
El diario alemán Frankfurter Rundschau destacó en una edición de ju nio que las propuestas de diálogo formuladas por Ocalan a nombre del PKK comenzaron en 1993, cuando se afianzó en su partido una fuerte corriente "civilista", frente a la tradicional, que privilegiaba la lucha armada.
Cuando Ocalan fue expulsado de Siria en septiembre de 1998, fue significativo que no se sumara a sus fuerzas en territorio iraquí o en el sur de Turquía -agrega el diario – sino que escogiera Europa, donde vive una inmensa inmigración kurda, y donde son más fuertes los "civilistas' ' del PKK. En su entrevista con Ozhur Bakis, el dirigente militar Duran Kalkan también advirtió que "un proceso extremadamente peligroso será inevitable" si el gobierno turco no responde a las propuestas de paz.
Paralelamente a la crisis del Kurdistán, la Unión Europea tiene inter és en resolver el tema de la división de Chipre, originada por la invasión turca de 1974, que estableció allí una "república" que sólo el régimen de Ankara reconoce.
Fuentes de la UE han señalado que si Turquía abre paso a un proceso d e negociación que permita a las dos comunidades chipriotas – minoría turca y mayoría griega – establecer un régimen de convivencia, también Grecia levantaría el veto que mantiene contra el ingreso turco a la UE.
El procedimiento probablemente aceleraría también el ingreso de Chipr e.
Tras la guerra aérea lanzada contra Yugoslavia en nombre de los derecho s de 1,8 milllones de albano-kosovares a la autonomía, los países europeos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Estados Unidos, el más cercano aliado de Turquía, han debido escuchar muchas voces críticas por su silencio frente a la situación de los 12 millones de kurdos.
"Para Washington el valor geopolítico de Turquía es muy superior a cualquier remordimiento con respecto al estado de la democracia y los derechos humanos en ese país", advierten sin embargo Cohn-Bendit – quien fue líder de la revuelta estudiantil de mayo de 1968 en Francia – y Bergamaschi.
Los europarlamentarios también destacan que a Estados Unidos le agradaría que Turquía entrase rápidamente a la UE, "no importa a qu é precio. Para anclar indisolublemente Ankara a occidente, los Estados Unidos están dispuestos a perdonar cualquier cosa a Turquía, de la violación flagarante y persistente a los derechos humanos a la negación de los derechos de la minoría kurda".
Sin embargo, el subsecretario de Estado norteamericano para el Trabajo y los Derechos Humanos, Harold Honju Koh, provocó una inusual protesta oficial turca esta semana, tras visitar las zonas kurdas, donde – la embajada norteamericana indicó- fue a verificar "versiones sobre presunta s violaciones a los derechos humanos de algunas minorías".
Según grupos internacionales de derechos humanos, más de 35 mil personas, la mayoría kurdas, han muerto en la guerra por la autonomía de l Kurdistán, iniciada hace 15 años, y que ha costado al Estado turco alreredor de 90 mil millones de dólares.
Más de tres mil aldeas kurdas han sido destruídas o evacuadas por las fuerzas militares turcas, desplazando a unos dos millones de personas de sus tierras, mientras los comandos del PKK han respondido con atentados con bombas y ejecuciones.
Ocalan fue condenado a muerte el mes pasado por un tribunal de seguridad, como único responsable de la tragedia de la guerra, en un juici o descalificado por los observadores parlamentarios europeos y la Comisión Europea de Derechos Humanos.
Ocalan, secuestrado en Kenya en enero y llevado clandestinamente a Turquía, ha sido mantenido desde entonces en confinamiento solitario y sin derecho a conferencias privadas con sus abogados ni su familia.
Desde una cámara de cristal blindado, Ocalan lanzó en el juicio ofert as de reconciliación que dejaron a todos perplejos. La polémica continúa hasta hoy: o intenta salvar su vida a cualquier precio, o – como había prometido – convirtió su propio juicio en un debate político internacional para acorralar a Turquía. (FIN/IPS/ak/eu-hr/99)