CUBA-EE.UU.: Creciente reclamo de diálogo e intercambio comercial

Importantes sectores de la sociedad de Estados Unidos aumentan sus pedidos de que ese país dialogue con el gobierno de Cuba, y la política de confrontación desarrollada durante cuatro décadas muestra signos de agotamiento.

"Hay un estado de opinión proclive al cambio, un clima que facilita los contactos y la comunicación", comentó a IPS un parlamentario cubano que en los últimos meses fue anfitrión de influyentes legisladores estadounidenses.

La fuente, que no quiso ser identificada, señaló sin embargo que una "verdadera solución" de los conflictos entre Washington y La Habana debe incluir el "levantamiento sin condiciones" del embargo económico y comercial impuesto por Estados Unidos a la isla desde los años 60.

La diplomacia cubana, de todos modos, no escatima esfuerzos para promover el contacto directo con sectores proclives al cambio de la política estadounidense hacia la isla, incluyendo a parte de la comunidad de exiliados cubanos en ese país.

"Mucha gente se ha dado cuenta de que la política llevada a cabo hasta ahora está agotada y de que existen caminos de comunicación. En esa dirección hay que interpretar estos contactos", comentó una fuente allegada a la cancillería cubana, refiriéndose a varias misiones estadounidenses recibidas este año.

Entre las presiones sobre Washington parecen pesar de forma muy especial las de sectores empresariales estadounidenses, que observan con preocupación cómo las reformas económicas aplicadas por Cuba en los años 90 han abierto oportunidades comerciales que ellos se están perdiendo por el mantenimiento del embargo.

El Consejo Estadounidense de Granos estimó, por ejemplo, que Cuba podría convertirse con rapidez en un mercado para un millón de toneladas anuales de exportaciones de ese rubro provenientes de Estados Unidos.

El periódico Nuevo Herald, del estado sudoriental estadounidense de Florida, citó declaraciones de dos senadores de Estados Unidos que visitaron La Habana a principios de agosto, quienes señalaron que Cuba importa cada año alimentos por valor de 1.000 millones de dólares, y que esa suma podría duplicarse en cinco años.

Expertos cubanos estimaron, por su parte, que Florida podría convertirse en el abastecedor de los insumos necesarios para la agricultura cubana y para sus industrias de empaque y procesamiento, por su cercanía geográfica con la isla.

Negociadores de la Cámara de Representantes y el Senado estadounidenses se reunirán en septiembre para discutir una legislación que permitiría la venta de alimentos y medicinas a Cuba.

El Senado ya aprobó (el 4 de agosto, por 70 votos contra 28), una norma que exceptúa a las exportaciones en esos dos rubros de cualquier embargo unilateral impuesto por Estados Unidos. Están vigentes medidas de ese tipo contra Corea del Norte, Cuba, Irán, Iraq, Libia, Sudán y Siria.

Esta semana visitará La Habana una delegación de agricultores del estado meridional estadounidense de Texas, encabezados por Nicholas Lampson (senador de ese estado del gobernante Partido Demócrata) e interesados en las perspectivas que se abrirían si se aprueban nuevas normas sobre el comercio con la isla.

Texas tiene costas sobre el Golfo de México, y podría desarrollar un importante comercio con Cuba.

Lampson declaró que el viaje permitirá discutir con funcionarios agrícolas el impacto del embargo sobre Cuba y "su efecto en la economía del sureste de Texas".

En su opinión, Estados Unidos no debería "recurrir a las sanciones sobre las ventas de alimentos y medicinas como instrumento de política exterior".

El líder de los senadores del Partido Demócrata, Tom Daschle, visitó la isla a principios de agosto junto al legislador Byron Dorgan, y se declaró partidario de que las ventas en esos rubros se exceptuaran del embargo.

El presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Tom Donahue, fue algo más lejos a mediados de julio pasado, cuando aseguró en La Habana que se opone a las sanciones económicas unilaterales, porque por lo general no funcionan, aunque en ocasiones existan razones que las justifiquen.

Tanto Daschle como Donahue sostuvieron conversaciones de entre seis y ocho horas con el presidente de Cuba, Fidel Castro. En medios diplomáticos se interpretó que el mandatario deseaba transmitir a Washignton, por intermedio de los visitantes, cuáles son las reglas de juego que desea en las relaciones bilaterales.

Castro anunció, entre ambas entrevistas, su disposición a suscribir con Washington un acuerdo de cooperación para la lucha contra el narcotráfico, una cuestión muy importante para la sociedad estadounidense.

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, había anunciado el 5 de enero que se permitiría la realización de más vuelos directos desde su país a Cuba, y hace pocas semanas se autorizaron viajes especiales con destino a La Habana desde Nueva York y Los Angeles.

Las medidas adoptadas por Estados Unidos en enero incluyeron un incremento en el valor máximo de las remesas que pueden enviar los cubanos residentes en ese país a sus familiares en la isla, y el aumento de los intercambios culturales, científicos y deportivos.

Clinton rechazó, sin embargo, la propuesta de crear una comisión para examinar la política hacia Cuba, con integrantes pertenecientes a los dos grandes partidos de Estados Unidos (el Demócrata y el Republicano), que venían auspiciando cuatro ex secretarios de Estado y 24 senadores de ese país.

Analistas académicos comentaron que la creación de esa comisión habría otorgado a la cuestión cubana una jerarquía inaceptable para "la derecha cubano-estadounidense", que se opone a cualquier relación con el gobierno de Castro.

Sectores moderados de la comunidad de cubanos exiliados en Estados Unidos son partidarios de un mayor acercamiento entre Washington y La Habana, y han exhortado a Clinton a que ponga fin a la "inútil y fatigosa vía de confrontación" y dé pasos "más largos y audaces hacia una posible reconciliación".

Desde Cuba, mientras tanto, se alerta en todos los tonos posibles que lo "crucial" es que el levantamiento del embargo no es negociable, y que Washington no debe esperar ninguna concesión a cambio de ello. (FIN/IPS/pg/mp/ip if/99

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