La capital de Honduras, con poco más de un millón de habitantes, es víctima de un desordenado crecimiento demográfico y del parque automotor, que las autoridades buscan solucionar aún sin éxito.
La estructura de corte colonial de Tegucigalpa, acentuada en el central casco histórico, contrasta con el bullicio de vendedores ambulantes y el ruido de los automóviles particulares, taximetros y autobuses, que dejan a su paso humo y suciedad que enluta su belleza natural.
Estadísticas de la Dirección Nacional de Tránsito señalan que circulan por la ciudad más de 300.000 vehículos, lo cual provoca un caos circulatorio que ha obligado a las autoridades locales a buscar formas de descongestionamiento vial.
El problema del tránsito se agudizó tras el paso del huracán Mitch en octubre de 1998, que destruyó el centro capitalino y hoy permanece semiderruido, con calles cerradas y viviendas habitadas en riesgo de derrumbe.
Barrios y callejuelas de antaño que inspiraron a poetas y turistas siguen abandonadas, cubiertas de lodo y tierra, mientras las autoridades municipales y nacionales no activan la reconstrucción de la capital, una de las mas afectadas por el meteoro.
Ante esto, un grupo de expertos del Conservatorio Nacional de Artes y Oficios de Francia (CNAM) propuso a la alcaldía un plan para descongestionar el tráfico sin modificar el centro histórico.
El proyecto fue calificado de atractivo y novedoso por la alcaldesa Vilma Reyes, porque además de "resolver uno de nuestros principales dolores de cabeza, no es costoso y sólo faltaría conseguir financiamiento externo por el mecanismo de concesión".
Reyes indicó que Tegucigalpa necesita una atención urgente para lo cual debe colaborar también el gobierno nacional, al que "vemos indiferente y prácticamente nos está dejando a la mano de Dios".
"Pareciera que no hay voluntad de ayudarnos en la reconstrucción, y este no es un pueblo sino la principal cara política del país", agregó.
Los técnicos franceses indican en su estudio que la concentración de actividades comerciales en el centro y la ruta desordenada de los autobuses son los principales factores que causan congestionamiento, por lo cual es preciso adecuar las rutas mediante la creación de un anillo periférico en esa zona.
Jean Claude Ziv, uno de los expertos, sostiene que las soluciones a estos problemas no representan grandes costos, sino que hay que optimizar los recursos existentes y que los cambios sean aceptados por autoridades, usuarios y transportistas.
Ziv explicó que el problema de circulación es a causa de los vehículos particulares, en su mayoría camionetas, que son estacionados en lugares inadecuados que impiden el paso del peatón y del transporte público.
"Nuestras estimaciones indican que el desorden vial hace que la gente camine al menos 40 minutos de una terminal de autobuses a otra, lo cual se resuelve construyendo un anillo periférico que pase por debajo de los puentes principales hasta el sudoeste de la capital", dijo.
La obra propuesta por el CNAM prevé que se autilizada sólo por el servicio de transporte público y se construirán estaciones de autobuses en los principales puentes, donde los comerciantes informales instalen pequeños negocios.
También se plantea crear una "escuela modelo" de transporte en la principal avenida de la ciudad, la cual o ha sido utilizado racional e inteligentemente, según los expertos.
Norman García, asesor de la alcaldía capitalina, dijo que la idea de crear la escuela es novedosa porque se "cubre una ruta que no tenía servicio público, se evitarán los congestionamientos y los capitalinos podrá ahorrar el pago de taxis".
El proyecto de los técnicos franceses ha sido presentado al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que prometió elaborar un estudio que determine los montos reales del proyecto, estimado inicialmente en un unos 20 millones de dólares.
Mientras, las autoridades comunales comenzaron a poner en práctica un plan de emergencia para descongestionar el tránsito, que incluye el no acceso al centro de la ciudad de los autobuses, medida que ha generado el rechazo de las empresas transportistas.
Las autoridades de tránsito y municipales sostienen que el centro de Tegucigalpa es un casco histórico que debe preservarse y que la medida adoptada ha servido para que las estrechas calles capitalinas luzcan más limpias.
El problema que presenta Tegucigalpa obedece a que fue creada como un centro minero durante la conquista española. La capital posee aún calles de piedra y parajes históricos que recuerdan ese pasado colonial. (FIN/IPS/tm/dm/pr/99)