CASABLANCA, Marruecos – La inesperada amnistía a presos políticos otorgada por el nuevo rey de Marruecos, Mohammed VI, el día de su asunción, generó expectativas de cambio político en este país del norte de Africa.
Mohammed IV pretende establecer una monarquía moderna, a prueba de tentaciones republicanas y según el modelo español, tras el reinado de Hassan II, considerado un déspota por analistas marroquíes.
En una medida al parecer destinada a disociarse de los antecedentes de su padre en materia de derechos humanos, Mohammed VI perdonó a 7.988 prisioneros políticos, en su mayoría jóvenes, y redujo la condena de 38.224 reclusos.
Las familias de los presos se precipitaron el fin de semana a las puertas de las cárceles de todo el país para recibir a los liberados.
Entre los liberados figuran activistas de la proscripta asociación Al-Adl Wa Al-Ihssan (Justicia y Caridad), cuyo líder, el jeque Abdeslam Yassin, se encuentra bajo arresto domiciliario en Sale. —-