América Latina y el Caribe se enfrentan en tiempos de globalización con la "imperiosa necesidad" de acelerar su desarrollo para garantizar la gobernabilidad democrática, advirtió hoy el Sistema Económico Latinoamericano (SELA).
La organización intergubernamental difundió desde su sede en la capital de Venezuela un documento con "reflexiones" sobre la situación regional, con miras a la reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que se celebrará en Tailandia a comienzos del 2000.
La posición de la región frente a esta instancia es objeto de análisis en una reunión que se realiza este jueves y viernes en Santo Domingo.
"La gobernabilidad democrática de los países de la región depende, en primera instancia, de la capacidad de los gobiernos de minimizar y absorber impactos tan intensos como los que generan las sucesivas crisis", comentó el SELA.
El documento titulado "Globalización con desarrollo", destaca que las economías latinoamericanas y caribeñas han demostrado permeabilidad y vulnerabilidad frente a crisis originadas en otras zonas del planeta.
"En los últimos años, las amenazas de desestabilización de las economías de América Latina y el Caribe han sido de origen extraregional más que nacional o intraregional", plantea el documento.
La crisis asiática, por ejemplo, "tardó menos de tres meses en afectar las bolsas de América Latina", en el marco del proceso de globalización.
Los países de la región deben considerar prioritaria la reducción de la vulnerabilidad externa, "un fenómeno nuevo" vinculado con la globalización, aunque el SELA dejó entrever que no bastará con aplicar buenas estrategias de ajuste.
"Los ajustes estructurales realizados con bastante éxito no resultaron suficientes para reducir la vulnerabilidad de las economías de la región frente a las turbulencias sistémicas", plantea el documento.
En medio de este escenario de globalización, la región, según el Banco Mundial, tendrá un crecimiento nulo para 1999, de 2,5 por ciento para el 2000 y de 3,9 por ciento para el 2001.
Estos augurios están directamente relacionados con "el potencial de desarrollo", advirtió el SELA.
"A cada punto porcentual del PIB (producto interno bruto) corresponde una posibilidad concreta de reducir la tasa de pobreza, de generar empleos, de crear nuevas empresas, de atraer inversiones, de mejorar la infraestructura, de invertir en capital humano", añadió.
El SELA precisó que "de no lograr un crecimiento que alcance un ritmo capaz de reducir la tasa de pobreza, el costo social y político, medido en términos de gobernabilidad democrática, seguirá aumentando".
Y esa condición continuará poniendo en tela de juicio "las estrategias de inserción en la globalización".
De acuerdo con el SELA, la región debe aspirar a que la próxima reunión de la UNCTAD auspicie el intercambio de experiencias prácticas y trabajos de investigación "centrados en el vínculo entre crecimiento y desarrollo".
La reunión de la UNCTAD nuclea cada cuatro años a ministros de 188 estados miembros, que fijan las prioridades de acción para este organismo.
"La UNCTAD no debe ser vista únicamente como un instrumento de cooperación o de análisis, sino como un vehículo de difusión de ideas", dijo el SELA. El objetivo en Tailandia, añadió, es obtener "resultados tangibles". (FIN/IPS/lc/mj/if dv/99