América Latina y el Caribe tendrán este año una caída del producto del orden de 0,4 por ciento, señaló hoy un experto de Cepal al difundir el estudio sobre el desempeño económico de la región entre 1998 y 1999.
América del Sur tendrá "un cuadro recesivo muy pronunciado", en tanto habrá "una mejor situación" en México y Centroamérica, dijo Hubert Escaith, jefe de la Unidad de Análisis Macroeconómico de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
El informe de la entidad regional con sede en Santiago de Chile recoge las principales tendencias en las economías latinoamericanas y caribeñas desde el balance de cierre de 1998 hasta el primer semestre de este año.
Tras un 1997 calificado de "excelente", con un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 5,4 por ciento, América Latina y el Caribe sufrieron desde fines de 1998 el embate de la crisis internacional que continuó en 1999.
El PIB regional creció sólo 2,3 por ciento en 1998 y decrecerá este año en torno a 0,4 por ciento, como consecuencia sobre todo de la recesión en Brasil, país que representa 40 por ciento del producto latinoamericano.
El estudio de Cepal indica que en el segundo semestre de 1999 se observará una recuperación económica, pero será insuficiente para paliar el PIB negativo, aunque en el año 2000 la región "retomará la tendencia ascendente".
Otro rasgo destacado para este año es una nueva baja de la inflación de una tasa ponderada de 10 por ciento en 1998 a nueve por ciento, de acuerdo a la tendencia anualizada consignada hasta junio.
En contraste con el continuo éxito antinflacionario, el desempleo regional aumentó de 7,5 por ciento en el primer semestre de 1998 a 8,5 por ciento en el mismo período de este año, indica la información disponible sobre 14 países.
El menor ritmo de aumento de los precios tampoco produjo un impacto positivo en los salarios, que en 1998 crecieron en términos reales en sólo 0,7 por ciento y que este año podrían declinar de acuerdo a las señales recesivas.
Según las tendencias consignadas por Cepal, Venezuela muestra este año una caída del PIB en torno a siete por ciento, Ecuador de cinco por ciento, Honduras 2,5, Argentina dos por ciento y entre uno y 1,5 por ciento Brasil, Colombia y Paraguay.
La economía uruguaya decrecerá menos de uno por ciento, mientras en Chile, de acuerdo a las tendencias, el crecimiento del PIB de este año superará levemente una tasa de 0,5 por ciento.
México, la segunda economía de la región en tamaño después de Brasil, tendrá un crecimiento del PIB de alrededor de tres por ciento, lo mismo que Panamá y Haití, el país más atrasado de la región.
Perú, que en 1998 encabezó la lista regional al crecer 8,5 por ciento, lo hará este año en 2,5 por ciento, en tanto Bolivia registrará un crecimiento del PIB superior a tres por ciento.
Las más altas tasas de crecimiento del PIB estarán en el Caribe y América Central, con siete por ciento en República Dominicana, cinco por ciento en Costa Rica, y cuatro por ciento en Nicaragua, El Salvador y Guatemala.
Otra de las expresiones más ostensibles de la crisis estuvo en las reducciones de la inversión interna en la mayoría de los países, con las excepciones de Bolivia, Costa Rica, Haití y República Dominicana.
La inversión pública decayó como consecuencia de la caída del ahorro en las instituciones de Estado y al escaso acceso a los mercados financieros externos, en tanto la inversión privada se contrajo debido a las altas tasas de interés.
"Sin embargo, la inversión extranjera directa siguió desempeñando un rol dinamizador, mediante inversiones en el campo energético, la manufactura y los servicios", indica el informe de Cepal.
La inversión externa se vio alentada por las privatizaciones, continuadas por países, como Brasil, Guatemala, El Salvador y Panamá, que se insertaron más tardíamente en los procesos de reformas estructurales, según la terminología de Cepal.
Argentina, México y Perú abrieron a la competencia los sectores de comunicaciones, privatizados hace ya varios años, en tanto en Chile una prolongada sequía puso de manifiesto la debilidad del marco regulatorio en el sector eléctrico.
El estudio destaca, asímismo, que la crisis mundial obligó a varios países a "medidas moderadas" para limitar las importaciones, lo cual no puso en entredicho los procesos de apertura ni impidió nuevos avances en los esquemas de integración regional. (FIN/IPS/ggr/dm/if/99