R.D.CONGO: Continúa deportación de tutsis a Ruanda

El gobierno de República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire) continúa la campaña de deportación masiva de tutsis a Ruanda iniciada el año pasado, a pesar de que la mayoría aseguran ser ciudadanos congoleños.

Cerca de 500 tutsis fueron arrestados poco después de que el 2 de agosto estallara la guerra civil en este país. En la semana siguiente, la mayoría fueron deportados a Ruanda, pasando por Kenia.

Cerca de 400.000 tutsis, conocidos también como banyamulenge, viven en la región de mesetas altas del este de RDC desde hace varias generaciones.

Los banyamulenge que servían en el ejército se rebelaron en agosto cuando el presidente, Laurent Kabila, ordenó que se retiraran las tropas y los instructores militares de Ruanda que le habían ayudado a derrocar al dictador Mobutu Sese Seko en mayo de 1997.

Desde entonces, seis países de Africa se involucraron en el conflicto. Angola, Chad, Namibia y Zimbabwe apoyan a Kabila, y Ruanda y Uganda respaldan a los rebeldes.

"Debe quedar claro que los tutsis eligieron volver a Ruanda, donde tienen al menos un pariente cercano. Ellos consintieron en volver" a su hogar, declaró el domingo 4 el ministro de Derechos Humanos, Leonard She Okitundu, cuando 109 tutsis subieron a un avión dirigido a Ruanda en el aeropuerto de Kinshasa.

Los tutsis estaban internados en bases militares en la capital y en Lubumbashi, la segunda ciudad del país, situada en la frontera con Zambia, desde agosto de 1998.

El gobierno autorizó la partida de los tutsis para que quedaran libres, según Okitundu. "Esta gente no estaba detenida sino más bien bajo protección. No se presentaron cargos en su contra", explicó.

"Se les había restringido la libertad de movimiento mientras vivían en el país por razones de seguridad, pero apenas alguno manifestó su deseo de irse al exterior (de RDC), fue libre de hacerlo", argumentó el ministro.

La deportación de los tutsis no tuvo nada que ver con las recientes conversaciones de paz celebradas en Lusaka, aseguró. "Sólo fue una coincidencia que las negociaciones… coincidieran con su repatriación", afirmó.

La repatriación fue supervisada por la Cruz Roja Internacional, que se ocupó de transportar a los tutsis hasta Nairobi y luego a Ruanda.

Okitundu sostuvo que los tutsis proceden de Ruanda, y que vuelven para encontrarse con sus familias en su tierra. Pero la Cruz Roja insiste en que la mayoría son nacidos en RDC, aunque puedan tener parientes cercanos en Burundi, Ruanda o Uganda.

Algunos de los deportados sintieron satisfacción al abandonar RDC luego de 11 meses de detención. "Estoy feliz de irme", manifestó Emerix Senyana, un estudiante de administración de empresas de 28 años.

Rusake Munguiko, otro deportado, dijo sentir "tanto alegría como dolor" al irse. "Son las dos caras de la moneda. Por un lado, me voy de mi país de origen, pero estoy contento de irme como persona libre", explicó el ex empleado de Telecel, una compañía de teléfonos celulares.

"Nací en el Congo, y sólo tengo parientes lejanos en Ruanda. De todos modos, me voy", explicó.

Pero otros estaban enojados por tener que irse de su país de nacimiento. "Yo ya estoy en casa. ¿A dónde iré?", se preguntó Dieudonne Dinda, un ex asesor del Ministerio de Economía.

"Nací en Katanga en 1952. Me considero totalmente congoleño. Así fue toda mi vida. No sé nada sobre Ruanda, ni siquiera conozco su lengua", protestó Joseph Bahisha, un empresario de Kinshasa.

La vida en los campamentos de refugiados es difícil, a pesar de la ayuda que presta la Cruz Roja. "Es una prisión, nada menos. Nos levantamos, comemos y volvemos a dormir", resumió Jean-Claude Gahima, de 35 años, y ex empleado de la Oficina de Bienes adquiridos de Forma Impropia (OBFI).

Dicha oficina fue creada por Kabila para recuperar y administrar las propiedades de los ex funcionarios de gobierno, la mayoría de los cuales escaparon del país.

La mayoría de los tutsis más conocidos abandonaron el país poco tiempo después de que Kabila asumiera el gobierno, antes de que estallara la guerra en agosto.

El ex secretario de la presidencia Deo Gratias Bugera, el ex ministro de Relaciones Exteriores Bizima Karaha, y el ex director general de la OBFI Moise Nyarugabo son algunos de los fugitivos.

Los tres se unieron inmediatamente a la Unión Congoleña para la Democracia, uno de los movimientos rebeldes que intenta derrocar a Kabila.

"Muchos deportados aún sufren la conmoción de los maltratos recibidos mientras estuvieron privados de libertad" en RDC, declaró a IPS en Kigali el ministro de Asuntos Sociales de Ruanda, Charles Ntakirutinka.

"La última vez que nos visitó Roberto Garreton, el relator especial de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en RDC, habló de cerca de 2.000 (tutsis) en campos de concentración. Sólo repatriaron a 500 a Ruanda. ¿Dónde están los demás?", se preguntó el vicepresidente Moise Nyarugabo.

"Sin duda, Kabila mató a muchos más de los que pensábamos", manifestó a IPS.

Entre los deportados hay personas procedentes de Uganda y de Burundi, que fueron trasladados desde Nairobi a sus respectivos países. (FIN/IPS/tra-en/bm/nrn/sz/mn/ceb/aq/pr-ip/99

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