JAPON: Gobierno de Tokio ayuda a los "sin techo"

La cantidad de personas que viven en las calles en las ciudades de Japón aumentó desde que la economía entró en crisis y las compañías comenzaron a ignorar la tradición del empleo vitalicio.

Sin embargo, las autoridades no hacían demasiado por darle a los "sin techo" una alternativa de vivienda, salvo expulsarlos de las estaciones de tren subterráneo y obligarlos a alojarse en refugios transitorios por un máximo de dos semanas.

Pero ahora, el gobierno metropolitano de Tokio anunció que construirá centros de autoayuda donde los sin techo podrán permanecer hasta seis meses. Allí se les brindará apoyo sicológico y tratamiento médico.

Los centros, financiados por el gobierno central, ayudarán a las personas sin hogar a conseguir empleo en compañías dispuestas a contratarlos a cambio de subsidios.

Así mismo, los gobiernos locales de Tokio brindarán alojamiento y alimentos a los que viven en las calles, con subsidios procedentes del gobierno.

La mayoría de las autoridades locales derivaban el cuidado de los sin techo a las organizaciones no gubernamentales, antes del surgimiento de esta iniciativa del gobierno metropolitano.

El gobierno local de Shinjuku, por ejemplo, entregaba 25 dólares diarios por persona a la organización benéfica Ejército de Salvación para que este brindara alojamiento y alimentos a los sin techo.

"Algunos reciben una pensión mensual de entre 500 y 665 dólares, pero eso no alcanza para subsistir en Tokio", explicó Naoko Harita, secretaria del Ejército de Salvación.

Grupos de activistas se opusieron a las propuestas de construir centros de autoayuda en el pasado, pero ahora "piden a las autoridades que pongan en marcha ese proyecto", declaró Mamoru Kosaka, de la División de Bienestar del gobierno metropolitano.

La última vez que el gobierno de Tokio intentó ayudar a los sin techo a obtener trabajo, tuvo un éxito relativo. De los 135 que envió a los refugios temporarios en febrero del año pasado, sólo 47 encontraron empleo.

Es posible que Seiji, de 36 años, haya estado en uno de esos refugios el año pasado, pero ahora vive en el Parque Shinjuku, y asegura que un plato volador con "luces esmeralda" lo depositó en ese lugar.

Muchas persona sin vivienda permanecen en esa condición porque son alcohólicos o discapacitados mentales, lo cual los incapacita para mantener un trabajo estable.

La vida en las calles puede resultar psicológicamente devastadora para muchas personas, explicaron los sociólogos. "Muchos están enfermos o demasiado débiles para trabajar", agregó Harita.

Es difícil conocer el número exacto de personas que viven en las calles de Japón, sobre todo porque muchos duermen en las estaciones de tren y se mueven constantemente.

Unas 4.300 personas viven en las calles de Tokio, la mayoría son hombres y muchos tienen más de 50 años, lo cual hace que tengan dificultades para encontrar empleo, según un informe realizado en mayo de 1998 por el Centro de Recursos para los Derechos Humanos de los Sin Techo .

El número de personas sin hogar de Japón ni siquiera se acerca al de los países pobres, pero también es muy difícil ser indigente en uno de los países más caros del mundo, según la Coalición Asiática por el Derecho al Alojamiento, de Japón.

Había 1.000 personas sin techo en Tokio según un informe de 1993, y más de 2.000 en 1994. La cifra siguió aumentando a medida que la recesión se hizo más profunda, informó la Coalición en abril.

Sin embargo, a pesar de las dificultades, los sin techo japoneses conservan su orgullo y no piden limosna. Intentan alimentarse con lo que encuentran entre los desechos de los restaurantes y los hogares particulares, o hacen fila para entrar a los comedores gratuitos de los grupos de caridad.

Al menos 500 personas sin hogar escuchan los domingos el sermón de tres horas del reverendo Shim Won Shuck en el Parque Shinjuku, y al final entregan al predicador las pocas monedas que ganaron por recolectar latas usadas. A cambio de su paciencia reciben una taza de sopa y un gran plato de arroz.

Los sin techo del parque no molestan a nadie. Tienen una especie de líder que se ocupa de mantener el aparente orden de la comunidad y la limpieza de los alrededores. No se roban entre ellos, pero algunos inician riñas, cuando beben demasiado.

La camaradería reinante debe haber sido el motivo por el cual Daisuke, de 56 años, se instaló en el Parque Shinjuku, si bien no parece nada pobre, ya que aún conserva su Mercedes Benz y su teléfono celular.

Daisuke compra sus alimentos en el supermercado del barrio, y a veces hace fiestas con sus compañeros. Dice que tuvo que "desaparecer" porque tenía deudas debido a la quiebra de su negocio, y para eso dejó atrás a su esposa y sus nueve hijos.

Sin embargo, la vida en el parque no es idilíca. Uno de los sin techo describe a su líder como "un hombre malo. A veces golpea a las personas para obtener dinero, aunque sea muy poco". (FIN/IPS/tra-en/ap-hd-pr/ek/cb/js/ceb/aq/hd-pr/99

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