La política y el sexo se están convirtiendo rápidamente en productos esenciales para la prensa de Indonesia desde que terminó la censura de los medios de comunicación tras la renuncia del presidente Alí Suharto, en mayo de 1998.
La prensa aprovecha su libertad, y la consecuencia es la proliferación de publicaciones que decidieron aumentar sus ventas gracias al sexo y los escándalos. Activistas y grupos religiosos condenan lo que califican de auge de la pornografía en los medios.
Esta tendencia puede atribuirse en parte al aumento explosivo del número de publicaciones desde mayo de 1998. El Ministerio de Información otorgó 1.138 permisos de prensa, de los cuales 641 eran periódicos, hasta el día 5.
Antes de la renuncia de Suharto, el país sólo tenía 284 publicaciones de prensa.
El gobierno de Suharto acostumbraba rechazar o revocar permisos. Ahora, varias publicaciones atacan sin tregua al gobierno de……. pero ningún permiso fue revocado y no ha habido juicios contra los redactores responsables.
El ministro de Información, Yunus Yosfiah, aseguró que se mantendrá esta política y que la tarea de criticar a las malas publicaciones corresponde a los lectores.
"Tenemos lectores inteligentes. Si una publicación no es creíble, los lectores la abandonarán. Y si contiene mentiras o datos insultantes, los miembros de la comunidad que estén involucrados les harán un juicio", declaró a la prensa Yosfiah.
Pero muchos grupos de este país de mayoría musulmana opinan que la libertad de prensa no debería permitir que se utilice el sexo para vender productos.
"La pornografía, en cualquiera de sus formas, es mala. Y quienes participan en su producción, distribución y publicación son demonios, según la religión", rezaba una declaración del Consejo Ulema de Indonesia.
Un grupo de musulmanes realizaron una manifestación para exigir a la Comisión Nacional de Derechos Humanos que examine los casos de explotación sexual de las mujeres en los medios de comunicación.
"¡Mujeres, cúbranse!", rezaba una de las pancartas. "Cuiden su honor", recomendaba otra.
La aparición de mujeres ligeras de ropa, en general actrices de telenovelas o modelos, responde al deseo de los lectores de encontrarse con algo más que política en los medios de prensa, señalan los periodistas.
"La gente está cansada del interminable debate político acerca de quién será presidente, que sucederá con la doble función de los militares. La gente quiere algo entretenido", aseguró Heru B. Iskandar, editor del diario Obyektif.
Pero los críticos sostienen que esas imágenes no tienen nada de entretenido o artístico. Las activistas por los derechos de las mujeres las encuentran ofensivas.
Las tapas de los diarios "promueven las poses incitantes. Muestran ciertas partes del cuerpo de la mujer que no deberían mostrar. Si eso es entretenimiento, es destructivo", declaró la activista Emy Hafidz.
Al menos cinco editores de diarios controvertidos fueron interrogados por la policía. Varias publicaciones están sometidas a investigación y sus editores serán citados a declarar ante los tribunales, anunció la policía.
Los editores fueron acusados de "indecencia" según lo previsto por el artículo 282 del Código Penal. De ser culpables según este código anticuado, pueden pasar, como máximo, 18 meses en prisión y verse obligados a pagar una multa de hasta 3.000 rupias, que equivalen a menos de 40 centavos de dólar.
El código está inspirado en la legislación holandesa y las partes referidas a la corrupción fueron enmendadas en 1963, pero nunca fue revisado o puesto al día en su totalidad.
Las modelos que posaron para las revistas bajo investigación también fueron convocadas a comparecer ante la justicia. La actriz y cantante Sophia Latjuba fue interrogada durante más de cinco horas acerca de una foto suya publicada en la revista Popular.
El ministro Yunus anunció que el gobierno no revocará los permisos otorgados a revistas y diarios, a pesar de la presión ejercida por la comunidad religiosa y los activistas por los derechos de la mujer.
"Es tarea de la policía perseguir a las publicaciones que violan las leyes sobre decencia", explicó.
Uno de los redactores y editor de la Revista Matra, Nano Riantarno, aseguró que su publicación no promueve la pornografía, después de someterse a un interrogatorio policial.
Matra publica fotos de modelos femeninas "para mostrar la belleza, como forma de expresar nuestra gratitud por su creación. Exploramos la belleza, no la explotamos", declaró.
"Que alguien me diga con claridad qué es la pornografía. Si es mostrar los órganos sexuales de hombres o mujeres, no hacemos eso. Pero si nuestras fotos artísticas estimulan el deseo sexual de las personas, el problema está en su mente", comentó Mujimanto, editor de la revista Popular.
El editor de Liberty, Koesnan Sukandar, entiende, como muchos, que pornografía es publicar fotos de desnudos. "Es imposible que los medios de comunicación de Indonesia publiquen fotos de desnudos, así que es imposible promover la pornografía", señaló.
Sin embargo, hay quienes dicen que ese no es el punto. La activista Irwan Nasution explicó que la "indecencia" a la que refiere la legislación de prensa es diferente a la pornografía.
La vaguedad de la definición de pornografía implica la existencia de diversas escapatorias legales, sostuvieron los participantes de un taller organizado la semana pasada por la Asociación de Periodistas de Indonesia, en la localidad de Cianjur.
El tema causa discusiones desde la década del 50 y nunca se encontró una solución adecuada. "Es un asunto muy subjetivo", comentó el profesor Budiyatma, un experto en comunicación de la Universidad de Indonesia.
Budiyatma alegó que no es necesario prohibir la pornografía en los medios de comunicación, y que, en realidad, "lo que hace falta es saber manejarlos de una manera acertada y poner orden, como por ejemplo, distribuir (esas publicaciones) en una comunidad reducida de lectores".
Pero la legisladora Marwah Daud Ibrahim no estuvo de acuerdo. "Nuestra ley de prensa se basa en nuestros valores sociales y culturales, que son contrarios a la pornografía. Simplifiquemos la situación", sugirió.
"Quienes defienden la pornografía en los medios son aquellos que pueden obtener beneficios explotando el cuerpo de las mujeres", sostuvo. (FIN/IPS/tra-en/ky/js/ceb/aq/cr/99