Argentina fue el país que recibió más compromisos de préstamo del Banco Mundial en los doce meses hasta el 30 de junio, lapso en que la institución prometió una cifra récord debido a las crisis financieras y a los desastres naturales, anunció hoy el organismo multilateral.
El Banco prometió créditos por 29.000 millones de dólares en el año fiscal de 1999, frente a los 28.600 millones de 1998 y los 19.100 millones de 1997. Pero el desembolso de dinero se redujo levemente a 24.000 millones de dólares, frente a los 25.500 millones de 1998, según datos de la institución.
Asia oriental y el Pacífico, que padecen la crisis financiera desatada en julio de 1997, recibieron la mayor parte de los préstamos, con 9.800 millones de dólares.
En segundo lugar están América Latina y el Caribe, con 7.700 millones, que sufrieron las consecuencias de esa crisis y el paso del huracán Mitch por América Central, en octubre.
Europa y Asia central recibieron 5.300 millones de dólares, seguidos de Asia meridional (2.600 millones), Africa subsahariana (2.100 millones) y Medio Oriente y Africa septentrional (1.600 millones).
Argentina, perjudicada por las consecuencias de la crisis asiática y como consecuencia del deterioro de la economía en Brasil, se convirtió en el primer prestatario del Banco Mundial, del que obtuvo 3.200 millones de dólares en compromisos de préstamo.
El año pasado, Argentina ocupaba el séptimo lugar en los clientes de la institución financiera.
La lista de los 10 primeros prestatarios del Banco Mundial sigue con Indonesia (2.700 millones de dólares), China (2.100 millones), Corea del Sur (2.000 millones), Rusia (1.900 millones), Brasil (1.700 millones), Tailandia (1.300 millones), India (1.100 millones), Bangladesh (1.000 millones) y México (950 millones).
La mayor parte de los préstamos prometidos para este año, o sea 10.300 millones de dólares, se destinó a privatizar las empresas estatales y a la comercialización de servicios.
Además, 2.900 millones de dólares se dirigieron específicamente a los sectores financieros y 1.400 millones a la "administración del sector público".
Unos 4.500 millones de dólares se prometieron para proyectos de transporte, industriales, de petróleo y gas, energía y minería, 2.800 millones más para la agricultura, 753 millones para agua y saneamiento, 647 millones para desarrollo urbano y 10,8 millones para telecomunicaciones.
Proyectos de población, salud y nutrición recibieron 1.100 millones más. La educación obtuvo 1.300 millones, y 2.700 millones se destinaron a programas sociales. Los préstamos para el ambiente ascendieron a 540 millones de dólares.
Esas cifras incluyen préstamos con tasas al nivel del mercado del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y préstamos con bajas tasas de interés de la Asociación Internacional para el Desarrollo (IDA).
La financiación del BIRF ascendió en el año fiscal de 1999 a 22.200 millones de dólares, frente a los 21.000 millones del año anterior.
Los compromisos de la IDA, reservados a los clientes más pobres del Banco Mundial, cayeron de 7.500 millones de dólares en 1998 a 6.800 millones este año.
Un informe interno del Banco Mundial, redactado en mayo, criticó los préstamos de ajuste estructural de la institución por el tratamiento dado a problemas ambientales y sociales.
El estudio analizó 54 préstamos autorizados por el organismo entre julio de 1997 y diciembre de 1998 y halló que sólo 20 por ciento contenía metas o condiciones ambientales. En 1994 la cifra había sido de 60 por ciento.
Así mismo, "la mayoría de los préstamos no atacan la pobreza directamente… o la forma de mitigar los efectos negativos de las reformas" económicas sobre los pobres, agregó el documento. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/aq/dv/99