FILIPINAS/TAILANDIA: Libertad de prensa amenazada

La libertad de prensa comienza a padecer restricciones en Filipinas y Tailandia, alguna vez conocidos como los países con los medios de comunicación más libres de todo el sudeste de Asia.

Los gobiernos de ambos países ya no encarcelan periodistas ni clausuran diarios cuando se ofenden por alguna crítica, sino que emplean sicarios, retiran anuncios publicitarios o hacen que algún "socio" adquiera el periódico, denunciaron medios de prensa.

Los periódicos filipinos están en un estado de incertidumbre, entre sospechas de adquisiciones por parte de empresarios estrechamente vinculados al presidente Joseph Estrada.

Además, preocupa un retiro coordinado de anuncios publicitarios de un diario local en apoyo a las protestas de Estrada por sus publicaciones.

Mientras, en Tailandia, la prensa reclama la expulsión por "brutalidad con los medios" del primer ministro Trairong Suwannakhiri, algunos de cuyos colaboradores se dirigieron este mes a las oficinas del Thai Post y amenazaron al personal por publicar información crítica hacia el mandatario.

Estos incidentes son señal de "una situación insalubre que atenta contra la sociedad civil", denunció Kavi Chongkittavorn, presidente de la Alianza de la Prensa del Sudeste Asiático y director del periódico tailandés de lengua inglesa The Nation.

"Lo que ocurrió en Tailandia y Filipinas nos enseñó a los periodistas que debemos estar atentos. La libre prensa no es algo que se regale; debemos luchar constantemente por ella", declaró en una entrevista.

"Si bajamos la guardia, los que detentan el poder caerán sobre nosotros", advirtió Chongkittavorn.

Aunque los incidentes de Tailandia y Filipinas son de diferente naturaleza, tienen en común que estuvieron originados en el disgusto de funcionarios de gobierno por la publicación de información crítica hacia ellos.

El gobierno sostiene que el Thai Post insultó a Trairong al afirmar que el mandatario tenía miedo de reunirse con pescadores del sur en protesta. Según el personal del diario, los hombres estaban armados y amenazaron con volver si continuaban "insultando" al primer ministro.

En el caso de Filipinas, Estrada se había estado quejando sobre publicaciones injustas y "maliciosas" de la prensa.

Algunos incidentes interpretados como amenazas a la libertad de prensa pusieron al presidente a la defensiva, por lo que el lunes dijo al Congreso: "Borremos todas las dudas. La democracia, la libertad y la Constitución están bien vivas en este país".

Sin embargo, hay hechos inquietantes, advirtió Melinda Quintos de Jesús, del Centro para la Libertad de Prensa y la Responsabilidad.

El Philippine Daily Inquirer denunció este mes que los productores de películas dejaron de poner anuncios en el diario como resultado de un acuerdo entre ellos para demostrar apoyo a Estrada, quien consideró que el periódico lo trató injustamente.

Los productores aseguraron que la medida fue "voluntaria", pero numerosos críticos afirmaron que se adoptó con el apoyo o la aprobación de Estrada, él mismo un ex actor de cine.

Instituciones financieras gubernamentales también dejaron de colocar avisos en el Inquirer, en lo que los críticos calificaron como una medida destinada a debilitar económicamente a la publicación en un momento en que no resulta fácil encontrar anunciadores debido a la crisis económica.

Pocas semanas después, los dueños del Manila Times anunciaron que venderían el periódico a un nuevo grupo. Su última edición bajo propiedad de la familia Gokongwei salió el 23 de este mes.

Pero lo que comúnmente sería un acuerdo de negocios se transformó en controversia cuando los directores del diario expresaron sus sospechas de que los antiguos propietarios fueron presionados a venderlo a nuevos inversores, entre ellos un conocido amigo y contribuyente de campaña de Estrada, Mark Jiménez.

"Todas las señales indican que la venta del diario fue parte de un esfuerzo insidioso de este grupo, supuestamente en nombre y representación del gobierno, para reprimir a un medio crítico por la puerta trasera", acusó Malou Mangahas, jefe de redacción del Manila Times.

Aunque Estrada aseguró el lunes en su discurso sobre El Estado de la Nación que respetaría la libertad de prensa, también censuró a "aquellos que hacen carrera y negocios" criticándolo.

"No me quejo de que mi administración sea criticada, porque eso sucede en todos los gobiernos, pero cuestiono el prejuicio y la malicia", declaró el fin de semana. (FIN/IPS/tra-en/js/ral/mlm/cr-hd/99

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