Cinco millones de campesinos de Etiopía podrían padecer hambre debido a la sequía del año pasado, similar a la que cobró 300.000 vidas en 1984, advirtió la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las áreas más afectadas son Tigray del Sur, Wag Hamra, Welo del Norte y del Sur, Harerge Oriental, Waleyika y Konso, según un informe elaborado por un equipo de la ONU que visitó este país africano.
La situación se debe a la escasez de precipitaciones fluviales en 1998. "Si las lluvias fallan también en esta temporada y las cosechas fracasan, podría morir mucha gente", previno Teferi Eshete, un funcionario del gobierno local de Harar, una de las regiones afectadas.
Hasta ahora no se registró ningún fallecimiento por inanición en Etiopía.
Para evitar muertes, los campesinos precisarán 386.586 toneladas de alimentos hasta fin de año, además de ayuda no alimentaria en materia de salud, saneamiento y agricultura por 7,5 millones de dólares, advierte el informe.
De las 103.000 toneladas prometidas, sólo se recibieron 9.000 de Canadá, destacó el Programa Mundial de Alimentos, que participa de la distribución de la ayuda alimentaria.
Cada campesino obtiene 50 kilogramos de trigo por mes de la Comisión de Preparación y Prevención de Desastres de Etiopía, el principal distribuidor de la ayuda.
"Se otorga prioridad a los más afectados", destacó Hiwot Ishetu, un funcionario del gobierno de Harar.
Faud Yesuf, un funcionario de salud del distrito de Fadis, sostuvo que unos 5.120 niños menores de cinco años están desnutridos en la región, y también se reportaron casos de diarrea y malaria relacionados con la falta de alimentación.
La Unidad de Emergencias para Etiopía del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) describió la situación de seguridad alimentaria en Fadis como "muy grave como resultado de la pérdida de cosechas en tres temporadas consecutivas desde 1997".
"Las precipitaciones han sido erráticas, anormales e insatisfactorias", afirmó el organismo.
Etiopía, con una población de 60 millones, ya conoce la sequía, las inundaciones y el hambre. Una gran hambruna mató a 200.000 campesinos entre 1972 y 1974.
En 1984-1985, otra sequía que puso en riesgo la vida de 11 millones de personas mató a más de 300.000 campesinos del norte del país, según agencias de las Naciones Unidas que trabajaban en el país africano en ese entonces.
Grupos ambientalistas atribuyen las sequías e inundaciones a los fenómenos climáticos de El Niño y La Niña. En 1991 y 1992, la corriente de El Niño provocó sequías en gran parte del sur y el este de Africa, amenazando de desnutrición a 30 millones de personas.
Kenia, país vecino de Etiopía, se vio obligado a importar granos por primera vez en casi una década, y las importaciones de granos en Africa austral aumentaron de dos a siete millones, según el informe de la Cruz Roja y la Media Luna Roja de 1999.
El documento, titulado "Informe sobre Desastre Mundiales", señala que las pérdidas económicas del sector agrícola de Africa a causa de El Niño y La Niña se estimaron en unos 7.000 millones de dólares, 20 veces el valor de los préstamos del Banco Mundial a la agricultura subsahariana en 1993.
"Pero lo peor fueron las víctimas humanas. La hambruna causada por la sequía en Somalia cobró entre 500 y 1.000 víctimas por día. Djibouti, Etiopía y Kenia también fueron muy gravemente afectados", agrega. (FIN/IPS/tra-en/yb/mn/mlm/dv/99